67 Versículos de la Biblia sobre No morir

Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor.

De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.

También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el Reino de Dios que viene con potencia.

Y os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean el Reino de Dios.

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.

Y el SEÑOR le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.

¿No eres tú desde el principio, oh SEÑOR, Dios mío, Santo mío? No moriremos oh SEÑOR, para juicio lo pusiste; y fuerte lo fundaste para castigar.

No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH.

Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

Por la fe, Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos habiendo recibido a los espías con paz.

Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él delicadamente. Y dijo Agag: Ciertamente se acerca la amargura de la muerte.

No detengas el castigo del niño; porque si lo hirieres con vara, no morirá.

Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.

Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya hubiera perecido en mi aflicción.

¿Quién sabe si se convertirá y se arrepentirá Dios, y se convertirá del furor de su ira, y no pereceremos?

Y clamaron al SEÑOR, y dijeron: Te rogamos ahora, SEÑOR, que no perezcamos nosotros por el alma de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, SEÑOR, has hecho como has querido.

Y el maestre de la nave se llegó a él, y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; por ventura él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.

les dijo: Apartaos, que la muchacha no está muerta, mas duerme. Y se burlaban de él.

Y entrando, les dice: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme.

Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Mas ahora os amonesto que tengáis buen ánimo; porque ninguna pérdida de persona habrá de vosotros, sino solamente de la nave.

(Y María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con ungüento, y limpió sus pies con sus cabellos)

Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto;

Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, se derribó a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano.

Y unos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera?

Descendí a las raíces de los montes; La tierra echó sus cerraduras sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh SEÑOR Dios mío.

Y se puso entre los muertos y los vivos, y la mortandad cesó.

Tú lo herirás con vara, y librarás su alma del infierno.

Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios, que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.

Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro acuerdo con el sepulcro no será firme; cuando pasare el turbión del azote, seréis de él hollados.

diciendo: Pablo, no temas; es necesario que seas presentado delante de César; y he aquí, Dios te ha dado a todos los que navegan contigo.

Mas ruego ahora que perdones mi pecado solamente esta vez, y que oréis al SEÑOR vuestro Dios que quite de mí solamente esta muerte.

para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en el hambre.

para oír el gemido de los presos, para soltar a los hijos de muerte;

Ten misericordia de mí, SEÑOR. Mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;

Porque has librado mi vida de la muerte, ciertamente mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.

Porque has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.

Ciertamente Dios redimirá mi vida del poder desde la sepultura, cuando me tomará. (Selah.)

Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni darás tu Misericordioso para que vea corrupción.

Porque tu misericordia es grande sobre mí; y has librado mi alma del hoyo profundo.

Entre delante de ti el gemido de los presos; conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.

Si dejares de librar los que son tomados para la muerte, y los que son llevados al degolladero;

ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate. (Porque la redención de su vida es de gran precio, y no lo pueden hacer)

que viva adelante para siempre, y nunca vea la sepultura.

¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su alma del poder del sepulcro? (Selah.)

La ley al sabio es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.

El temor del SEÑOR es manantial de vida, para ser apartado de los lazos de la muerte.

El camino de la vida es cuesta arriba al entendido, para apartarse del infierno abajo.

Acuérdate ahora, ¿quién haya sido inocente que se perdiese? Y ¿adónde los rectos han sido cortados?

Ahora pues, di que eres mi hermana, para que yo halle bien por causa tuya, y viva mi alma por amor de ti.

Y anduvo Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Por la fe, Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente resucitaremos, mas no todos seremos transformados.

Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no había de morir. Mas Jesús no le dijo, No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti?

porque no pueden ya más morir; porque son iguales a los ángeles; y son hijos de Dios, cuando son hijos de la resurrección.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.

De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.

Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, ¿y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre?

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Además, si algunos riñeren, y alguno hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y no muriere, pero cayere en cama;

Y el SEÑOR hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel.

Y al día siguiente el SEÑOR hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno.

Entonces el Faraón envió a ver , y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón del Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.

donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.