40 Bible Verses about el amor del matrimonio
Versículos Más Relevantes
Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella;
Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor que es el vínculo de perfección.
El marido pague a su esposa la debida benevolencia; y asimismo la esposa a su marido.
Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia.
Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.
Cuando alguno tomare esposa nueva, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a su esposa que tomó.
La esposa está atada a la ley mientras su marido vive; pero si su marido muere, libre es; cásese con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días porque la amaba.
Maridos, amad a vuestras esposas, y no seáis amargos para con ellas.
Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, que yo daré cuanto me dijereis, y dadme a la doncella por esposa.
También hay diferencia entre la casada y la virgen. La soltera tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo ha de agradar a su marido.
Y a los casados mando, no yo, sino el Señor: Que la esposa no se separe de su marido;
pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo ha de agradar a su esposa.
y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino una carne.
Y la mujer que tiene marido no creyente, y él consiente en habitar con ella, no lo deje.
Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.
Porque en la resurrección ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.
Porque el marido no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; mas ahora son santos.
Sea bendito tu manantial; y alégrate con la esposa de tu juventud.
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.
Porque ¿de dónde sabes, oh esposa, si harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu esposa?
Asimismo, vosotros, maridos, habitad con ellas sabiamente, dando honor a la esposa como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de vida; para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
Porque la mujer que tiene marido está ligada por la ley a su marido mientras él vive; mas si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha sido testigo entre ti y la esposa de tu juventud, contra la cual tú has sido desleal, aun siendo ella tu compañera y la esposa de tu pacto.
Asimismo vosotras, esposas, sujetaos a vuestros propios maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
Cuando alguno tomare esposa, y después de haber entrado a ella la aborreciere,
naciones de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No entraréis a ellas, ni ellas entrarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas se juntó Salomón con amor.
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.
Pero esto digo, hermanos, que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen,
con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportándoos los unos a los otros en amor,
Mas también si te casas, no pecaste; y si la virgen se casa, no pecó; pero aflicción de carne tendrán los tales; pero yo os dejo.
Bebe el agua de tu cisterna, y los raudales de tu propio pozo.
El que tiene la esposa, es el esposo, mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo. Así pues, este mi gozo es cumplido.
Mas para evitar fornicaciones, cada varón tenga su propia esposa, y cada mujer tenga su propio marido.
pero si no pueden contenerse, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
Amaos los unos a los otros con amor fraternal, en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
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