40 Versículo de la Biblia sobre los fantasmas

Por tanto os hago saber, que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían algún espíritu.

Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada a los hombres.

Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: Fantasma es. Y dieron voces de miedo.

que el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo.

Y el nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.

Guarda el buen depósito consignado a ti por el Espíritu Santo que habita en nosotros.

Porque tres son los que dan testimonio del cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Mas Jesús, habiendo otra vez exclamado con gran voz, dio el Espíritu.

Mas vosotros, oh amados, edificaos a vosotros mismos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo.

les dijo: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creisteis? Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo.

Entonces serás humillada; hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra, como voz de pitón; y tu habla susurrará desde el polvo.

Y el Dios de esperanza os llena de todo gozo y paz creyendo; para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.

Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, dió el espíritu.

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, (el cual está) en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu Santo les daba que hablasen.

porque la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.

La gracia del Señor Jesús, el Cristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sea con todos vosotros. Amén.

Por ser ministro de Jesús el Cristo a los gentiles, ministrando el Evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo.

Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

Porque será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra; y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.

No os volváis a los encantadores y a los adivinos; no los consultéis ensuciándoos con ellos. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.

Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesus que estaba a la diestra de Dios,

Buscad pues, hermanos, siete varones de vosotros de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, los cuales pongamos en esta obra.

Y como hubo dicho esto, les sopló, y les dijo: Tomad el Espíritu Santo:

los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo;

Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos, también como sobre nosotros al principio.

Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, poniendo en él los ojos,

Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el Espíritu.

Por tanto, id, y enseñad a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

mas que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan.

mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían la palabra.

¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría.

Y Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue agitado del Espíritu al desierto

lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, sino con doctrina del Espíritu Santo, acomodando lo espiritual por medio de lo espiritual.

Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.