39 Versículo de la Biblia sobre los secretos

Las cosas secretas pertenecen á Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

El revela lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él.

El secreto de Jehová es para los que le temen; Y á ellos hará conocer su alianza.

Porque no hay cosa oculta, que no haya de ser manifestada; ni cosa escondida, que no haya de ser entendida, y de venir á luz.

Empero Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria:

Gloria de Dios es encubrir la palabra; Mas honra del rey es escudriñar la palabra.

A saber, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado á sus santos:

Y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados; para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público.

Y él respondiendo, les dijo: Por que á vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos; mas á ellos no es concedido.

Clama á mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes.

Y él dijo: A vosotros es dado conocer los misterios del reino de Dios; mas á los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

Porque Dios traerá toda obra á juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena ó mala.

En el día que juzgará el Señor lo encubierto de los hombres, conforme á mi evangelio, por Jesucristo.

Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi inteligencia en el misterio de Cristo:

¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.

Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.

Mas hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer á cabo de días. Tu sueño, y las visiones de tu cabeza sobre tu cama, es esto:

Trata tu causa con tu compañero Y no descubras el secreto á otro.

¿No tengo yo esto guardado, Sellado en mis tesoros?

Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros á la luz de tu rostro.

El que anda en chismes, descubre el secreto: Mas el de espíritu fiel encubre la cosa.

Escóndeme del secreto consejo de los malignos; De la conspiración de los que obran iniquidad:

No hablé en escondido, en lugar de tierra de tinieblas; no dije á la generación de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud.

Los errores, ¿quién los entenderá? Líbrame de los que me son ocultos.

No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe: de la que duerme á tu lado, guarda, no abras tu boca.

Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en los secretos de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.

MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos.

Entonces el arcano fué revelado á Daniel en visión de noche; por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo.

Entonces uno de los siervos dijo: No, rey, señor mío; sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu más secreta cámara.

Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio del reino de Dios; mas á los que están fuera, por parábolas todas las cosas;

Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.

Pero yo digo á vosotros, y á los demás que estáis en Tiatira, cualesquiera que no tienen esta doctrina, y que no han conocido las profundidades de Satanás, como dicen: Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.

TÉNGANNOS los hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.

Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto á sus siervos los profetas.

Porque el que habla en lenguas, no habla á los hombres, sino á Dios; porque nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.