56 Versículo de la Biblia sobre Festejando
Versículos Más Relevantes
Y ofreció Jacob sacrificio en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron en el monte.
Y ellos respondieron: Hemos visto que el SEÑOR es contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre nosotros y tú, y haremos alianza contigo: Que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú ahora, bendito del SEÑOR. Entonces él les hizo banquete, y comieron y bebieron.Leer más.
Y madrugaron por la mañana, y juraron el uno al otro; e Isaac los envió, y ellos se despidieron de él en paz.
Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el Nuevo Testamento en mi sangre; haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
Vino, pues, su padre a la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes.
Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.
El Reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo fiesta de bodas a su hijo;
Y al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fue también llamado Jesús y sus discípulos a las bodas. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: Vino no tienen.Leer más.
Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dice a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajuelas de piedra para agua, conforme a la purificación de los judíos, que cabían en cada una dos o tres cántaros. Les dice Jesús: Llenad estas tinajuelas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Y les dice: Sacad ahora, y presentad al maestresala. Y le presentaron. Y cuando el maestresala gustó el agua hecha vino, que no sabía de dónde era; (mas los que servían, lo sabían, quienes habían sacado el agua), el maestresala llama al esposo, Y le dice: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando ya están satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has guardado el buen vino hasta ahora.
Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son las verdaderas palabras de Dios.
Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac.
Y traed el becerro grueso, y matadlo, y comamos, y hagamos banquete; porque éste mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a hacer banquete.
Porque hoy ha descendido, y ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también a Abiatar, el sacerdote; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!
La fiesta de los ázimos guardarás: Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en él salisteis de Egipto; y ninguno comparecerá vacío delante de mí.
Guardarás el mes (de Abib) de los nuevos frutos, y harás pascua al SEÑOR tu Dios; porque en el mes de los nuevos frutos te sacó el SEÑOR tu Dios de Egipto de noche. Y sacrificarás la pascua al SEÑOR tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que el SEÑOR escogiere para hacer habitar en él su nombre. No comerás con ella leudo; siete días comerás con ella panes por leudar, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto todos los días de tu vida.
Estas son las fiestas del SEÑOR, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos determinados. En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es al SEÑOR. Y a los quince días de este mes es la fiesta de los ázimos al SEÑOR; siete días comeréis ázimos.
Y los hijos de Israel que se hallaron presentes, hicieron la pascua en aquel tiempo, y la fiesta solemne de los panes sin levadura, por siete días.
Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que aderecemos para ti para comer la Pascua?
E iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
Y te harás la fiesta de las semanas de las primicias de la siega del trigo; y la fiesta de recoger a la vuelta del año.
También la fiesta de la cosecha de las primicias de tus labores que hubieres sembrado en el campo; y la fiesta de recoger a la salida del año, cuando habrás recogido tus labores del campo.
Además, el día de las primicias, cuando ofreciereis presente nuevo al SEÑOR en vuestras semanas cumplidas, tendréis santa convocación; ninguna obra servil haréis.
Habla a los hijos de Israel, y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta de los tabernáculos al SEÑOR por siete días.
La fiesta solemne de los tabernáculos harás siete días, cuando hayas hecho la cosecha de tu era y de tu lagar.
Hicieron asimismo la fiesta de los tabernáculos, como está escrito, y holocaustos cada día por cuenta, conforme a la ordenanza, cada cosa en su día;
Y hallaron escrito en la ley que el SEÑOR había mandado por mano de Moisés, que habitaran los hijos de Israel en cabañas en la fiesta del mes séptimo;
Y todos los que quedaren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año a adorar al Rey, al SEÑOR de los ejércitos, y a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos.
Y se hacían las Encenias (dedicación) en Jerusalén; y era invierno;
Y les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen aparejado; porque día santo es a nuestro Señor; y no os entristezcáis, porque el gozo del SEÑOR es vuestra fortaleza.
Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón,
Y cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto del SEÑOR, y sacrificó holocaustos, e hizo pacíficos; hizo también banquete a todos sus siervos.
E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comieren y bebieren con ellos.
Y así lo llevó; y he aquí que estaban desparramados sobre la faz de toda la tierra, comiendo y bebiendo y haciendo fiesta, por toda aquella gran presa que habían tomado de la tierra de los filisteos, y de la tierra de Judá.
El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y contra todos mil bebía vino.
Y venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su nacimiento, daba una cena a sus príncipes y tribunos, y a los principales de Galilea; y entrando la hija de Herodías, y danzando, y agradando a Herodes y a los que estaban con él a la mesa, el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quisieres, que yo te lo daré. Y le juró: Todo lo que me pidieres te daré, hasta la mitad de mi reino.Leer más.
Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista. Entonces ella entró prestamente al rey, y pidió, diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan Bautista. Y el rey se entristeció mucho; mas a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla. Y luego el rey, enviando uno de la guardia, mandó que fuera traída su cabeza; el cual fue, y le degolló en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato, y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre.
Y si algún incrédulo os llama, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos, no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, en glotonerías, en orgías, y en abominables idolatrías. Y esto parece cosa extraña a los que os vituperan, que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución;
Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a divertirse.
Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a divertirse.
Y Abigail se vino a Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de Nabal estaba ya alegre en él, y estaba muy borracho; por lo que ella no le declaró poco ni mucho, hasta que vino el día siguiente.
Y había Absalón dado orden a sus criados, diciendo: Ahora bien, mirad cuando el corazón de Amnón estará alegre del vino, y cuando yo os dijere: Herid a Amnón, entonces matadle, y no temáis; que yo os lo he mandado. Esforzaos pues, y sed valientes.
¡Ay del que da de beber a sus compañeros, que les acercas tu odre y les embriagas, para mirar después sus desnudeces!
Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos, no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
E hizo Leví gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros, los cuales estaban a la mesa con ellos.
Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a sus discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y con los pecadores? Y oyéndolo Jesús, les dice: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que tienen mal. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a enmienda.
Y murmuraban los fariseos y los escribas, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Mas la sabiduría es aprobada por sus hijos.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Mas la sabiduría es justificada de todos sus hijos.
Entonces los discípulos de Juan vinieron a él, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Y Jesús les dijo: ¿Pueden los hijos de la recámara nupcial tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Y los discípulos de Juan, y de los fariseos ayunaban; y vienen, y le dicen: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Y Jesús les dice: ¿Pueden ayunar los que están de bodas, cuando el Esposo está con ellos? Entre tanto que tienen consigo al Esposo, no pueden ayunar. Mas vendrán días, cuando el Esposo les será quitado de ellos; y entonces, en aquellos días ayunarán.
Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, y tus discípulos comen y beben? Y él les dijo: ¿Podéis hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado; entonces ayunarán en aquellos días.
La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas; mató su víctima, templó su vino, y puso su mesa. Envió sus criadas; sobre lo más alto de la ciudad clamó:Leer más.
cualquier simple, venga acá. A los faltos de entendimiento (o de corazón) dijo: Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he templado. Dejad las simplezas, y vivid; y andad por el camino de la inteligencia.
Y el SEÑOR de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos convite de engordados, convite de vinos purificados, de gruesos tuétanos, de purificados líquidos.
A todos los sedientos: Venid a las aguas. Y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien; y se deleitará vuestra alma con grosura.
Y oyendo esto uno de los que juntamente estaban sentados a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que comerá pan en el Reino de los cielos.
He aquí, que yo estoy parado a la puerta y llamo; si alguno oyere mi voz, y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Mas yo os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, e Isaac, y Jacob, en el Reino de los cielos;