29 Versículo de la Biblia sobre Vacilación
Versículos Más Relevantes
Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas en la misericordia del SEÑOR que era sobre él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad.
Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
Y fue que sacándolos fuera, dijo: Escápate; sobre tu alma; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, para que no perezcas.
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya al Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Entonces Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No se te ha aparecido el SEÑOR.
Y respondió Moisés delante del SEÑOR, diciendo: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo pues me escuchará el Faraón, mayormente siendo yo incircunciso de labios?
Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Y vinieron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,
Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común e inmunda he comido jamás. Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo ensucies. Y esto fue hecho por tres veces; y el vaso volvió a ser recogido en el cielo.Leer más.
Y estando Pedro dudando dentro de sí qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, que, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si un Simón que tenía por sobrenombre Pedro, posaba allí. Y estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu Santo: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos; porque yo los he enviado.
Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo; porque es más fuerte que nosotros. Y vituperaron entre los hijos de Israel la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella, son hombres de gran estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes: y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos también a ellos.
Entonces toda la congregación alzó grito, y dieron voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Mejor que muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto que muriéramos! ¿Y por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada y que nuestras mujeres y nuestros chiquitos sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?Leer más.
Y decían el uno al otro: Hagamos un capitán, y volvámonos a Egipto.
Y Gedeón preguntó a Dios: ¿has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho? He aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que has de salvar a Israel por mi mano, como lo has dicho. Y aconteció así; porque cuando se levantó de mañana, exprimiendo el vellón sacó de él el rocío, un vaso lleno de agua.Leer más.
Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que la sequedad sea sólo en el vellón, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; porque la sequedad fue sólo en el vellón, y en toda la tierra estuvo el rocío.
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo cojearéis vosotros entre dos pensamientos? Si el SEÑOR es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah! ¡Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y poseámosla; que más podremos que ella.
Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dice: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron.
Y pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón, y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y luego, dejadas sus redes, le siguieron.
y asimismo a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora tomarás hombres. Y como llegaron a tierra los barcos, dejándolo todo, le siguieron.
Era Andrés el hermano de Simón Pedro, uno de los dos que habían oído de Juan, y le habían seguido. Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (al Ungido) que declarado es, el Cristo. Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Piedra).
porque no he rehuido de anunciaros todo el consejo de Dios.
como nada que fuera útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas,
Clama a alta voz, no te detengas; alza tu voz como shofar, y predicad a mi pueblo su rebelión; y a la casa de Jacob su pecado.
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano al arado mirare atrás, es hábil para el Reino de Dios.
Y aconteció que yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré dondequiera que fueres. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene dónde recline la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Y él dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.Leer más.
Y Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú, ve, y anuncia el Reino de Dios.
Y acercándose un escriba, le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que fueres. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, dame licencia para que vaya primero, y entierre a mi padre.Leer más.
Y Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Yo, el SEÑOR, hablé; vine, e hice. No me tornaré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dijo el Señor DIOS.
Porque yo, el SEÑOR, hablaré; y se cumplirá la palabra que yo hablaré; no se dilatará más; antes en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra, y la cumpliré, dijo el Señor DIOS.
Y se apresuró el SEÑOR sobre el castigo, y lo trajo sobre nosotros; porque justo es el SEÑOR nuestro Dios en todas sus obras que hizo, porque no escuchamos su voz.
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; pero es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.