37 Versículos de la Biblia sobre el medioambiente
Versículos Más Relevantes
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.
Y se han airado las naciones, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos, para que sean juzgados, y para que des el galardón á tus siervos los profetas, y á los santos, y á los que temen tu nombre, á los pequeñitos y á los grandes, y para que destruya
Bien que esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas, en los cuales mora la justicia.
Y mi pueblo habitará en morada de paz, y en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Del Dios de tu padre, el cual te ayudará, Y del Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo, Con bendiciones del seno y de la matriz.
Porque Jehová tu Dios anda por medio de tu campo, para librarte y entregar tus enemigos delante de ti; por tanto será tu real santo: porque él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
He aquí yo envío el Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Y yo os tomaré de las gentes, y os juntaré de todas las tierras, y os traeré á vuestro país.
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora. Mas por esto he venido en esta hora.
Y así que oyeres venir un estruendo por las copas de los morales, sal luego á la batalla: porque Dios saldrá delante de ti, y herirá el campo de los Filisteos.
Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia: porque todo es vanidad.
Y parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y nació luego, porque no tenía profundidad de tierra:
EMPERO Jehová había dicho á Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, á la tierra que te mostraré;
Y Jehová dijo á Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos;
Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará por él inmundo; y habrá para ellos en él quien los acompañe, de tal manera que los insensatos no yerren.
Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que se quite de mí.
Es por la misericordia de Jehová que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Y deshará en este monte la máscara de la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos, y la cubierta que está extendida sobre todas las gentes.
Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de un muerto; y toda alma viviente fué muerta en el mar.
Y os metí en tierra de Carmelo, para que comieseis su fruto y su bien: mas entrasteis, y contaminasteis mi tierra, é hicisteis mi heredad abominable.
Que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Tú empero eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
No ensuciéis vuestras personas con ningún reptil que anda arrastrando, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos.
La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso:
Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis: porque esta sangre amancillará la tierra: y la tierra no será expiada de la sangre que fué derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó.
Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;
Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos.
No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.