49 Versículo de la Biblia sobre ser amado

En esto se mostró la caridad de Dios en nosotros, en que Dios envió su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué gracias tendréis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Nosotros le amamos a él, porque él primero nos amó.

Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.

En esto consiste la caridad, no porque nosotros hayamos amado a Dios, sino porque él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo para ser la reconciliación por nuestros pecados.

Mirad cuál caridad nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él.

Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Cristo murió por nosotros.

Pero yo de muy buena gana me desprenderé y seré totalmente desprendido por vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.

para que tomen consolación sus corazones, unidos en caridad, y en todas las riquezas de cumplido entendimiento para conocer el misterio del Dios y Padre, y del Cristo;

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo una misma caridad, unánimes, sintiendo una misma cosa.

Y esta es la caridad, que andemos según su mandamiento. Y el mandamiento es: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo; si alguno ama al mundo, la caridad del Padre no está en él.

Carísimos, amémonos unos a otros; porque la caridad es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

Y nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios tiene en nosotros. Dios es caridad; y el que permanece en caridad, permanece en Dios, y Dios en él.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su mucha caridad con que nos amó,

En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad.

En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los Hermanos.

Mas ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres cosas; pero la mayor de ellas es la caridad.

El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es caridad.

y conocer la caridad del Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

porque el mismo Padre os ama, porque vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios.

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Como el Padre me amó, también yo os he amado; permaneced en mi amor.

Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en una cosa; y que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado.

Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama a Dios, ame también a su Hermano.

Y me dijo otra vez el SEÑOR: Ve, ama una mujer amada de su compañero, y adúltera, como el amor del SEÑOR para con los hijos de Israel; los cuales miran a dioses ajenos, y aman frascos de vino.

Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su Hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su Hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?

El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.

y andad en caridad, como también el Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros por ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave.

Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

sin cesar acordándonos de la obra de vuestra fe, y del trabajo y caridad, y del esperar con la esperanza del Señor nuestro, Jesús el Cristo, delante del Dios y Padre nuestro.

Que habite el Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en caridad,

Este es mi mandamiento: Que os ameis los unos a los otros, como yo os he amado.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Conservaos a vosotros mismos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor, Jesucristo, para vida eterna.

En esto es hecha perfecta la caridad con nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, que cual él es, tales somos nosotros en este mundo.

antes siguiendo la verdad en caridad, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, el Cristo;

Mas el que ama a Dios, el tal es enseñado de Dios.

a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesús, el Cristo.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como os he amado, que también os améis los unos a los otros.

Mejor es la reprensión manifiesta que el amor oculto.

Y si repartiera toda mi hacienda para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.

Porque esta es la caridad de Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.

Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión a la carne, sino servíos por la caridad los unos a los otros.

Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda ciencia; y si tuviera toda la fe, de tal manera que traspasara los montes, y no tengo caridad, nada soy.

podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longitud y la profundidad y la altura,

Todas vuestras cosas sean hechas con caridad.

El amor de la hermandad permanezca.