45 Versículos de la Biblia sobre ayudar

Si estorbé el contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda;

Por lo cual, consolaos y edifi-caos los unos a los otros, así como lo hacéis.

Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una botija de aceite.

Y, del hacer bien y de la confraternidad no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

Y dijo el SEÑOR Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda que esté delante de él.

No detengas el bien de sus dueños, cuando tuvieres poder para hacerlo.

Y el SEÑOR los ayudó, y los libera, y los libertará de los impíos; y los salvará, por cuanto esperaron en él.

Y luego el padre del muchacho dijo clamando con lágrimas: Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad.

No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre o a la madre: Todo Corbán (quiere decir, don mío a Dios) todo aquello con que pudiera valerte;

Tomó luego Samuel una piedra, y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó el SEÑOR.

Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros; luego facultades; luego dones de sanidades; ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.

Porque Dios no es injusto que se olvide de vuestra obra y el trabajo de la caridad que habéis mostrado en su nombre, habiendo ayudado a los santos y ayudándoles.

porque en cuanto él mismo padeció y fue tentado, es poderoso para socorrer también a los que son tentados.

Porque yo, el SEÑOR, soy tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudaré.

por vuestra comunión en el Evangelio, desde el primer día hasta ahora.

Ahora pues, ve, que yo seré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.

Si no me ayudara el SEÑOR, presto morará mi alma con los muertos.

Pero vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre o a la madre: Es ya ofrenda mía a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,

Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; porque tú, SEÑOR, me ayudaste, y me consolaste.

No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y mañana te daré; cuando tienes contigo qué darle.

Porque contigo deshice ejércitos; y en mi Dios asalté muros.

Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la honra de tu Nombre; y líbranos, y purga nuestros pecados por causa de tu Nombre.

Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:

Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran campamento, como el campamento de Dios.

No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso.

Y él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere ésta en una fosa en sábado, no le echa mano, y la levanta?

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

Porque libraba al pobre que gritaba, y al huérfano que carecía de ayudador.

Así dijo el SEÑOR: En hora de contentamiento te oí, y en el día de salud te ayudé; y te guardaré, y te daré por alianza de pueblo, para que despiertes la tierra, para que heredes asoladas heredades.

Escucha mi clamor, que estoy muy afligido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.

y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿qué les aprovechará?

Dios está en medio de ella; no será conmovida; Dios la ayudará al clarear la mañana.

Que no tomó a los ángeles, sino a la simiente de Abraham.

Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; mas ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

Pero Marta se distraía en muchos servicios; y sobreviniendo, dice: Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile pues, que me ayude.

Y la tierra ayudó a la mujer; y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca.

para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe, vuestra y mía.

El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte; y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.