40 Versículo de la Biblia sobre los cónyuges
Versículos Más Relevantes
La esposa no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido; e igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la esposa.
Asimismo vosotras, esposas, sujetaos a vuestros propios maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
El marido pague a su esposa la debida benevolencia; y asimismo la esposa a su marido.
También hay diferencia entre la casada y la virgen. La soltera tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo ha de agradar a su marido.
Porque el marido no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; mas ahora son santos.
Y la mujer que tiene marido no creyente, y él consiente en habitar con ella, no lo deje.
y si se separa, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su esposa.
Y a los casados mando, no yo, sino el Señor: Que la esposa no se separe de su marido;
La esposa está atada a la ley mientras su marido vive; pero si su marido muere, libre es; cásese con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo ha de agradar a su esposa.
no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su esposa, después que fue amancillada; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Pero esto digo, hermanos, que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen,
Porque ¿de dónde sabes, oh esposa, si harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu esposa?
Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.
En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será esposa, pues todos la tuvieron?
¿Estás ligado a esposa? No procures soltarte. ¿Estás libre de esposa? No procures esposa.
Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su esposa, y levantará descendencia a su hermano.
Cuando alguno tomare esposa nueva, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a su esposa que tomó.
Maridos, amad a vuestras esposas, y no seáis amargos para con ellas.
Pero si el no creyente se separa, sepárese. En tales casos el hermano o la hermana no están sujetos a servidumbre; antes a paz nos llamó Dios.
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
No os defraudéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en ayuno y oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
Sea bendito tu manantial; y alégrate con la esposa de tu juventud.
Mas para evitar fornicaciones, cada varón tenga su propia esposa, y cada mujer tenga su propio marido.
Porque la mujer que tiene marido está ligada por la ley a su marido mientras él vive; mas si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Asimismo, vosotros, maridos, habitad con ellas sabiamente, dando honor a la esposa como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de vida; para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino una carne.
La casa y las riquezas son herencia de los padres; mas la esposa prudente viene de Jehová.
Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa a sus maridos; porque vergonzoso es que una mujer hable en la iglesia.
Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa mía; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.
Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dice el Dios tuyo.
Goza de la vida con la esposa que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque ésta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.
Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su esposa, no conviene casarse.
Por tanto, daré sus esposas a otros, y sus campos a quienes los posean; porque desde el chico hasta el grande cada uno sigue la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote todos practican el engaño.
casaos, y engendrad hijos e hijas; dad esposas a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que den a luz hijos e hijas; para que os multipliquéis ahí, y no os disminuyáis.
El corazón de su marido está en ella confiado, y no tendrá necesidad de despojo.
sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.
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