50 Versículo de la Biblia sobre la motivación

Todos los caminos del hombre son limpios en su opinión; mas el SEÑOR pesa los espíritus.

Todo camino del hombre es recto en su opinión; mas el SEÑOR pesa los corazones.

¿Qué pues? Que no obstante, en todas maneras, o por pretexto o por verdad, es anunciado el Cristo; y en esto también me gozo, y aun me gozaré.

Todas vuestras cosas sean hechas con caridad.

El alma del que trabaja, trabaja para sí; porque su boca le constriñe.

Y algunos, a la verdad, predican al Cristo por envidia y porfía; mas otros también por buena voluntad.

Porque el SEÑOR es Sublime y temible; Rey grande sobre toda la tierra.

Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

sin cesar acordándonos de la obra de vuestra fe, y del trabajo y caridad, y del esperar con la esperanza del Señor nuestro, Jesús, el Cristo, delante del Dios y Padre nuestro.

Porque tenemos gran gozo y consolación en tu caridad, de que por ti, oh hermano, han sido recreadas las entrañas de los santos.

Y considerémonos los unos a los otros para provocarnos a la caridad, y a las buenas obras;

para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe, vuestra y mía.

Pruébame, oh SEÑOR, y sondéame; funde mis riñones y mi corazón.

Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Por lo cual, consolaos y edificaos los unos a los otros, así como lo hacéis.

Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis unánimes según el Ungido Jesús;

El fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida;

el que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, en solicitud; el que hace misericordia, en alegría.

Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por el padecer con paciencia, y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

Y David fue muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo; porque todo el pueblo estaba con ánimo amargo, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se esforzó en el SEÑOR su Dios.

Yo soy el SEÑOR, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Si me amáis, guardad mis mandamientos;

El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.

Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si hay en vosotros alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.

Porque Dios traerá toda obra a juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena o mala.

En toda labor hay fruto; mas el hablar y no hacer, empobrece.

He aquí, que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija.

confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y enseñándoles que es necesario que por muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios.

y confiarás, que habrá esperanza; y cavarás, y dormirás seguro;

Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía, y redentor mío

Por tanto, si hay en vosotros alguna consolación en el Cristo; si algún refrigerio de caridad; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.

Levántate, porque a ti toca el negocio, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y ponlo por obra.

Pues si coméis, o si bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Mirad que no hagáis vuestra limosna delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis salario acerca de vuestro Padre que está en los cielos.

consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.

Y cerca de la hora novena, Jesús exclamó con gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo.

Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; lo cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya al Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Y le apareció un ángel del cielo confortándole.

Mas el SEÑOR está conmigo como poderoso gigante; por tanto los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia a los oyentes.

Así, hermano, yo me goce de ti en el Señor; que recrees mi corazón en el Señor.

Sadrac, Mesac, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio.

He visto asimismo que todo trabajo y toda rectitud de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Y procuraba ver quién era Jesús; mas no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.