'Balaam' en la Biblia
Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, a Petor, que está junto al río Eufrates en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamaran, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita delante de mí.
Y fueron los ancianos de Moab, y los ancianos de Madián, con las encantaciones en su mano, y llegaron a Balaam, y le dijeron las palabras de Balac.
Y él les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os recitaré las palabras, cuando el SEÑOR me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Quiénes son estos varones que están contigo?
Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a mí diciendo:
Entonces Dios dijo a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo; porque es bendito.
Así Balaam se levantó por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque el SEÑOR no me quiere dejar ir con vosotros.
Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac, y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros.
Los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;
Y Balaam respondió, y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra del SEÑOR mi Dios, para hacer cosa chica ni grande.
Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieren a llamarte estos varones, levántate y ve con ellos; pero harás lo que yo te dijere.
Así Balaam se levantó por la mañana, y cinchó su asna, y fue con los príncipes de Moab.
Pero Dios se airó porque él iba, y el ángel del SEÑOR se puso en el camino como un adversario contra él. Y {Balaam} iba montado sobre su asna, y sus dos sirvientes con él.
Y el asna vio al ángel del SEÑOR, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.
Y viendo el asna al ángel del SEÑOR, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.
Y viendo el asna al ángel del SEÑOR, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó, y azotó al asna con el palo.
Entonces el SEÑOR abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has herido estas tres veces?
Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Si tuviera espada en mi mano, ahora te mataría!
Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has montado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado a hacerlo así contigo? Y él respondió: No.
Entonces el SEÑOR destapó los ojos a Balaam, y vio al ángel del SEÑOR que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y él se bajó y adoró inclinado sobre su rostro.
Entonces Balaam dijo al ángel del SEÑOR: He pecado, que no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.
Y el ángel del SEÑOR dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te dijere, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.
Y oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirle a la ciudad de Moab, que está junto al término de Arnón, que está al límite de su territorio.
Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido a mí? ¿Por ventura no puedo yo honrarte?
Y Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.
Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot.
Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él.
Y el día siguiente Balac tomó a Balaam, y lo hizo subir a los altos de Baal, y desde allí vio la extremidad del pueblo.
Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.
Y Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar.
Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; por ventura el SEÑOR me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te la haré saber. Y así se fue solo.
Y se encontró Dios con Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.
Y el SEÑOR puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: Vuelve a Balac, y has de hablar así.
Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te he tomado para que maldigas a mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones.
Y Balaam le dijo a Balac: ``Ponte aquí junto a tu holocausto, mientras voy allá a encontrarme {con el S{EÑOR}}."
Y el SEÑOR se encontró con Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y así has de decir.
Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas.
Y Balaam respondió, y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que el SEÑOR me dijere, aquello tengo que hacer?
Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá recto a los ojos de Dios que desde allí me lo maldigas.
Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia Jesimón.
Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.
Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
Y cuando vio Balaam que parecía bien al SEÑOR que él bendijera a Israel, no fue, como la primera y segunda vez, a encuentro de los agüeros, sino que puso su rostro hacia el desierto;
Y levantó Balaam sus ojos y vio a Israel acampado por tribus; y vino sobre él el Espíritu de Dios.
Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, y dijo el varón de ojos abiertos;
Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus palmas le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido resueltamente ya tres veces.
Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:
Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, dijo el varón de ojos abiertos;
Entonces se levantó Balaam, y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino.
Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián: Evi, Requem, Zur, Hur, y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam, hijo de Beor, mataron a espada.
He aquí, ellas fueron a los hijos de Israel, por consejo de Balaam, para causar prevaricación contra el SEÑOR en el negocio de Peor; por lo que hubo mortandad en la congregación del SEÑOR.