'Gobernador' en la Biblia
Así pues, no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón, y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, y en la tierra de Sehón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán; y además de éstos había un gobernador general en toda la tierra.
Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joas hijo del rey;
No había entonces ningún rey en Edom; había gobernador {en lugar de} rey.
E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gabaa hasta Beerseba; y derribó los lugares altos de las puertas y los que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad; y los que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Safán.
Y oyendo todos los príncipes del ejército, ellos y los varones, que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, se vinieron a Gedalías en Mizpa, es a saber, Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Searías hijo de Tanhumet, el netofatita, y Jaazanías hijo de Maacati, ellos con los suyos.
Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y llevadlo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey,
Tuvo también Uzías escuadrones de guerreros, los cuales salían a la guerra en compañías, según que estaban por lista hecha por mano de Jehiel escriba y de Maasías gobernador, y por mano de Hananías, uno de los príncipes del rey.
A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra, y la Casa, envió a Safán hijo de Azalía, y a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, escritor de crónicas, para que repararan la Casa del SEÑOR su Dios.
Y el gobernador les dijo que no comieran de las cosas santísimas hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim.
El gobernador Rehum y el escriba Simsai, escribieron una carta al rey Artajerjes contra Jerusalén, de esta manera:
El gobernador Rehum, el escriba Simsai, y sus demás compañeros, los jueces y los gobernadores de menos categoría, los oficiales, los secretarios, los hombres de Erec, los Babilonios, los hombres de Susa, es decir, los Elamitas,
{Entonces} el rey envió respuesta al gobernador Rehum, al escriba Simsai, y a sus demás compañeros que habitan en Samaria y en las demás {provincias} al otro lado del Río: ``Paz. Y ahora
En aquel tiempo Tatnai, gobernador de {la provincia} al otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros vinieron a ellos y les hablaron así: ¿Quién os dio orden de reedificar este templo y de terminar este edificio?
{Esta es} la copia de la carta que Tatnai, gobernador de {la provincia} al otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros los oficiales que {estaban} al otro lado del río, enviaron al rey Darío.
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que {estaba} en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador.
Ahora pues, Tatnai, gobernador de {la provincia} al otro lado del río, Setar-boznai, y vuestros compañeros, los oficiales del otro lado del río, alejaos de allí.
No impidáis esta obra de la casa de Dios, y que el gobernador de los judíos y los ancianos de los judíos reedifiquen esta casa de Dios en su lugar.
Entonces Tatnai, gobernador del otro lado del río, y Sethar-boznai, y sus compañeros, hicieron prestamente según el rey Darío había enviado.
Junto á ellos restauró Melatías Gabaonita, y Jadón Meronothita, varones de Gabaón y de Mizpa, por la silla del gobernador de la otra parte del río.
También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
Y lo que se aderezaba para cada día era un buey, seis ovejas escogidas, y aves también se aparejaban para mí, y cada diez días vino en toda abundancia: y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Y el gobernador les dijo que no comieran de las cosas santísimas hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim.
Algunos de los jefes de {casas} paternas contribuyeron para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones {y} quinientas treinta túnicas sacerdotales.
Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote {y} escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Este día es santo para el SEÑOR vuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.
En el documento sellado {estaban los nombres de} Nehemías el gobernador, hijo de Hacalías, y Sedequías,
Estos fueron en los días de Joiacim, hijo de Jesuá, hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías, y del sacerdote Esdras, escriba.
Lo puso por señor de su casa, y por gobernador de todas sus posesiones;
la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,
Hay otro mal que debajo del sol he visto; como salido de delante del gobernador por yerro:
Enviad cordero al gobernador de la tierra, desde Sela del desierto hasta el monte de la hija de Sión.
Y de entre ellos saldrán sus nobles, y de en medio de ellos saldrá su gobernador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que dispuso su corazón para acercarse a mí? dice Jehová.
Entonces el rey magnificó a Daniel, y le dio muchos y grandes dones, y lo puso por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por príncipe de los gobernadores sobre todos los sabios de Babilonia.
En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra del SEÑOR, por mano del profeta Hageo, a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:
Y despertó el SEÑOR el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el remanente del pueblo; y vinieron e hicieron obra en la Casa del SEÑOR de los ejércitos, su Dios,
Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al remanente del pueblo, diciendo:
Habla a Zorobabel, gobernador de Judá, diciendo: Yo hago temblar los cielos y la tierra;
Y cuando presentáis un {animal} ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y cuando presentáis el cojo y el enfermo, ¿no es malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad? --dice el SEÑOR de los ejércitos.
Por aquel tiempo, Herodes (Antipas, hijo de Herodes el Grande) el tetrarca (gobernador de Galilea) oyó la fama de Jesús,
Y después de atarle, le llevaron y le entregaron a Pilato, el gobernador.
Y Jesús estuvo delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Y no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
Y en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, cual quisieran.
Y respondiendo el gobernador les dijo: ¿Cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: a Barrabás.
Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea colgado en un madero.
Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y juntaron a él toda la cuadrilla;
Y si esto fuere oído del gobernador, nosotros le persuadiremos, y os haremos seguros.
Este empadronamiento primero fue hecho siendo Cirenio gobernador de Siria.
Y en el año quince del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia,
Y acechándole enviaron espías que simularan ser justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregaran al principado y a la potestad del gobernador.
Entonces llevaron a Jesús {de casa} de Caifás al Pretorio (residencia oficial del gobernador); era muy de mañana; y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua.
Entró de nuevo al Pretorio (residencia oficial del gobernador) y dijo a Jesús: `` ¿De dónde eres Tú?" Pero Jesús no le dio respuesta.
y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría en la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual le puso por gobernador sobre Egipto, y sobre toda su casa.
Entonces él se levantó, y fue; y he aquí un Etíope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etíopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido a adorar a Jerusalén,
Y que aparejaran cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevaran a salvo a Félix, el gobernador.
Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud.
Y como llegaron a Cesarea, y dieron la carta al gobernador presentaron también a Pablo delante de él.
Y el gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y entendiendo que de Cilicia,
dijo: ``Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores." Y mandó que lo guardaran en el Pretorio (la residencia oficial del gobernador) de Herodes (Agripa I).
Y cinco días después descendió el príncipe de los sacerdotes, Ananías, con algunos de los ancianos, y un cierto Tértulo, orador; y comparecieron delante del gobernador contra Pablo.
Después que llamaron a Pablo, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo {al gobernador:} Ya que por ti hemos obtenido mucha paz, y que por providencia tuya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación,
Entonces Pablo, haciéndole el gobernador señal que hablara, respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres gobernador de esta nación, con buen ánimo satisfaré por mí.
Y como hubo dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos;
En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los Damascenos para prenderme;
de tal manera que mis prisiones por {la causa de} Cristo se han hecho notorias en toda la guardia pretoriana (en todo el palacio del gobernador) y a todos los demás.