'Ciegos' en la Biblia
``Los {que estén} ciegos, quebrados, mutilados, o con llagas purulentas, sarna o roña, no los ofreceréis al SEÑOR, ni haréis de ellos una ofrenda encendida sobre el altar al SEÑOR.
Entonces el rey y los suyos fueron a Jerusalén al jebuseo que habitaba en la tierra; el cual habló a David, diciendo: Tú no entrarás acá, si no echares a los ciegos y los cojos; pensando: No entrará acá David.
Y dijo David aquel día: ¿Quién llegará hasta los canales, y herirá al jebuseo, y a los cojos y ciegos, a los cuales el alma de David aborrece? Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en casa.
el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos.
Deteneos y esperad, cegaos y sed ciegos. Se embriagan, pero no con vino; se tambalean, pero no con licor.
Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad, y de las tinieblas.
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos; y los oídos de los sordos se abrirán.
Para que abras los ojos de los ciegos; para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los asentados en tinieblas.
Y guiaré a los ciegos por camino, que nunca supieron, les haré pisar por las sendas que nunca conocieron; delante de ellos tornaré las tinieblas en luz, y los rodeos en llanura. Estas cosas les haré, y nunca los desampararé.
Oh sordos, oíd; y ciegos, mirad para ver.
Sus atalayas son ciegos; todos ellos son ignorantes; todos ellos son perros mudos, no pueden ladrar; dormidos, echados, aman el dormir.
Tentamos como ciegos la pared, y como sin ojos andamos a tiento; tropezamos en el mediodía como de noche; en sepulcros como muertos.
He aquí yo los torno de tierra del aquilón, y los junto de los fines de la tierra, habrá entre ellos ciegos y cojos, y mujeres que están encinta y las que dieron a luz juntamente; en gran compañía tornarán acá.
Nun: Titubearon ciegos en las calles, fueron contaminados en sangre, que no pudieran tocar sus vestiduras.
Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra el SEÑOR; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.
Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David.
Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dicen: Sí, Señor.
Los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos son limpiados, y los sordos oyen; los muertos son resucitados, y el evangelio es predicado a los pobres.
Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
Y llegaron a él muchas personas, que tenían consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y muchos otros enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
De manera que se maravillaba la multitud, viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos; y glorificaron al Dios de Israel.
Y he aquí dos ciegos sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
Entonces vinieron a él ciegos y cojos en el Templo, y los sanó.
¡Ay de vosotros, guías ciegos! Que decís: Cualquiera que jurare por el Templo es nada; mas cualquiera que jurare por el oro del Templo, deudor es.
¡Insensatos y ciegos! Porque ¿cuál es mayor, el oro, o el Templo que santifica al oro?
¡Insensatos y ciegos! Porque, ¿cuál es mayor, el presente, o el altar que santifica al presente?
¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello!
porque aún no habían cobrado entendimiento en los panes, porque sus corazones estaban ciegos.
El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres; me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados;
Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos; y a muchos ciegos dio la vista.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, dad las nuevas a Juan de lo que habéis visto y oído: que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, a los pobres es anunciado el Evangelio:
Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos;
Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.
En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua.
Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos.
Y oyeron esto algunos de los fariseos que estaban con él, y le dijeron: ¿Somos nosotros también ciegos?
Les dijo Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado; mas ahora porque decís: Vemos, por tanto vuestro pecado permanece.
Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado; ¿puede un demonio abrir los ojos de los ciegos?
y confías que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,