6185 casos

'Del' en la Biblia

No se traía a la casa del SEÑOR el dinero de las ofrendas por la culpa ni el dinero de las ofrendas por el pecado; era para los sacerdotes.

Y Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, habían consagrado, y sus propias cosas sagradas y todo el oro que se encontraba en las tesorerías de la casa del SEÑOR y de la casa del rey, y {las} envió a Hazael, rey de Aram. Entonces él se retiró de Jerusalén.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, y siguió tras los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel; no se apartó de ellos.

Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó día tras día en mano de Hazael, rey de Aram, y en mano de Ben-adad, hijo de Hazael.

Entonces Joacaz imploró el favor del SEÑOR, y el SEÑOR lo oyó; porque El vio la opresión de Israel, de cómo el rey de Aram los oprimía.

Y el SEÑOR dio a Israel un libertador, y escaparon del poder de los arameos; y habitaron los hijos de Israel en sus tiendas como antes.

Pues a Joacaz no le había quedado del ejército más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como polvo de trilla.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos.

Entonces dijo al rey de Israel: Pon tu mano en el arco. Y él puso su mano {sobre el arco;} entonces Eliseo colocó sus manos sobre las manos del rey.

Y dijo: Abre la ventana hacia el oriente, y él {la} abrió. Entonces Eliseo dijo: Tira. Y él tiró. Y {Eliseo} dijo: Flecha de victoria del SEÑOR, y flecha de victoria sobre Aram, porque derrotarás a los arameos en Afec hasta exterminar{los.}

E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, pero no como su padre David; hizo conforme a todo lo que su padre Joás había hecho.

Entonces Jeoás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet-semes; y vino a Jerusalén y derribó la muralla de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Angulo, cuatrocientos codos.

Y tomó todo el oro, la plata y todos los utensilios que se encontraban en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey, también los rehenes; y volvió a Samaria.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel.

Pero el SEÑOR no había decidido borrar el nombre de Israel de debajo del cielo, y los salvó por mano de Jeroboam, hijo de Jeoás.

E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que su padre Amasías había hecho.

Y el SEÑOR hirió al rey, y quedó leproso hasta el día de su muerte. Y habitó en una casa separada, mientras Jotam, hijo del rey, {estaba} al frente de la casa, gobernando al pueblo de la tierra.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como habían hecho sus padres; no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel.

Entonces Salum, hijo de Jabes, conspiró contra él y lo hirió delante del pueblo y lo mató, y reinó en su lugar.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; todos sus días no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel.

Entonces su oficial, Peka, hijo de Remalías, conspiró contra él y lo hirió en Samaria, en la ciudadela de la casa del rey, {y también} a Argob y a Arie; y con él estaban cincuenta hombres de los hijos de los galaaditas. Y lo mató y reinó en su lugar.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel.

E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR; hizo conforme a todo lo que su padre Uzías había hecho.

Sólo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo todavía sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. El edificó la puerta superior de la casa del SEÑOR.

Acaz {tenía} veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén; pero no hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios como su padre David {había hecho,}

Y envió Acaz mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube y líbrame de la mano del rey de Aram y de la mano del rey de Israel que se han levantado contra mí.

Y Acaz tomó la plata y el oro que se hallaba en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey, y envió un presente al rey de Asiria.

Y el rey Acaz fue a Damasco a ver a Tiglat-pileser, rey de Asiria, y vio el altar que {estaba} en Damasco; y el rey Acaz envió al sacerdote Urías el diseño del altar y su réplica, conforme a toda su hechura.

Y el sacerdote Urías edificó un altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había enviado de Damasco, así {lo} hizo el sacerdote Urías antes del regreso del rey Acaz de Damasco.

y el altar de bronce, que {estaba} delante del SEÑOR, lo trajo de delante de la casa, de entre {su} altar y la casa del SEÑOR, y lo puso al lado norte de {su} altar.

Entonces el rey Acaz dio órdenes al sacerdote Urías, diciendo: Quema sobre el gran altar el holocausto de la mañana y la ofrenda de cereal de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda de cereal, con el holocausto de todo el pueblo de la tierra y con su ofrenda de cereal y sus libaciones; y rocía sobre él toda la sangre del holocausto y toda la sangre del sacrificio. Pero el altar de bronce será para mí para consultar.

Y el pórtico para el día de reposo, que habían edificado en la casa, y la entrada exterior del rey, {los} quitó de la casa del SEÑOR a causa del rey de Asiria.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él.

Y abandonaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera, adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal.

Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole.

Tampoco Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel había introducido.

Entonces hablaron al rey de Asiria, diciendo: Las naciones que has llevado al destierro a las ciudades de Samaria, no conocen la costumbre del dios de la tierra; por eso él ha enviado leones entre ellos, y he aquí, {los leones} los matan porque ellos no conocen la costumbre del dios de la tierra.

Y el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allá a uno de los sacerdotes que llevasteis al destierro, y que él vaya y habite allí; y que les enseñe la costumbre del dios de la tierra.

Y aconteció que en el año cuarto del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaria y la sitió,

porque no obedecieron la voz del SEÑOR su Dios, sino que quebrantaron su pacto, {es decir,} todo lo que Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado; no escucharon, ni {lo} cumplieron.

Y en el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó.

Y Ezequías {le} dio toda la plata que se hallaba en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey.

En aquel tiempo Ezequías quitó {el oro de} las puertas del templo del SEÑOR, y {de} los postes {de las puertas} que {el mismo} Ezequías, rey de Judá, había revestido {de oro,} y lo entregó al rey de Asiria.

Entonces el rey de Asiria envió, desde Laquis a Jerusalén, al Tartán, al Rabsaris y al Rabsaces con un gran ejército contra el rey Ezequías. Y subieron y llegaron a Jerusalén. Y cuando subieron, llegaron y se colocaron junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero.

` ¿He subido ahora sin el {consentimiento del} SEÑOR contra este lugar para destruirlo? El SEÑOR me dijo: ``Sube contra esta tierra y destrúyela.'"

Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros {lo} entendemos, y no nos hables en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla.

El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá, y dijo: Escuchad la palabra del gran rey, el rey de Asiria.

ni que Ezequías os haga confiar en el SEÑOR, diciendo: `Ciertamente el SEÑOR nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.'

`` ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria?

Pero el pueblo se quedó callado y no le respondió palabra alguna, porque la orden del rey era: No le respondáis.

Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa {real,} el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.

Y sucedió que cuando oyó {esto} el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del SEÑOR.

``Tal vez el SEÑOR tu Dios oirá todas las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y {lo} reprenderá por las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda."

Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías,

éste les dijo: Así diréis a vuestro señor: ``Así dice el SEÑOR: `No temas por las palabras que has oído, con las que los criados del rey de Asiria me han blasfemado.

Así diréis a Ezequías, rey de Judá: ``No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: `Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.'

Entonces Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó, y subió a la casa del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR.

Y oró Ezequías delante del SEÑOR, y dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, que estás {sobre} los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra.

``Por mano de tus mensajeros has injuriado al Señor, y has dicho: `Con mis numerosos carros subí a las cumbres de los montes, a las partes más remotas del Líbano; corté sus altos cedros {y} sus mejores cipreses, y entré en su morada más lejana, en su más frondoso bosque.

``Sus habitantes, faltos de fuerzas, fueron desalentados y humillados; vinieron a ser {como} la vegetación del campo y {como} la hierba verde, {como} la hierba en los techos que se quema antes de que haya crecido.

``Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion sobrevivientes. El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.

``Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: `El no entrará en esta ciudad, ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo, ni levantará terraplén contra ella.

Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando {los demás} se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres.

Y aconteció que antes que Isaías hubiera salido del patio central, vino a él la palabra del SEÑOR, diciendo:

Vuelve y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: ``Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: `He escuchado tu oración {y} he visto tus lágrimas; he aquí, te sanaré. Al tercer día subirás a la casa del SEÑOR.

`Y añadiré quince años a tu vida, y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.'"

Y Ezequías dijo a Isaías: ¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará, y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día?

Respondió Isaías: Esta será la señal del SEÑOR para ti, de que el SEÑOR hará lo que ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados?

Y Ezequías los escuchó y les mostró toda su casa del tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara.

Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye la palabra del SEÑOR:

``Y {algunos} de tus hijos que saldrán de ti, los que engendrarás, serán llevados, y serán oficiales en el palacio del rey de Babilonia."

Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra del SEÑOR que has hablado es buena. Pues pensaba: ¿No es así, si hay paz y seguridad en mis días?

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había desposeído delante de los hijos de Israel.

Edificó además altares en la casa del SEÑOR, de la cual el SEÑOR había dicho: En Jerusalén pondré mi nombre.

Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa del SEÑOR.

Además, Manasés derramó muchísima sangre inocente hasta llenar a Jerusalén de un extremo a otro, aparte de su pecado con el que hizo pecar a Judá para que hiciera lo malo ante los ojos del SEÑOR.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés.

Y abandonó al SEÑOR, el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino del SEÑOR.

E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR y anduvo en todo el camino de su padre David; no se apartó ni a la derecha ni a la izquierda.

Y en el año dieciocho del rey Josías, el rey envió al escriba Safán, hijo de Azalía, de Mesulam, a la casa del SEÑOR, diciendo:

Ve al sumo sacerdote Hilcías para que cuente el dinero traído a la casa del SEÑOR, que los guardianes del umbral han recogido del pueblo,

y que lo pongan en mano de los obreros encargados de supervisar la casa del SEÑOR, y que ellos lo den a los obreros que están asignados en la casa del SEÑOR para reparar los daños de la casa,

Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa del SEÑOR. E Hilcías dio el libro a Safán, y {éste} lo leyó.

Y el escriba Safán vino al rey, y trajo palabra al rey, diciendo: Tus siervos han tomado el dinero que se halló en la casa, y lo han puesto en mano de los obreros encargados de supervisar la casa del SEÑOR.

El escriba Safán informó también al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y Safán lo leyó en la presencia del rey.

Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.

Entonces el rey ordenó al sacerdote Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey, diciendo:

Id, consultad al SEÑOR por mí, por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, porque grande es la ira del SEÑOR que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no han escuchado las palabras de este libro, haciendo conforme a todo lo que está escrito de nosotros.

Entonces el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario; ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella.

`Así dice el SEÑOR: ``He aquí, voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, {según} todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá.

porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante del SEÑOR cuando oíste lo que hablé contra este lugar y contra sus habitantes, que vendrían a ser desolación y maldición, y has rasgado tus vestidos y has llorado delante de mí, ciertamente te he oído' --declara el SEÑOR.

Y subió el rey a la casa del SEÑOR, y con él todos los hombres de Judá, todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor; y leyó en su presencia todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR.

Después el rey se puso en pie junto a la columna e hizo pacto delante del SEÑOR de andar en pos del SEÑOR y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo {su} corazón y con toda {su} alma, para cumplir las palabras de este pacto escritas en este libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

Entonces el rey ordenó que el sumo sacerdote Hilcías y los sacerdotes de segundo orden y los guardianes del umbral, sacaran del templo del SEÑOR todas las vasijas que se habían hecho para Baal, para la Asera y para todo el ejército de los cielos, y los quemó fuera de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel.

Y sacó la Asera de la casa del SEÑOR fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, y la quemó junto al torrente Cedrón; {la} redujo a polvo y arrojó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.

También derribó las casas de los dedicados a la prostitución que {estaban} en la casa del SEÑOR, donde las mujeres tejían pabellones para la Asera.

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