34 Versículos de la Biblia sobre el purgatorio

Versículos Más Relevantes

Lucas 16:26

Y además de todo esto, una gran sima está constituida entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar a nosotros.

1 Corintios 3:15

Mas si la obra de alguno fuere quemada, será perdida; él empero será salvo, mas así como pasado por fuego.

Isaías 6:6

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;

Lucas 12:58

Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; para que no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.

Lucas 16:23

Y en el Hades alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno.

1 Samuel 25:44

Porque Saúl había dado su hija Mical, la mujer de David, a Palti hijo de Lais, que era de Galim.

Job 24:18

Son livianos sobre las aguas; su porción es maldita en la tierra; nunca vienen por el camino de las viñas.

2 Timoteo 1:18

Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor.

Job 24:20

El Misericordioso se olvidará de ellos; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más habrá de ellos memoria, y como un árbol será quebrantada la iniquidad.

Job 24:8

De la inundación de los montes fueron humedecidos, y abrazan las peñas sin tener en qué cubrirse.

Mateo 5:23

Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti,

Job 24:13

Ellos son entre los rebeldes a la luz, nunca conocieron sus caminos, ni estuvieron en sus veredas.

Job 24:12

De la ciudad claman los hombres, y las almas muertas dan voces, pero Dios no puso estorbo.

Job 24:1

Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿por qué los que le conocen no ven sus días?

Job 24:15

El ojo del adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro.

Apocalipsis 4:1

Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que es necesario que sean hechas después de éstas.

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