58 Versículos de la Biblia sobre el matrimonio

y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino una carne.

Porque el marido no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; mas ahora son santos.

Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, que yo daré cuanto me dijereis, y dadme a la doncella por esposa.

Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,

pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo ha de agradar a su esposa.

prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes que han conocido la verdad.

El marido pague a su esposa la debida benevolencia; y asimismo la esposa a su marido.

Así que no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.

Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.

Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y vino el diluvio, y destruyó a todos.

Así que el que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en casamiento hace mejor.

Mas también si te casas, no pecaste; y si la virgen se casa, no pecó; pero aflicción de carne tendrán los tales; pero yo os dejo.

Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia.

casaos, y engendrad hijos e hijas; dad esposas a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que den a luz hijos e hijas; para que os multipliquéis ahí, y no os disminuyáis.

Mas para evitar fornicaciones, cada varón tenga su propia esposa, y cada mujer tenga su propio marido.

Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.

Te desposarás con mujer, y otro varón se acostará con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la vendimiarás.

Porque cuando resuciten de entre los muertos, no se casarán, ni se darán en casamiento, mas serán como los ángeles que están en el cielo.

Y a los casados mando, no yo, sino el Señor: Que la esposa no se separe de su marido;

Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su esposa, no conviene casarse.

Cuando alguno tomare esposa nueva, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a su esposa que tomó.

En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es al hombre no tocar mujer.

Honroso es en todo el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.

Porque en la resurrección ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.

Porque la mujer que tiene marido está ligada por la ley a su marido mientras él vive; mas si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

La esposa no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido; e igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la esposa.

Porque ¿de dónde sabes, oh esposa, si harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu esposa?

Si le tomare otra, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.

Y si alguno engañare a alguna doncella que no fuere desposada, y se acostare con ella, deberá dotarla y tomarla por esposa.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne.

No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehová.

Sea bendito tu manantial; y alégrate con la esposa de tu juventud.

Y dijo: Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.

Y no emparentarás con ellos: no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.

Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.

Y cuando el rey vino para ver a los convidados, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda,

Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual era grande de edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;

¿Estás ligado a esposa? No procures soltarte. ¿Estás libre de esposa? No procures esposa.

Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han venido las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

para ser empadronado con María su esposa, desposada con él, la cual estaba a punto de dar a luz.