47 Versículo de la Biblia sobre La esperanza, como la confianza
Versículos Más Relevantes
Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud.
Pablo, apóstol de Jesús el Cristo, por mandamiento de Dios Salvador nuestro, y del Señor Jesús el Cristo, esperanza nuestra.
Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué has de ser como peregrino en la tierra, y como caminante que se aparta para tener la noche?
¡Oh esperanza de Israel! SEÑOR, todos los que te dejan, serán avergonzados; y los que de mí se apartan, serán escritos en el polvo; porque dejaron la vena de aguas vivas, al SEÑOR.
No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio, y las islas esperarán su ley.
Así que, por esta causa, os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena.
Y otra vez, dice Isaías: Estará la raíz de Jessé, y el que se levantará a regir los gentiles; los gentiles esperarán la salvación en él. Y el Dios de esperanza os llena de todo gozo y paz creyendo; para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
Y acontecerá en aquel tiempo, que la Raíz de Jessé, la cual estará puesta por bandera como ejemplo a los gentiles, será buscada de los gentiles; y su Reino de paz será glorioso.
Que por esto aún trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, y mayormente de los fieles.
que por él creéis a Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios.
Entonces Pablo, sabiendo que una parte era de saduceos, y la otra de fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.
para la esperanza de la vida eterna, la cual prometió el Dios, que no puede mentir, antes de los tiempos de los siglos,
Por lo cual mi corazón se alegró, y mi lengua se gozó; y aun mi carne descansará en esperanza; que no dejarás mi alma en el Hades, ni darás a tu Santo que vea corrupción.
Por tanto se alegró mi corazón, y se gozó mi gloria; también mi carne reposará segura.
teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan.
Porque en esperanza somos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, no lo espera.
Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres.
para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin para cumplimiento de su esperanza,
porque nada perfeccionó la ley, sino la introducción de una mejor esperanza (por la cual nos acercamos a Dios.)
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor, Jesús el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús el Cristo, de los muertos:
por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria (de los hijos) de Dios.
a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio en los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesús el Cristo.
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada. Porque la esperanza solícita de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios. Porque las criaturas sujetas fueron a vanidad, no de su voluntad, sino por causa del que las sujetó,Leer más.
con esperanza que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque lo que fue tan glorioso, en esta parte ni aun fue glorioso, en comparación con la excelente gloria. Porque si lo que perece es para gloria, mucho más será para gloria lo que permanece. Así que, teniendo tal esperanza, hablamos con mucha confianza;
Porque nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por la fe.
para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en el Cristo.
Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante del Señor nuestro Jesús el Cristo en su venida?
Mas nosotros, que somos hijos del día, estemos sobrios, vestidos de cota de fe y de caridad, y la esperanza de la salud por yelmo.
Desde ahora, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que desean su venida.
Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, experiencia; y la experiencia, esperanza;
Mas ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres cosas; pero la mayor de ellas es la caridad.
gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
Y el Dios de esperanza os llena de todo gozo y paz creyendo; para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Hay un cuerpo, y un espíritu; como sois también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.
mas Cristo, como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si hasta el fin retuviéremos firme la confianza y la esperanza gloriosa.
sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder a cada uno que os demande razón de la esperanza que está en vosotros; y esto con mansedumbre y reverencia,
habiendo oído vuestra fe en el Cristo Jesús, y la caridad que tenéis para con todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos; la cual habéis oído ya por la palabra de la verdad del Evangelio;
Porque ya sabemos que todas las criaturas gimen (a una), y (a una) están de parto hasta ahora. Y no sólo ellas, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos esperando la adopción, es a saber, la redención de nuestro cuerpo.
sin cesar acordándonos de la obra de vuestra fe, y del trabajo y caridad, y del esperar con la esperanza del Señor nuestro, Jesús el Cristo, delante del Dios y Padre nuestro.
la cual tenemos como por segura y firme ancla del alma, y que entra hasta en lo que está dentro del velo,
Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesús el Cristo, os es manifestado,
Mirad cuál caridad nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él. Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere, seremos semejantes a él, porque le veremos como él es. Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
Artículos Relacionados
- Esperanza, resultados de
- La esperanza, de los Santos
- La esperanza, en dios
- Objeto de la esperanza
- Optimismo
- Regocijo
- La esperanza de los justos
- La esperanza del Evangelio
- La esperanza y el amor
- La esperanza y la fe
- La fe y la confianza
- La fe, la esperanza y el amor
- La revelación de la salvación de Dios
- No perder la esperanza
- Tener fe