21 Versículo de la Biblia sobre Los individuos de advertencia

Versículos Más Relevantes

Y vino Dios á Labán Arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables á Jacob descomedidamente.

Poder hay en mi mano para haceros mal: mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables á Jacob descomedidamente.

Y si al justo amonestares para que el justo no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fué amonestado; y tú habrás librado tu alma.

Y cuando el justo se apartare de su justicia, é hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; mas su sangre demandaré de tu mano.

Y siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen á Herodes, se volvieron á su tierra por otro camino.

Y oyendo que Archelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, temió ir allá: mas amonestado por revelación en sueños, se fué á las partes de Galilea.

Y el varón de Dios envió á decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los Siros van allí.

Entonces el rey de Israel envió á aquel lugar que el varón de Dios había dicho y amonestádole; y guardóse de allí, no una vez ni dos.

Porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, porque no vengan ellos también á este lugar de tormento.

Y les apercibió que no hablasen de él á ninguno.

Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Y nos quedamos allí siete días, hallados los discípulos, los cuales decían á Pablo por Espíritu, que no subiese á Jerusalem.

Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varón cuyo es este cinto, y le entregarán en manos de los Gentiles.

Pero si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la corneta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, tomare de él alguno; por causa de su pecado fué tomado, mas demandaré su sangre de mano del atalaya.

Diciendo yo al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, mas su sangre yo la demandaré de tu mano.

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