48 Versículos de la Biblia sobre Las rocas
Versículos Más Relevantes
Y será en aquel día, que yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que la cargaren serán despedazados, y todos los gentiles de la tierra se juntarán contra ella.
Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿será dejada la tierra por tu causa, y serán traspasadas de su lugar las peñas?
¡Quién diera ahora que mis palabras fueran escritas! ¡Quién diera que se escribieran en un libro! ¡Que con cincel de hierro y con plomo fueran en piedra esculpidas para siempre!
Su corazón es firme como una piedra, y fuerte como una pieza de la muela de abajo.
¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Y quién quedará en pie en el furor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y las peñas se rompen por él.
Mas los hombres de Israel, viéndose puestos en estrecho, (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondió el pueblo en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas.
Y partió Saúl con sus varones a buscarlo; pero fue dado aviso a David, y descendió de allí a la peña, y se quedó en el desierto de Maón. Lo cual cuando Saúl oyó, siguió a David al desierto de Maón.
De la inundación de los montes fueron humedecidos, y abrazan las peñas sin tener en qué cubrirse.
Habitaban en las barrancas de los arroyos, en las cavernas de la tierra, y en las piedras.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me esconderá en el escondrijo de su tienda; en roca me pondrá alto.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Métete en la piedra, escóndete en el polvo, de la presencia espantosa del SEÑOR y del resplandor de su majestad.
Y será aquel Varón como escondedero contra el viento, y como acogida contra el turbión; como riberas de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.
Del estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; se entraron en las espesuras de los bosques, y se subieron en peñascos; toda ciudad fue desamparada, y no habita en ellas varón alguno.
He aquí que yo envío muchos pescadores, dice el SEÑOR, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán de todo monte, y de todo collado, y de las cavernas de los peñascos.
Desamparad las ciudades, y habitad en peñascos, oh moradores de Moab; y sed como la paloma que hace nido detrás de la boca de la caverna.
Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón, tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte; aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dijo el SEÑOR.
Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las piedras de los montes; y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
Confiad en el SEÑOR perpetuamente, porque en JAH, el SEÑOR está la fortaleza de los siglos.
Y le causaron amargura, y asaetearon, y le aborrecieron los señores de saetas; mas su arco quedó en fortaleza, y los brazos de sus manos se corroboraron por las manos del Fuerte de Jacob; de allí apacentó la piedra de Israel, del Dios de tu padre, el cual te ayudará, y del Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre.
Porque el Nombre del SEÑOR invocaré; engrandeced a nuestro Dios. Del Fuerte, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él; es justo y recto.
No hay santo como el SEÑOR; porque no hay ninguno fuera de ti; y no hay Fuerte como el Dios nuestro.
(El Espíritu del SEÑOR ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi lengua. El Dios de Israel me ha dictado, el Fuerte de Israel habló): Señoreador de los hombres, justo señoreador en el temor de Dios. Y como la luz de la mañana cuando sale el sol, de la mañana resplandeciente sin nubes; como resplandor por llovizna sobre la yerba de la tierra:
A ti llamaré, oh SEÑOR, fuerza mía; no te desentiendas de mí; para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes; para anunciar que el SEÑOR mi fortaleza es recto; y que no hay injusticia en él.
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde antiguo, y te dije antes lo que estaba por venir? Luego vosotros sois mis testigos que no hay Dios sino yo; y que no hay Fuerte, que yo no conozca.
¿No eres tú desde el principio, oh SEÑOR, Dios mío, Santo mío? No moriremos oh SEÑOR, para juicio lo pusiste; y fuerte lo fundaste para castigar.
Seme por peña de fortaleza, adonde recurra yo continuamente; has mandado que yo sea salvo; porque tú eres mi roca, y mi castillo.
¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos harían huir a diez millares, si su Fuerte no los hubiera vendido, y el SEÑOR no los hubiera entregado?
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR purificada, escudo es de todos los que en él confían. Porque ¿qué Dios hay sino el SEÑOR? ¿O quién es fuerte sino nuestro Dios?
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él. Porque ¿qué Dios hay fuera del SEÑOR? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios?
Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; y por tu Nombre me guiarás, y me encaminarás.
Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare; a la peña más alta que me conduzcas, porque tú has sido mi refugio, mi torre de fortaleza delante del enemigo.
Bendito sea el SEÑOR, mi roca, que enseña mis manos a la batalla, y mis dedos a la guerra. Misericordia mía y mi castillo, altura mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que allana mi pueblo delante de mí.
Porque te olvidaste del Dios de tu salud; y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por tanto plantarás plantas hermosas, y sembrarás sarmiento extraño.
Y engrosó Jesurún (el recto), y tiró coces; (te engordaste, te engrosaste, te cubriste;) y dejó al Dios que le hizo, y menospreció al Fuerte de su salud. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; le ensañaron con abominaciones. Sacrificaron a los diablos, no a Dios; a los dioses que no conocieron; nuevos dioses, venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres.Leer más.
Del Fuerte que te engendró, te has olvidado; te has olvidado del Dios que te dio a luz con dolor.
Viva el SEÑOR, y sea bendita mi peña; sea ensalzado el Dios, que es la roca de mi salvación.
Viva el SEÑOR, y bendito sea mi fuerte; y sea ensalzado el Dios de mi salud.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía, y redentor mío.
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Disposición de las rocas
Deuteronomio 8:15que te sacó por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde ningún agua había, y él te sacó agua de la peña, del pedernal;