56 Versículos de la Biblia sobre La vigilancia, la Divina
Versículos Más Relevantes
Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro. Mi socorro viene de parte del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero; ni se dormirá el que te guarda.Leer más.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. El SEÑOR será tu guardador; el SEÑOR será tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. El SEÑOR te guardará de todo mal; el guardará tu alma. El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
Ve, y junta los ancianos de Israel, y diles: El SEÑOR Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, se me apareció, diciendo: De cierto os he visitado, y visto lo que se os hace en Egipto;
Porque la parte del SEÑOR es su pueblo; Jacob el cordel de su heredad. Le halló en tierra de desierto, y en un desierto horrible y yermo; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como la niña de su ojo.
Mas los ojos de su Dios fueron sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el negocio viniera a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.
El SEÑOR está en el templo de su santidad; la silla del SEÑOR está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres. El SEÑOR prueba al justo; pero al malo y al que ama la rapiña, su alma aborrece.
Guárdame como lo negro de la niña del ojo, escóndeme con la sombra de tus alas.
Por esto orará a ti todo misericordioso en el tiempo de poder hallarte; ciertamente en la inundación de las muchas aguas no llegarán éstas a él.
El rey no es salvo con la multitud del ejército; no escapa el valiente con la mucha fuerza. Vanidad es el caballo para la salvación; con la grandeza de su fuerza no librará. He aquí, el ojo del SEÑOR sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia;
Zain El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los defiende.
Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
Y seré defensa y amparo firme a mi Casa, del que va y del que viene; y no pasará más sobre ellos angustiador; porque ahora miré con mis ojos.
En aquel día, dijo el SEÑOR, heriré con aturdimiento a todo caballo, y con locura al que en él sube; mas sobre la Casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.Leer más.
Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué era lo que les decía. Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: YO SOY la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores; mas no los oyeron las ovejas. YO SOY la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Por lo cual así mismo padezco esto, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quién he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.
Y he aquí, yo soy contigo, y yo te guardaré por dondequiera que fueres, y yo te volveré a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.
Y bendijo a José, y dijo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,
pues el SEÑOR tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años el SEÑOR tu Dios ha estado contigo; y ninguna cosa te ha faltado.
tierra de la cual el SEÑOR tu Dios procura; siempre están sobre ella los ojos del SEÑOR tu Dios, desde el principio del año hasta el fin de él.
Porque los ojos del SEÑOR contemplan toda la tierra, para corroborar a los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá guerra contra ti.
Vida y misericordia me concediste, y tu visitación guardó mi espíritu.
¡Quién me volviera como en los meses pasados, como en los días cuando Dios me guardaba,
Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra; y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré, y no los arrancaré.
Y será que, como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder, y afligir, así tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dijo el SEÑOR.
Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es llamado tu Nombre; porque no derramamos nuestros ruegos ante tu presencia confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.
Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo cogerá los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las paridas.
Y tú, Belén, de tierra de Judá, no eres muy pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un Guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.
Sámec Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh SEÑOR Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta Casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo hará en este lugar. Oirás pues la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oraren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu habitación, desde los cielos; que oigas y perdones.
que tus ojos estén abiertos sobre esta Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi Nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar.
Y le dijo el SEÑOR: Yo he oído tu oración y tu ruego, que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta Casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.
así que ahora he elegido y santificado esta Casa, para que esté en ella mi Nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel con que hemos pecado contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen males.
desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, cada día madrugando y enviándolos; mas no me oyeron ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.
Ahora, pues, por cuanto habéis vosotros hecho todas estas obras, dijo el SEÑOR, y bien que os hablé, madrugando para hablar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis;
Porque con eficacia protesté a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, madrugando y protestando, diciendo: Oíd mi voz.
Y envió el SEÑOR a vosotros todos sus siervos los profetas, madrugando y enviándoles; mas no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar,
Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando les enseñaba, madrugando y enseñando, no oyeron para recibir castigo;
Y tú salvas a los pobres de espíritu; mas tus ojos están sobre los altivos, para abatirlos.
He aquí que yo envío muchos pescadores, dice el SEÑOR, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán de todo monte, y de todo collado, y de las cavernas de los peñascos. Porque mis ojos están puestos sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su iniquidad se esconde de la presencia de mis ojos.
Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y fortaleceré la enferma; mas a la gruesa y a la fuerte destruiré. Yo las apacentaré en juicio.
¿Qué os parece? Si tuviera algún hombre cien ovejas, y se perdiera una de ellas, ¿no iría por los montes, dejadas las noventa y nueve, a buscar la que se había perdido?
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a la que se perdió, hasta que la halle?
Porque vosotros erais como ovejas descarriadas; mas ahora estáis ya convertidos al Pastor y Obispo de vuestras almas.
Y viendo la multitud, tuvo misericordia de ella; porque estaba derramada y esparcida como ovejas que no tienen pastor.
Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y el SEÑOR dijo: Estos no tienen señor: vuélvase cada uno a su casa en paz.
Entonces él dijo: He visto a todo Israel disperso por los montes como ovejas sin pastor; y dijo el SEÑOR: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz en su casa.
Y será que como gacela perseguida, y como oveja sin pastor; cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.
Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.