36 Versículo de la Biblia sobre La superstición
Versículos Más Relevantes
Así dijo el SEÑOR: No aprendáis el camino de los gentiles, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque los gentiles las teman.
Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento. Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la paz le vendrá quién lo asuele. El no creerá que ha de volver de las tinieblas, y siempre está mirando al cuchillo.Leer más.
Desasosegado viene a comer siempre, porque sabe que le está aparejado día de tinieblas. Tribulación y angustia le asombrarán, y se esforzarán contra él como un rey apercibido para la batalla.
De todas partes lo asombrarán temores, y con sus mismos pies lo ahuyentarán.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: Fantasma es. Y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Confiad, YO SOY; no tengáis miedo.
Y viéndole ellos, que andaba sobre el mar, pensaron que era fantasma, y dieron voces; porque todos le veían, y se turbaron. Mas luego habló con ellos, y les dijo: Alentaos; YO SOY, no temáis.
Y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; él ha resucitado de los muertos, y por eso virtudes obran en él.
Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús , porque su nombre era hecho notorio; y dijo: Juan el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él.
Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos; con todo eso el pueblo los alababa grandemente.
Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos.
Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta cubrirse de sangre.
Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel y le habló diciendo: Así dijo el SEÑOR: Por cuanto los sirios han dicho, el SEÑOR es Dios de los montes, no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy el SEÑOR.
porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquel pues, que vosotros honráis sin conocerle, a éste os anuncio yo.
Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí esta potestad, que a cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo.
Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz sea a vosotros. Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían algún espíritu.
Y ellos le dijeron: Estás loca. Mas ella afirmaba que así era. Entonces ellos decían: Su ángel es.
Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuramos por Jesús, el que Pablo predica.
Entonces Pablo habiendo recogido algunos sarmientos, y puéstolos en el fuego, una víbora, huyendo del calor, le acometió a la mano. Y cuando los bárbaros vieron la bestia venenosa colgando de su mano, decían los unos a los otros: Ciertamente este hombre es homicida, que escapado del mar, el castigo no lo deja vivir.
Entonces la multitud, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes a hombres han descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, quería con el pueblo sacrificarles.
Mas él, sacudiendo la bestia en el fuego, ningún mal padeció. Pero ellos estaban esperando cuándo se había de hinchar, o caer muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, mudados, decían que era un dios.
Yo Juan soy el que ha oído, y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Y él me dijo: Mira que no lo hagas, porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de la profecía de este libro. Adora a Dios.
Mas los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo en los ojos del SEÑOR, y sirvieron a los baales y a Astarot, y a los dioses de Siria, y a los dioses de Sidón, y a los dioses de Moab, y a los dioses de los hijos de Amón, y a los dioses de los filisteos; y dejaron al SEÑOR, y no le sirvieron. Y el SEÑOR se airó contra Israel, y los vendió en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón;
Y habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis al SEÑOR, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón al SEÑOR, y servid a él sólo, y él os librará de mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo al SEÑOR.
Después de esto no se tornó Jeroboam de su mal camino; antes volvió a hacer sacerdotes de los altos de entre el pueblo, y quien quería se consagraba, y era de los sacerdotes de los altos.
Y el SEÑOR herirá a Israel, al modo que la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá al otro lado del río (Eufrates ), por cuanto han hecho sus bosques, enojando al SEÑOR. Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel.
Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes de fundición a los Baales. Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, y quemó sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR había echado delante de los hijos de Israel. Asimismo sacrificó y quemó incienso en los altos, y en los collados, y debajo de todo árbol espeso.
antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por el fuego a su hijo, según las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR echó de delante de los hijos de Israel. Asimismo sacrificó, y quemó incienso en los altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol umbroso.
antes se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pos de los baales que les enseñaron sus padres;
antes pondremos ciertamente por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer sahumerios a la reina del cielo, y derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y fuimos llenos de pan, y estuvimos alegres, y nunca vimos mal. Mas desde que cesamos de ofrecer sahumerios a la reina del cielo, y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a cuchillo y a hambre somos consumidos.
Como los llamaban, así ellos se iban de su presencia; a los baales sacrificaban, y a las esculturas ofrecían sahumerios.
Harás como te rogué, que te quedases en Efeso, cuando partí para Macedonia, para que requirieses a algunos que no enseñen diversa doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías sin término, que antes engendran cuestiones diferentes a que la edificación de Dios es por fe.
Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos; pueblo, que en mi cara me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y haciendo perfume sobre ladrillos.
Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros; los que comen carne de puerco, y abominación, y ratón; juntamente serán talados, dice el SEÑOR. Porque yo entiendo sus obras y sus pensamientos. Tiempo vendrá para juntar todos los gentiles y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.
Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra del SEÑOR.
El que enseña otra cosa, y no se allega a las sanas palabras del Señor nuestro, Jesús, el Cristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad; está envanecido, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,
Pero el Espíritu dice manifiestamente, que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios;
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, no se enmendaron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar. Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.