58 Versículo de la Biblia sobre la edad

Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años, y murió.

Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo os soportaré y os guardaré.

Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes;

Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de días y fue unido a su pueblo.

Y éstos fueron los días de vida que vivió Abraham; ciento setenta y cinco años.

Yo decía: Los días hablarán, y la muchedumbre de años declarará sabiduría.

Entonces Abraham cayó sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de dar a luz?

Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.

Mas desde los cincuenta años volverán del oficio de su ministerio, y nunca más servirán.

Cuando el rey David era viejo, y entrado en días, le cubrían de ropas, mas no se calentaba.

Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.

Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.

En los ancianos está la sabiduría, y en la largura de días la inteligencia.

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Y Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.

el misterio que había estado oculto desde los siglos y por generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

Así dice Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las plazas de Jerusalén, y cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.

Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor: Yo Jehová.

Fueron, pues, todos los días de Matusalén, novecientos sesenta y nueve años; y murió.

que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el mundo venidero la vida eterna.

Y el mismo Jesús comenzaba a ser como de treinta años, siendo (como se creía) hijo de José, hijo de Elí,

Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.

el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente mundo malo, conforme a la voluntad de Dios y Padre nuestro;

No los grandes son los sabios, ni los viejos entienden el derecho.

Y Abraham era viejo y bien entrado en días; y Jehová había bendecido a Abraham en todo.

¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este mundo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

Corona de los viejos son los nietos; y la gloria de los hijos son sus padres.

Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas, y de gloria. Y reinó en su lugar Salomón su hijo.

No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

Mas si fuere de sesenta años arriba, por el varón tu estimación será quince siclos, y por la mujer diez siclos.

la que ninguno de los príncipes de este mundo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria.

Corona de honra es la vejez, que se halla en el camino de justicia.

Y no os conforméis a este mundo; mas transformaos por la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

mas el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal.

en los cuales el dios de este mundo cegó la mente de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Y era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.

Ninguno tenga en poco tu juventud; sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en pureza.

Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años.

Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.

Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por siempre.

Además digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es señor de todo;

Vendrás en la vejez a tu sepultura, como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.

Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo; porque es cortado presto, y volamos.

Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual era grande de edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;

Cualquiera que pasare entre los que serán contados, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Jehová.

pero aún hoy estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era entonces mi fuerza, tal es ahora, para la guerra, y para salir y para entrar.

Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara había de dar de mamar a hijos? pues que le he dado un hijo en su vejez.

Porque pregunta ahora a la edad pasada, y disponte a inquirir de los padres de ellos;

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años, de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;

que no haya de recibir cien tantos ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.