Corroborados de toda fortaleza, conforme á la potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura de ánimo con gozo;

Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu.

Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor,

Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.

Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;

Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.

Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.

Y doy gracias al que me fortificó, á Cristo Jesús nuestro Señor, de que me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio:

Salva á tu pueblo, y bendice á tu heredad; Y pastoréalos y ensálzalos para siempre.

Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere.

Antes acuérdate de Jehová tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día.

Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los Gentiles oyesen; y fuí librado de la boca del león.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, coforme, corrobore y establezca.

Y daré á mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos y sesenta días, vestidos de sacos.

Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me sereís testigos en Jerusalem, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Asimismo, á todo hombre á quien Dios dió riquezas y hacienda, y le dió también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce su trabajo; esto es don de Dios.

Empero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía á los Judíos que moraban en Damasco, afirmando que éste es el Cristo.

Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consolatorias á aquel ángel que hablaba conmigo.

Hombre á quien Dios dió riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dió facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto vanidad es, y enfermedad trabajosa.

Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

(Porque el que hizo por Pedro para el apostolado de la circuncisión, hizo también por mí para con los Gentiles;)

De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe;

Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días.

Y le fué dado que diese espíritu á la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que cualesquiera que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos.

Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová.

Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios.

Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.

Y el espíritu de Jehová fué sobre él, y juzgó á Israel, y salió á batalla, y Jehová entregó en su mano á Chusan-risathaim, rey de Siria, y prevaleció su mano contra Chusan-risathaim.

Reparte á siete, y aun á ocho: porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra.

Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;

(Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él: pues aun no había venido el Espíritu Santo; porque Jesús no estaba aún glorificado.)

Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Y si yo por Beelzebub echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

Y vi otro ángel que subía del nacimiento del sol, teniendo el sello del Dios vivo: y clamó con gran voz á los cuatro ángeles, á los cuales era dado hacer daño á la tierra y á la mar,

ASI dice Jehová á su ungido, á Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar gentes delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán:

Mas los Fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

Y la mujer parió un hijo, y llamóle por nombre Samsón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.

Después alcé mis ojos, y miré, y he aquí cuatro cuernos.