55 Versículos de la Biblia sobre Los escudos
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Reforzó también las fortalezas, y puso en ellas capitanes, y provisiones, vino y aceite. Y en todas las ciudades, puso escudos y lanzas. Las fortificó, pues, en gran manera, y Judá y Benjamín le estaban sujetos.
Se animó así Ezequías, y edificó todos los muros caídos, e hizo levantar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, e hizo muchas espadas y escudos.
Mas fue que desde aquel día la mitad de los jóvenes trabajaba en la obra, y la otra mitad de ellos tenía lanzas y escudos, y arcos, y corazas; y los príncipes estaban tras toda la casa de Judá.
Él se acordará de sus valientes; andando tropezarán; se apresurarán a su muro; y se preparará la defensa.
Hizo también el rey Salomón doscientos escudos de oro extendido; seiscientos siclos de oro gastó en cada escudo. Asimismo trescientos escudos de oro extendido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano.
Hizo también el rey Salomón doscientos escudos de oro labrado, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro labrado. Asimismo trescientos escudos de oro labrado, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano.
Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas; de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos; todos eran hombres valerosos.
Y tomó David los escudos de oro que traían los siervos de Hadad-ezer, y los llevó a Jerusalén.
Tomó también David los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadad-ezer, y los trajo a Jerusalén.
Y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo: se llevó también todos los escudos de oro que Salomón había hecho.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio en manos de los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real.
Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán las armas, escudos y paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y las quemarán en fuego por siete años.
Poned la mesa, observad desde la atalaya, comed, bebed; levantaos, príncipes, ungid el escudo.
Y éste es el número de los principales que estaban listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón, para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová: De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, listos para la guerra.
Y en todas las ciudades, puso escudos y lanzas. Las fortificó, pues, en gran manera, y Judá y Benjamín le estaban sujetos.
Y les aprestó Uzías para todo el ejército, escudos, lanzas, almetes, coseletes, arcos, y hondas de tirar piedras.
Los hijos de Rubén y los gaditas, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla.
El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él.
Por tanto, Jehová dice así del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella escudo, ni será echado contra ella baluarte.
Limpiad las saetas, tomad los escudos; Jehová ha despertado el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, venganza de su templo.
Y vendrán contra ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, y paveses, y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán.
Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y soy tu galardón sobremanera grande.
Dios es mi Roca, en Él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salvación, mi fortaleza alta y mi refugio; mi Salvador, tú me libras de violencia.
Jehová es mi Roca, mi castillo y mi Libertador; mi Dios, mi fortaleza, en Él confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, y mi alto refugio.
Él reserva la sana sabiduría para los rectos; es escudo a los que caminan rectamente.
Y el Ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó, e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos, se apartó, y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche; y en toda aquella noche no se acercaron los unos a los otros.
Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y será vuestra retaguardia el Dios de Israel.
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu sanidad se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, defendiendo, también la librará, pasando, la preservará.
Tú, Jehová, las guardarás; las preservarás de esta generación para siempre.
Muchos dolores habrá para el impío; mas al que confía en Jehová, le rodeará misericordia.
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
Jehová Señor, la fortaleza de mi salvación, tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de la batalla.
Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y seré la gloria en medio de ella.
En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; y el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David será como Dios, como el Ángel de Jehová delante de ellos.
Misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi Libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que somete a mi pueblo delante de mí.
En cuanto a Dios, perfecto es su camino: La palabra de Jehová es acrisolada: Es escudo a todos los que en Él esperan.
Toda palabra de Dios es pura; es escudo a los que en Él esperan.
Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En Él confió mi corazón, y fui ayudado; por lo que se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré.
Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus lugares altos.
Oh Israel, confía en Jehová: Él es su ayuda y su escudo. Casa de Aarón, confiad en Jehová. Él es su ayuda y su escudo. Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová: Él es su ayuda y su escudo.
Tú me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu benignidad me ha engrandecido.
Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; lo rodearás de benevolencia como con un escudo.
Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu ungido. Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad. Porque sol y escudo es Jehová Dios: Gracia y gloria dará Jehová; no quitará el bien a los que en integridad andan.
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se ensoberbeció contra el Todopoderoso, Él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos:
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno;
que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está lista para ser manifestada en el tiempo postrero.
Los príncipes de los pueblos se han reunido, aun el pueblo del Dios de Abraham: Porque de Dios son los escudos de la tierra; Él es muy enaltecido.