70 casos en 6 traducciones

'Esté' en la Biblia

Este hombre subía todos los años de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificio al SEÑOR de los ejércitos en Silo. Y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, eran sacerdotes del SEÑOR allí.

Y Elí bendijo a Elcana y a su esposa, diciendo: Jehová te dé simiente de esta mujer en lugar de este préstamo que es hecho a Jehová. Y se volvieron a su casa.

Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes.

Por tanto, el SEÑOR, Dios de Israel, declara: ``Ciertamente yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí para siempre"; pero ahora el SEÑOR declara: ``Lejos esté esto de mí, porque yo honraré a los que me honran, y los que me menosprecian serán tenidos en poco.

Al oír los filisteos el ruido del clamor, dijeron: ¿Qué {significa} el ruido de este gran clamor en el campamento de los hebreos? Entonces comprendieron que el arca del SEÑOR había llegado al campamento.

Y cuando Elí oyó el estruendo de la gritería, dijo: ¿Qué estruendo de alboroto es éste? Y aquel hombre vino aprisa, y dio las nuevas a Elí.

Y mirad; si sube por el camino de su término a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, seremos ciertos que su mano no nos hirió, nos ha sido accidente.

Y los hombres de Bet-semes dijeron: ¿Quién puede estar delante del SEÑOR, este Dios santo? ¿Y a quién subirá {al alejarse} de nosotros?

Y dijo: Este será el derecho del rey que hubiere de reinar sobre vosotros; tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros, y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro.

Y cuando vinieron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque por ventura mi padre, deje de preocuparse por las asnas, y esté acongojado por nosotros.

Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas doncellas que salían por agua, a las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?

Y Samuel miró a Saúl, y el SEÑOR le dijo: He aquí éste es el varón del cual te dije; éste señoreará a mi pueblo.

Entonces alzó el cocinero una espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante de ti, y come; porque para este tiempo se guardó para ti, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.

Pero los hijos de Belial dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló.

Pero Saúl dijo: ``A nadie se matará en este día, porque hoy el SEÑOR ha hecho liberación en Israel."

Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y cano; mas mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.

Y él les dijo: El SEÑOR es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado en mi mano cosa ninguna. Y ellos respondieron: Así es.

Después que Jacob hubo entrado en Egipto y vuestros padres clamaron al SEÑOR, el SEÑOR envió a Moisés y a Aarón, los cuales sacaron a vuestros padres de Egipto, y los hicieron habitar en este lugar.

"Ahora pues, aquí está el rey que han escogido, a quien han pedido; éste es a quien el SEÑOR ha puesto rey sobre ustedes.

Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios, que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.

Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en pos del SEÑOR, sino servid al SEÑOR con todo vuestro corazón.

Entonces dijo Saúl: Llegaos acá todos los principales del pueblo; y sabed y mirad por quién ha sido hoy este pecado;

Porque vive el SEÑOR que libra a Israel, que aunque {la culpa} esté en mi hijo Jonatán, ciertamente morirá. Pero nadie, en todo el pueblo, le respondió.

Pero el pueblo dijo a Saúl: ¿Debe morir Jonatán, el que ha obtenido esta gran liberación en Israel? No sea así. Vive el SEÑOR que ni un cabello de su cabeza caerá a tierra, porque él ha obrado con Dios en este día. Así el pueblo rescató a Jonatán, y no murió.

Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de bueyes es éste que yo oigo con mis oídos?

Cuando Samuel se volvía para irse, {Saúl} asió el borde de su manto, y {éste} se rasgó.

Entonces llamó Jessé a Abinadab, y le hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Ni a éste ha elegido el SEÑOR.

Hizo luego pasar Jessé a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido el SEÑOR.

Envió, pues, por él, y lo hizo entrar; el cual era rojo, (de buen color), de hermoso parecer y de bello aspecto. Entonces el SEÑOR dijo: Levántate y úngelo, que éste es.

Ordene ahora nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen un hombre que sepa tocar el arpa, y cuando el espíritu malo de parte de Dios esté sobre ti, él tocará {el arpa} con su mano y te pondrás bien.

Y Saúl envió a decir a Jessé: Yo te ruego que esté David conmigo; porque ha hallado gracia en mis ojos.

Y David era hijo de un varón efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Jessé, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de gran edad entre los hombres.

Y dijo Isaí á David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un epha de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo presto al campamento á tus hermanos.

Entonces habló David a los que junto a él estaban, diciendo: ¿Qué harán a aquel varón que venciere a este filisteo, y quitare la deshonra de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que deshonre a los escuadrones del Dios viviente?

Entonces Saúl dijo a David: Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud.

Fuera león, fuera oso, tu siervo lo mataba; pues este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha deshonrado al ejército del Dios viviente.

Y añadió David: el SEÑOR que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y el SEÑOR sea contigo.

Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo.

Cuando Saúl vio a David salir contra el filisteo, dijo a Abner, el comandante del ejército: Abner, ¿de quién es hijo este joven? Y Abner dijo: Por tu vida, oh rey, no sé.

Entonces Saúl se enfureció, pues este dicho le desagradó, y dijo: Han atribuido a David diez miles, pero a mí me han atribuido miles. ¿Y qué más le falta sino el reino?

Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo {de parte} de Dios se apoderó de Saúl, y éste deliraba en medio de la casa, mientras David tocaba {el arpa} con su mano como de costumbre. Saúl {tenía} la lanza en la mano,

Y trató Saúl de clavar a David en la pared con la lanza, pero {éste} se escurrió de la presencia de Saúl, y la lanza se clavó en la pared; David huyó y escapó aquella noche.

Y él le dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra; ¿por qué, pues, me encubrirá mi padre este negocio? No será así.

"En cuanto al acuerdo del cual tú y yo hemos hablado, que el SEÑOR esté entre nosotros dos para siempre."

y dijo: ``Te ruego que me dejes ir, pues nuestra familia tiene sacrificio en la ciudad y mi hermano me ha mandado que asista. Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego me dejes ir para ver a mis hermanos." Por este motivo no ha venido a la mesa del rey.

Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, ya que nos hemos jurado el uno al otro en el nombre del SEÑOR, diciendo: ``El SEÑOR esté entre tú y yo, y entre mi descendencia y tu descendencia para siempre." {David} se levantó y se fue, y Jonatán entró en la ciudad.

Y respondió David al sacerdote Ahimelec: El rey me encomendó un negocio, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna de este negocio a que yo te envío, y que yo te he mandado; y yo les señalé a los criados un cierto lugar.

Y los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No es éste a quien cantaban en los corros, diciendo: Hirió Saúl sus miles, y David sus diez miles?

¿Acaso me faltan dementes, para que hayáis traído éste que hiciera locuras delante de mí? ¿había de venir éste a mi casa?

Y Saúl dijo: Escucha ahora, hijo de Ahitob. Y {éste} respondió: Heme aquí, mi señor.

¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea de mí; no impute el rey cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este negocio, grande ni chica.

Saúl fue con sus hombres a buscar{lo,} pero le avisaron a David, y {éste} bajó a la peña y permaneció en el desierto de Maón. Cuando Saúl {lo} supo, persiguió a David en el desierto de Maón.

Y los hombres de David le dijeron: Mira, {este es} el día del que te habló el SEÑOR: ``He aquí, voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca." Entonces David se levantó y cortó a escondidas la orilla del manto de Saúl.

He aquí, hoy han visto tus ojos que el SEÑOR te ha puesto en mis manos en la cueva en este día; y algunos me dijeron que te matara, pero {mis ojos} tuvieron piedad de ti, y dije: ``No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del SEÑOR."

Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? El SEÑOR te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo.

Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha devuelto mal por bien.

Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste.

Y ahora permite que este presente que tu sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a mi señor.

Entonces Abigail regresó a Nabal, y éste tenía un banquete en su casa, como el banquete de un rey. Y el corazón de Nabal estaba alegre, pues estaba muy ebrio, por lo cual ella no le comunicó nada hasta el amanecer.

Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo algunos días o algunos años, y no he hallado cosa en él desde el día que se cayó a mí hasta hoy?

Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Envía a este hombre, que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla nos sea adversario; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres?

Y Aquis respondió a David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno ante mis ojos, como un ángel de Dios; mas los príncipes de los filisteos han dicho: No venga éste con nosotros a la batalla.

Y David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Seguiré este ejército? ¿Lo podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelo que de cierto lo alcanzarás, y sin falta librarás la presa.

David tomó también todas las ovejas y el ganado {de los amalecitas,} llevándolos delante de los otros ganados, y decían: Este es el botín de David.

¿Y quién os escuchará en este caso? Porque igual parte ha de ser la de los que vienen a la batalla, y la de los que quedan con el bagaje; que partan juntamente.

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