6185 casos

'Del' en la Biblia

El justo observa la casa del impío, llevando al impío a la ruina.

Espinos {y} lazos hay en el camino del perverso; el que cuida su alma se alejará de ellos.

Los ojos del SEÑOR guardan el conocimiento, pero El confunde las palabras del pérfido.

Y serás como el que se acuesta en medio del mar, o como el que se acuesta en lo alto de un mástil.

Come miel, hijo mío, porque es buena; sí, la miel del panal es dulce a tu paladar.

No aceches, oh impío, la morada del justo, no destruyas su lugar de descanso;

porque es mejor que te digan: Sube acá, a que te humillen delante del príncipe a quien tus ojos han visto.

{Como} las piernas que penden del lisiado, así es el proverbio en boca de los necios.

Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas.

Tómale la ropa al que sale fiador del extraño; y tómale prenda por la mujer desconocida.

Palabras de Agur, hijo de Jaqué: el oráculo. Declaración del hombre a Itiel, a Itiel y a Ucal.

Y no he aprendido sabiduría, ni tengo conocimiento del Santo.

el camino del águila en el cielo, el camino de la serpiente sobre la roca, el camino del barco en medio del mar, y el camino del hombre en la doncella.

Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende los derechos del afligido y del necesitado.

Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.

Yo volví, pues, a considerar la sabiduría, la locura y la insensatez, porque ¿qué {hará} el hombre que venga después del rey {sino} lo que ya ha sido hecho?

Entonces me dije: Como la suerte del necio, así también será la mía. ¿Para qué, pues, me aprovecha haber sido tan sabio? Y me dije: También esto es vanidad.

Porque no hay memoria duradera {ni} del sabio {ni} del necio, ya que todos serán olvidados {en} los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!

Aun he visto más bajo el sol: {que} en el lugar del derecho, está la impiedad, y en el lugar de la justicia, está la iniquidad.

Todos van a un mismo lugar. Todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo.

Había un {hombre} solo, sin sucesor, que no tenía hijo ni hermano, sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, {y nunca se preguntó:} ¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa.

Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!

No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero {de Dios} que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos?

Si ves la opresión del pobre y la negación del derecho y de la justicia en la provincia, no te sorprendas del hecho, porque un oficial vigila sobre {otro} oficial, y {hay oficiales} superiores sobre ellos.

Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho o {coma} poco; pero la hartura del rico no le permite dormir.

Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino; nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano.

El corazón de los sabios está en la casa del luto, mientras que el corazón de los necios está en la casa del placer.

Porque como crepitar de espinos bajo la olla, así es la risa del necio. Y también esto es vanidad.

¿Quién es como el sabio? ¿Y quién {otro} sabe la explicación de un asunto? La sabiduría del hombre ilumina su faz y hace que la dureza de su rostro cambie.

El que guarda el mandato {real} no experimenta ningún mal; y el corazón del sabio conoce el tiempo y el modo.

Y también he visto a los impíos ser sepultados, los que entraban y salían del lugar santo, y que fueron {pronto} olvidados en la ciudad en que así habían actuado. También esto es vanidad.

Y yo {me} dije: Mejor es la sabiduría que la fuerza; pero la sabiduría del pobre se desprecia y no se presta atención a sus palabras.

Las palabras del sabio oídas en quietud son {mejores} que los gritos del gobernante entre los necios.

Las moscas muertas hacen que el ungüento del perfumista dé mal olor; un poco de insensatez pesa más que la sabiduría {y} el honor.

Si la ira del gobernante se levanta contra ti, no abandones tu puesto, porque la serenidad suaviza grandes ofensas.

Hay un mal que he visto bajo el sol, como error que procede del gobernante:

Llenas de gracia son las palabras de la boca del sabio, mientras que los labios del necio a él consumen.

Como no sabes cuál es el camino del viento, {o} cómo {se forman} los huesos en el vientre de la mujer encinta, tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas.

cuando se cierren las puertas de la calle por ser bajo el sonido del molino, y se levante uno al canto del ave, y todas las hijas del canto sean abatidas;

{cuando} también teman a la altura y a los terrores en el camino, y florezca el almendro, se arrastre la langosta y la alcaparra pierda su efecto; porque el hombre va a su morada eterna mientras los del duelo andan por la calle.

Pero además de esto, hijo mío, estate prevenido: el hacer muchos libros no tiene fin, y demasiada dedicación {a ellos} es fatiga del cuerpo.

Si tú no lo sabes, ¿oh la más hermosa de las mujeres!, sal tras las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra placentera me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar.

El me ha traído a la sala del banquete, y su estandarte sobre mí es el amor.

Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a {mi} amor, hasta que quiera.

Hasta que sople {la brisa} del día y huyan las sombras, vuelve, amado mío, y sé semejante a una gacela o a un cervatillo sobre los montes de Beter.

Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a {mi} amor, hasta que quiera.

¿Qué es esoQuién es ésta}>> que sube del desierto como columnas de humo, con perfume de mirra e incienso, con todos los polvos aromáticos del mercader?

El rey Salomón se ha hecho un palanquín de madera del Líbano.

Cuán hermosa eres, amada mía. Cuán hermosa eres. Tus ojos son {como} palomas detrás de tu velo; tu cabellera, como rebaño de cabras que descienden del monte Galaad.

Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas tienen mellizas, y ninguna de ellas ha perdido su cría.

Hasta que sople {la brisa} del día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra y al collado del incienso.

{Ven} conmigo desde el Líbano, esposa {mía}, ven conmigo desde el Líbano. Baja desde la cumbre del Amaná, desde la cumbre del Senir y del Hermón, desde las guaridas de leones, desde los montes de leopardos.

Miel virgen destilan tus labios, esposa {mía,} miel y leche hay debajo de tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano.

{Tú eres} fuente de huertos, pozo de aguas vivas, y corrientes {que fluyen} del Líbano.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso