1349 casos

'Ha' en la Biblia

Y conoció aún Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set; porque Dios (dijo ella) me ha dado otra simiente por Abel, al cual mató Caín.

Dijo, pues, Sarai a Abram: He aquí ahora el SEÑOR me ha vedado de dar a luz; te ruego que entres a mi sierva; por ventura tendré hijos de ella. Y oyó Abram al dicho de Sarai.

Y le dijo aun el ángel del SEÑOR: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque ha oído el SEÑOR tu aflicción.

Entonces el SEÑOR dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?

Entonces el SEÑOR le dijo: Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se ha engrandecido, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,

descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.

Porque destruimos este lugar, por cuanto el clamor de ellos se ha engrandecido delante del SEÑOR; por tanto el SEÑOR nos ha enviado para destruirlo.

he aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, que por ventura no se me pegue el mal, y muera.

Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.

Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac.

Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

Y aconteció después de estas cosas, que fue dada nueva a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:

y el SEÑOR ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.

Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz un hijo a mi señor después de su vejez, al cual ha dado todo cuanto tiene.

Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: Del SEÑOR ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.

He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho el SEÑOR.

Y él les dijo: No me detengáis, pues que el SEÑOR ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.

Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora nos ha hecho ensanchar el SEÑOR y fructificaremos en la tierra.

Y él se llegó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, y dijo: Mira, el olor de mi hijo, como el olor del campo que el SEÑOR ha bendecido.

Y él respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha engañado dos veces; me tomó mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el SEÑOR que yo era aborrecida, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.

Y dijo Lea: Dios me ha dado mi salario, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.

Y dijo Lea: Dios me ha dado buena dádiva; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.

Y concibió, y dio a luz un hijo; y dijo: Dios ha quitado mi vergüenza;

Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, he experimentado que el SEÑOR me ha bendecido por tu causa.

Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cuánto ha sido tu ganado conmigo;

porque poco tenías antes de mi venida , y ha crecido en multitud; y el SEÑOR te ha bendecido con mi entrada; y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?

Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti; todo lo que no fuere pintado ni manchado en las cabras y bermejo en las ovejas mías , se me ha de tener por de hurto.

Y oía él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta gloria.

Y les dijo: Veo que el rostro de vuestro padre no es para conmigo como ayer y antes de ayer; mas el Dios de mi padre ha sido conmigo.

Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que suben sobre las ovejas cinchados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio?

Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es, y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Y alzó sus ojos, y vio las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo.

Toma, te ruego, mi bendición que te es traída; porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. Y porfió con él, y la tomó.

Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado con vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.

Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y allí haré altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha sido conmigo en el camino que he andado.

Y él la conoció, y dijo: La ropa de mi hijo es; alguna mala bestia le devoró; José ha sido despedazado.

Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí ramera.

Entonces él se volvió a Judá, y dijo: No la he hallado; y también los hombres del lugar dijeron: Aquí no ha estado ramera.

Y acaeció que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y aun cierto está encinta de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.

Y él no quiso, y dijo a la mujer de su señor: He aquí que mi señor no sabe conmigo lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.

No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer, ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?

llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo, para que hiciese burla de nosotros; vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces;

Y sucedió que cuando oyó su señor las palabras que su mujer le hablara, diciendo: Así me ha tratado tu siervo; se encendió su furor.

Entonces respondió José al Faraón: El sueño del Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado al Faraón lo que él hace.

Esto es lo que respondo al Faraón. Lo que Dios hace, lo ha mostrado al Faraón.

Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, que vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.

Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aun helo aquí en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros; que su hermano es muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor a la sepultura.

Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿O con qué nos justificaremos? Dios ha descubierto la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros también, y aquel en cuyo poder fue hallada la copa.

Así pues, no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto por padre del Faraón, y por señor a toda su casa, y por enseñoreador en toda la tierra de Egipto.

Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.

Y José dijo: Dad vuestros ganados, y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el dinero.

Y acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubriremos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra.

Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Allégalos ahora a mí, y los bendeciré.

Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también tu simiente.

Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los postreros días.

Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.

El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido ahora delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.

Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; y si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?

Y dijo más Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: El SEÑOR Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi Nombre para siempre, y este es mi memorial por todos los siglos.

Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: El SEÑOR Dios de los hebreos, nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios.

Entonces Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No se te ha aparecido el SEÑOR.

Por esto creerán que se te ha aparecido el SEÑOR Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.

Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos al SEÑOR nuestro Dios; para que no nos encuentre con pestilencia o con espada.

Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus gobernadores, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho el Faraón: Yo no os doy hornija.

Porque desde que yo vine al Faraón para hablarle en tu Nombre, ha afligido a este pueblo; y tú tampoco has librado a tu pueblo.

El SEÑOR respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré al Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra.

Y Moisés respondió delante del SEÑOR: He aquí, yo soy incircunciso de labios, ¿cómo pues me ha de oír el Faraón?

y dile: El SEÑOR, el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirvan en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír.

Así ha dicho el SEÑOR: En esto conocerás que yo soy el SEÑOR; he aquí, yo heriré con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se volverá sangre.

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Entra al Faraón, y dile: El SEÑOR ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirvan.

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante del Faraón, he aquí él sale a las aguas; y dile: El SEÑOR ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.

Camino de tres días iremos por el desierto, y sacrificaremos al SEÑOR nuestro Dios, como él nos lo ha dicho.

Entonces vinieron Moisés y Aarón al Faraón, y le dijeron: El SEÑOR Dios de los hebreos, ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirvan.

la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comerá lo que quedó salvo, lo que os ha quedado del granizo; y comerá todo árbol que os produce fruto en el campo.

Entonces los siervos del Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan al SEÑOR su Dios; ¿aún no sabes que Egipto se pierde?

Y dijo Moisés: El SEÑOR ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto,

Y este día os ha de ser en memoria, y habéis de celebrarlo como fiesta solemne al SEÑOR por vuestras edades; por estatuto perpetuo lo celebraréis.

Y será, cuando habréis entrado en la tierra que el SEÑOR os dará, como os lo ha prometido, guardaréis este servicio.

Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre; pues el SEÑOR os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado.

Y cuando el SEÑOR te hubiere metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado,

Porque el Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.

Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré yo al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.

Y María les respondía: Cantad al SEÑOR; porque en extremo se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo, y al que en él subía.

Entonces dijo Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que el SEÑOR os ha sacado de la tierra de Egipto.

Y a la mañana veréis la gloria del SEÑOR; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra el SEÑOR; que nosotros, ¿qué somos , para que vosotros murmuréis contra nosotros?

Y dijo Moisés: El SEÑOR os dará a la tarde carne para comer, y a la mañana pan hasta saciaros; porque el SEÑOR ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; que nosotros, ¿qué somos ? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR.

Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos en la presencia del SEÑOR; que él ha oído vuestras murmuraciones.

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