Entonces Séfora arrebató un pedernal, y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: Porque tú me eres esposo de sangre.

Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él, y el Espíritu de Dios lo arrebató, y profetizó entre ellos.

Y el Espíritu de Dios arrebató a Saúl en oyendo estas palabras, y se encendió en ira en gran manera.

Extendió su mano de lo alto, y me arrebató, y me sacó de las aguas impetuosas.

También hirió él a un egipcio, hombre de grande estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano; mas descendió a él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza.

Entonces arrebató a su primogénito que había de reinar en su lugar, y lo sacrificó en holocausto sobre el muro. Y hubo grande enojo en Israel; y se retiraron de él, y se volvieron a su tierra.

El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de un telar; mas él descendió a él con un bastón, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.

Su furor me arrebató, y me ha sido contrario; crujió sus dientes contra mí; contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

Próspero estaba, y me desmenuzó; y me arrebató por la cerviz, y me despedazó, y me puso por blanco suyo.

Venid y volvámonos al SEÑOR; que él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.

Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no le vio más el eunuco, y se fue por su camino gozoso.