9 Versículos de la Biblia sobre el amor por los niños

Que enseñen á las mujeres jóvenes á ser predentes, á que amen á sus maridos, á que amen á sus hijos,

Y amaba Israel á José más que á todos sus hijos, porque le había tenido en su vejez: y le hizo una ropa de diversos colores.

Y nosotros respondimos á mi señor: Tenemos un padre anciano, y un mozo que le nació en su vejez, pequeño aún; y un hermano suyo murió, y él quedó solo de su madre, y su padre lo ama. Y tú dijiste á tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él. Y nosotros dijimos á mi señor: El mozo no puede dejar á su padre, porque si le dejare, su padre morirá.Leer más.
Y dijiste á tus siervos: Si vuestro hermano menor no descendiere con vosotros, no veáis más mi rostro. Aconteció pues, que como llegamos á mi padre tu siervo, contámosle las palabras de mi señor. Y dijo nuestro padre: Volved á comprarnos un poco de alimento. Y nosotros respondimos: No podemos ir: si nuestro hermano fuere con nosotros, iremos; porque no podemos ver el rostro del varón, no estando con nosotros nuestro hermano el menor. Entonces tu siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que dos me parió mi mujer; Y el uno salió de conmigo, y pienso de cierto que fué despedazado, y hasta ahora no le he visto; Y si tomareis también éste de delante de mí, y le aconteciere algún desastre, haréis descender mis canas con dolor á la sepultura.

Entonces el rey se turbó, y subióse á la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ­Hijo mío Absalom, hijo mío, hijo mío Absalom! ­Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalom, hijo mío, hijo mío!

Y levantándose, vino á su padre. Y como aun estuviese lejos, viólo su padre, y fué movido á misericordia, y corrió, y echóse sobre su cuello, y besóle.

En esto conocemos que amamos á los hijos de Dios, cuando amamos á Dios, y guardamos sus mandamientos.

SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados:

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.

Y Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les impidáis de venir á mí; porque de los tales es el reino de los cielos.