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'Entonces' en la Biblia

Entonces los oficiales se enojaron contra Jeremías y lo azotaron, y lo encarcelaron en la casa del escriba Jonatán, la cual habían convertido en prisión.

Entonces dio orden el rey Sedequías, y depositaron a Jeremías en el patio de la guarda, haciéndole dar una torta de pan al día, de la plaza de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastara. Y quedó Jeremías en el patio de la guarda.

Entonces dijeron los oficiales al rey: Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo diciéndoles tales palabras; pues este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal.

Entonces tomaron ellos a Jeremías, y lo hicieron echar en la mazmorra de Malquías hijo de Hamelec, que estaba en el patio de la guarda; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la mazmorra no había agua, sino cieno; y se hundió Jeremías en el cieno.

Entonces mandó el rey al mismo Ebed-melec etíope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar a Jeremías profeta de la mazmorra, antes que muera.

Entonces el rey Sedequías mandó traer ante sí al profeta Jeremías a la entrada tercera que {había} en la casa del SEÑOR; y dijo el rey a Jeremías: Voy a preguntarte una cosa; no me ocultes nada.

Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si salieres luego a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego; y vivirás tú y tu casa;

~`Pero si usted no se pasa a los oficiales del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en manos de los Caldeos; y ellos la incendiarán y usted no escapará de su mano.'"

Entonces dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me maltraten.

Entonces Sedequías dijo a Jeremías: Que nadie sepa de estas palabras, y no morirás.

Entonces todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y se sentaron en la Puerta Central: Nergal Sarezer, Samgar Nebo, Sarse Quim el Rabsaris, Nergal Sarezer el Rabmag y todos los demás oficiales del rey de Babilonia.

Entonces el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos en Ribla; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá.

Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en tierra de Judá del vulgo de los pobres que no tenían nada, y les dio entonces viñas y heredades.

Entonces dio {órdenes} Nabuzaradán, capitán de la guardia, juntamente con Nebusazbán el Rabsaris, y Nergal-sarezer el Rabmag, y todos los oficiales principales del rey de Babilonia;

Enviaron entonces, y tomaron a Jeremías del patio de la guarda, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacara a casa; y vivió entre el pueblo.

Como {Jeremías} aun no se volvía, {le dijo:} Vuelve a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto para gobernar sobre las ciudades de Judá, y quédate con él en medio del pueblo; y si no, ve adonde te parezca más conveniente ir. Entonces el capitán de la guardia le dio una ración de alimentos y un regalo, y lo dejó ir.

Y vino entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y moró con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra.

Entonces Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus hombres, diciendo: No temáis servir a los caldeos; quedaos en la tierra y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.

Todos estos judíos tornaron entonces de todas las partes adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa; y cogieron vino y muchos frutos.

Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo: Yo iré ahora, y heriré a Ismael hijo de Netanías, y hombre no lo sabrá, ¿por qué te ha de matar, y todos los judíos que se han recogido a ti se dispersarán, y perecerá el resto de Judá?

Entonces Ismael, hijo de Netanías, salió a su encuentro desde Mizpa, llorando mientras iba; y cuando los encontró, les dijo: Venid a Gedalías, hijo de Ahicam.

Entonces tomaron todos los varones, y fueron a pelear con Ismael hijo de Netanías, y lo hallaron junto a Aguas-muchas, que es en Gabaón.

Entonces Johanán, hijo de Carea, y todos los capitanes de las tropas que estaban con él tomaron de Mizpa a todo el resto del pueblo que él había recobrado de Ismael, hijo de Netanías, después que {éste} había matado a Gedalías, hijo de Ahicam, {es decir,} a los hombres de guerra, las mujeres, los niños y los eunucos, que había traído de Gabaón.

Entonces se acercaron todos los capitanes de las tropas, Johanán, hijo de Carea, Jezanías, hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor,

Entonces el profeta Jeremías les dijo: {Os} he oído. He aquí, voy a orar al SEÑOR vuestro Dios conforme a vuestras palabras, y todas las palabras que el SEÑOR os responda, yo os {las} declararé. No os ocultaré palabra alguna.

Entonces llamó a Johanán, hijo de Carea, y a todos los capitanes de las tropas que estaban con él, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor,

``Si os quedáis en esta tierra, entonces os edificaré y no os derribaré, os plantaré y no os arrancaré, porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.

entonces sucederá que la espada que vosotros teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre que os preocupa, os seguirá de cerca allí {en} Egipto, y allí moriréis.

Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías en Tafnes, diciendo:

Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido sahumerios a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo:

sino que ciertamente cumpliremos toda palabra que ha salido de nuestra boca, y quemaremos sacrificios a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hacíamos nosotros, nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces teníamos bastante alimento, prosperábamos y no veíamos mal alguno.

Entonces Jeremías habló a todo el pueblo, a hombres y a mujeres, a todo el pueblo que así le respondía, diciendo:

Entonces Jeremías dijo a todo el pueblo y a todas las mujeres: Oíd la palabra del SEÑOR, todo Judá, los que estáis en la tierra de Egipto:

``Y los que escapen de la espada, pocos en número, volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá. Entonces sabrá todo el remanente de Judá que ha ido a la tierra de Egipto para residir allí, qué palabra ha de permanecer, si la mía o la de ellos.

Han tropezado muchas veces; en verdad, han caído uno sobre otro. Entonces dijeron: ``Levántate y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra tierra natal, ante la espada opresora."

Por tanto, he aquí, vienen días --declara el SEÑOR-- en que haré que se oiga el grito de guerra contra Rabá de los hijos de Amón, y será convertida en montón de ruinas, y sus ciudades serán incendiadas. Entonces se apoderará Israel de los que lo poseían --dice el SEÑOR.

``Entonces pondré mi trono en Elam, y allí destruiré al rey y a los príncipes" --declara el SEÑOR.

Entonces gritarán de gozo sobre Babilonia el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay, porque del norte vendrán a ella destructores --declara el SEÑOR.

Entonces Jeremías dijo a Seraías: ``Tan pronto llegues a Babilonia, lee en voz alta todas estas palabras,

Entonces fue abierta una brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta de entre los dos muros, que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del desierto, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.

Entonces prendieron al rey, e hiciéronle venir al rey de Babilonia, á Ribla en tierra de Hamath, donde pronunció contra él sentencia.

Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos.

Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres oficiales del templo.

Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra.

Zain: Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien le ayudara, entonces se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas sus cosas deseables que tuvo desde los tiempos antiguos; la miraron los enemigos, y escarnecieron de sus sábados.

Entonces vi en lo que parecían sus lomos y hacia arriba, algo como metal refulgente que lucía como fuego dentro de ella en derredor, y en lo que parecían sus lomos y hacia abajo vi algo como fuego, y {había} un resplandor a su alrededor.

Entonces El me dijo: ``Hijo de hombre, ponte en pie para que Yo te hable."

Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han levantado contra mí hasta este mismo día.

Entonces miré, y he aquí, una mano estaba extendida hacia mí, y en ella {había} un libro en rollo.

Entonces El me dijo: ``Hijo de hombre, come lo que tienes delante; cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel."

Entonces me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo de este rollo que te doy. Y {lo} comí, y fue en mi boca dulce como la miel.

Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: Bendita sea la gloria del SEÑOR desde su lugar.

Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días, atónito, en medio de ellos.

Entonces me levanté y salí a la llanura; y he aquí, la gloria del SEÑOR estaba parada allí, como la gloria que vi junto al río Quebar, y caí rostro en tierra.

Entonces entró espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.

"Entonces pon sitio contra ella: edifica un muro de asedio contra ella, echa un terraplén contra ella, pon campamentos delante de ella, y coloca contra ella arietes alrededor.

Entonces toma una sartén de hierro y colócala como un muro de hierro entre ti y la ciudad, dirige tu rostro hacia ella y quedará bajo sitio: tú la sitiarás. Esta es una señal para la casa de Israel.

Entonces dirigirás tu rostro y tu brazo desnudo hacia el sitio de Jerusalén, y profetizarás contra ella.

Entonces el SEÑOR dijo: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las naciones donde yo los arrojaré.

Entonces El me dijo: Mira, te concedo que prepares tu pan sobre estiércol de vaca en lugar de sobre excremento humano.

"Una tercera parte del pelo lo quemarás a fuego en medio de la ciudad cuando terminen los días del sitio. Tomarás otra tercera parte {y} golpearás con la espada alrededor de la ciudad; y la otra tercera parte la esparcirás al viento. Entonces Yo desenvainaré la espada detrás de ellos.

``Se desahogará mi ira, saciaré en ellos mi furor y me vengaré; entonces sabrán que yo, el SEÑOR, he hablado en mi celo cuando desahogue mi furor contra ellos.

Cuando arrojare yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales yo enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del pan.

`Entonces los que de vosotros escapen me recordarán entre las naciones adonde serán llevados cautivos, porque he sufrido a causa de sus corazones adúlteros que se apartaron de mí, y a causa de sus ojos que se prostituyeron tras sus ídolos; y se aborrecerán a sí mismos por los males que han cometido, por todas sus abominaciones.

"Entonces ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos alrededor de sus altares, en toda colina elevada, en todas las cumbres de los montes, bajo todo árbol verde y bajo toda encina frondosa, lugares donde ofrecían aroma agradable a todos sus ídolos.

``Vendrá calamidad sobre calamidad, y habrá rumor tras rumor; entonces buscarán visión del profeta, y la ley desaparecerá del sacerdote y el consejo de los ancianos.

Entonces miré, y he aquí, una figura con aspecto de hombre; desde sus lomos para abajo {tenía} la apariencia de fuego, y desde sus lomos para arriba la apariencia de un resplandor, como el aspecto de un metal refulgente.

Díjome entonces: Hijo del hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí, para alejarme de mi santuario? Mas vuélvete aún, y verás abominaciones mayores.

Entonces me dijo: Entra y ve las perversas abominaciones que ellos cometen aquí.

Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: ``El SEÑOR no nos ve; el SEÑOR ha abandonado la tierra."

Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del SEÑOR que está al norte; y he aquí, {había} allí mujeres sentadas llorando a Tamuz.

Entonces me llevó al atrio interior de la casa del SEÑOR. Y he aquí, a la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, {había} unos veinticinco hombres de espaldas al templo del SEÑOR y de cara al oriente, y se postraban hacia el oriente, hacia el sol.

Entonces gritó a mis oídos con gran voz, diciendo: Acercaos, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano.

Entonces la gloria del Dios de Israel subió del querubín sobre el cual había estado, hacia el umbral del templo. Y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura;

Entonces les dijo: Profanad el templo y llenad de muertos los atrios. ¡Salid! Y salieron, y fueron hiriendo por la ciudad.

Entonces me dijo: La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es grande en extremo, la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversión; porque dicen: ``El SEÑOR ha abandonado la tierra, el SEÑOR nada ve."

Entonces el hombre vestido de lino que tenía la cartera a la cintura, trajo un informe, diciendo: ``He hecho tal como me ordenaste."

Entonces miré, y he aquí, en el firmamento que {estaba} sobre las cabezas de los querubines, como una piedra de zafiro de apariencia semejante a un trono apareció sobre ellos.

Entonces la gloria del SEÑOR subió del querubín hacia el umbral del templo, y el templo se llenó de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR.

Entonces miré, y he aquí, {había} cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas {era} como el brillo de una piedra de Tarsis.

Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar.

Entonces la gloria del SEÑOR salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines.

Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines.

Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del SEÑOR que mira al oriente. Y he aquí, a la entrada de la puerta {había} veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo.

Y aconteció que, estando yo profetizando, Pelatías hijo de Benaía murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé con gran voz, y dije: ¡Ah, Señor DIOS! ¿harás tú consumación del remanente de Israel?

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Entonces los querubines alzaron sus alas con las ruedas a su lado, y la gloria del Dios de Israel {estaba} por encima, sobre ellos.

Entonces hablé a los desterrados de todas las cosas que el SEÑOR me había mostrado.

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR:

Saca tu equipaje como equipaje del destierro, de día, ante sus ojos. Entonces sal tú por la tarde, ante sus ojos, como los que salen al destierro.

Yo hice tal como se me había mandado. Saqué mi equipaje de día como el equipaje de un desterrado. Entonces al atardecer cavé con mis manos a través del muro; salí en la oscuridad y cargué {el equipaje} sobre los hombros, a la vista de ellos.

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR:

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR:

Entonces vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mí.

Por tanto, háblales y diles: ``Así dice el Señor DIOS: `Cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su corazón, y que ponga delante de su rostro lo que lo hace caer en su iniquidad, y {después} venga al profeta, yo, el SEÑOR, le responderé entonces de acuerdo con la multitud de sus ídolos,

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, entonces yo extenderé mi mano sobre ella y le quebrantaré el sustento de pan y enviaré en ella hambre, y cortaré de ella hombres y bestias;

Sin embargo, he aquí, en ella quedarán sobrevivientes, hijos e hijas que serán sacados. He aquí, saldrán hacia vosotros y veréis su conducta y sus obras; entonces seréis consolados de la calamidad que he traído contra Jerusalén, de todo lo que he traído sobre ella.

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Reina Valera Gómez (© 2010)