8 Versículo de la Biblia sobre Encomendándoos a sí mismo

Si bien mientras viviere, dirá dichosa á su alma: Y tú serás loado cuando bien te tratares.

Alábete el extraño, y no tu boca; El ajeno, y no tus labios.

Porque no el que se alaba á sí mismo, el tal es aprobado; mas aquel á quien Dios alaba.

No nos encomendamos pues otra vez á vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis qué responder contra los que se glorían en las apariencias, y no en el corazón.

Porque no osamos entremeternos ó compararnos con algunos que se alaban á sí mismos: mas ellos, midiéndose á sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos no son juiciosos.

¿COMENZAMOS otra vez á alabarnos á nosotros mismos? ¿ó tenemos necesidad, como algunos, de letras de recomendación para vosotros, ó de recomendación de vosotros?

Antes habiéndonos en todas cosas como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;

Antes quitamos los escondrijos de vergüenza, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por manifestación de la verdad encomendándonos á nosotros mismos á toda conciencia humana delante de Dios.