'Hijos' en la Biblia
Mi siervo Moisés ha muerto; levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche a espiar la tierra.
Josué se levantó de mañana, y partieron de Sitim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes que pasaran.
Y Josué dijo a los hijos de Israel: Llegaos acá, y escuchad las palabras del SEÑOR vuestro Dios.
Entonces Josué llamó doce varones, los cuales él había preparado de entre los hijos de Israel, de cada tribu uno;
y les dijo Josué: Pasad delante del arca del SEÑOR vuestro Dios por en medio del Jordán; y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel;
para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué os significan estas piedras?
Les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron cortadas delante del arca del pacto del SEÑOR cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se cortaron; y estas piedras serán por memoria a los hijos de Israel para siempre.
Y los hijos de Israel lo hicieron así como Josué les mandó; que levantaron doce piedras en medio del Jordán, como el SEÑOR lo había dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y las pasaron consigo al alojamiento, y las asentaron allí.
También los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, pasaron armados delante de los hijos de Israel, según Moisés les había dicho.
Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué os significan estas piedras?
Declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán.
Y cuando todos los reyes de los amorreos, que estaban al lado occidental del Jordán, y todos los reyes de los cananeos, que estaban cerca del mar, oyeron cómo el SEÑOR había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que pasamos, su corazón se les derritió, y no hubo más espíritu en ellos delante de los hijos de Israel.
En aquel tiempo el SEÑOR dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel.
Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el monte de Aralot (monte de los prepucios).
Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que toda la gente de los hombres de guerra que habían salido de Egipto, fue consumida, por cuanto no escucharon la voz del SEÑOR; por lo cual el SEÑOR les juró que no les dejaría ver la tierra, de la cual el SEÑOR había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
Pero a los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; los cuales aún eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.
Y los hijos de Israel asentaron el campamento en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó.
Y el maná cesó al día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.
Pero Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba, ni salía.
Pero los hijos de Israel cometieron prevaricación en el anatema; porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira del SEÑOR se encendió contra los hijos de Israel.
Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas; por cuanto han estado en el anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante del SEÑOR.
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó a Acán hijo de Zera, y la plata, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes sus asnos, sus ovejas, su tienda, y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor;
como Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés; un altar de piedras enteras, sobre las cuales nadie alzó herramienta de hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos al SEÑOR, y sacrificaron ofrendas pacíficas.
También escribió allí en piedras la repetición de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.
Y salieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a sus ciudades; y sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot, y Quiriat-jearim.
Y no los hirieron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por el SEÑOR el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes.
Y él lo hizo así; que los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los mataran.
Subid a mí, y ayudadme, y combatamos a Gabaón; porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel.
Y cuando iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, el SEÑOR echó sobre ellos del cielo grandes piedras hasta Azeca, y murieron; muchos más murieron de las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel habían muerto a espada.
Entonces Josué habló al SEÑOR el día que el SEÑOR entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, Luna, en el valle de Ajalón.
Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con mortandad muy grande, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fuertes.
Y todo el pueblo se volvió en paz al campamento a Josué en Maceda; que no hubo quien moviera su lengua contra los hijos de Israel.
Y los hijos de Israel tomaron para sí todos los despojos y bestias de aquellas ciudades; pero a todos los hombres hirieron a espada hasta destruirlos, sin dejar alguno que respirara.
No hubo ciudad que hiciera paz con los hijos de Israel, sacados los heveos, que moraban en Gabaón; todo lo demás lo tomaron por guerra.
Ninguno de los anaceos quedó en la tierra de los hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gat, y en Asdod.
Estos son los reyes de la tierra que los hijos de Israel hirieron, y cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán al nacimiento del sol, desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, y toda la llanura oriental:
Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y señoreaba desde Aroer, que está a la ribera del arroyo de Arnón, y desde en medio del arroyo, y la mitad de Galaad, hasta el arroyo Jaboc, el término de los hijos de Amón;
A éstos hirieron Moisés siervo del SEÑOR y los hijos de Israel; y Moisés siervo del SEÑOR dio aquella tierra en posesión a los rubenitas, gaditas, y a la media tribu de Manasés.
Y éstos son los reyes de la tierra que hirió Josué con los hijos de Israel, del otro lado del Jordán al occidente, desde Baal-gad en el llano del Líbano hasta el monte de Halac que sube a Seir; y Josué dio la tierra en posesión a las tribus de Israel, conforme a sus repartimientos;
Todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta las aguas calientes, todos los sidonios; yo los desarraigaré delante de los hijos de Israel; solamente repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he mandado.
y todas las ciudades de Sehón rey de los amorreos, el cual reinó en Hesbón, hasta los términos de los hijos de Amón;
Mas a los de Gesur y Maaca no echaron los hijos de Israel; antes Gesur (El de la mirada soberbia) y Maaca (El Opresor) habitan entre los israelitas hasta hoy.
Dio, pues, Moisés a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias;
También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam adivino, hijo de Beor, con los demás que mataron.
Y el término de los hijos de Rubén fue el Jordán con su término. Esta fue la herencia de los hijos de Rubén conforme a sus familias, estas ciudades con sus villas.
Dio asimismo Moisés a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias.
Y el término de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está delante de Rabá.
Esta es la herencia de los hijos de Gad, por sus familias, las ciudades con sus villas.
También dio Moisés a la media tribu de Manasés; y fue de la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias.
Se dio además la mitad de Galaad, Astarot, y Edrei, las ciudades del reino de Og en Basán, a los hijos de Maquir, hijo de Manasés, a la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias.
Esto pues es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron Eleazar sacerdote, y Josué hijo de Nun, y los principales de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no les dieron parte a los levitas en la tierra, sino ciudades en que moraran, con sus ejidos para sus ganados y rebaños.
De la manera que el SEÑOR lo había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en el repartimiento de la tierra.
Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que el SEÑOR dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
Entonces Moisés juró, diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua; por cuanto cumpliste siguiendo al SEÑOR mi Dios.
Y fue la suerte de la tribu de los hijos de Judá, por sus familias, junto al término de Edom, del desierto de Zin al mediodía, al lado del sur.
El término del occidente es el mar grande. Este pues, es el término de los hijos de Judá en derredor, por sus familias.
Mas a Caleb, hijo de Jefone, le dio parte entre los hijos de Judá, conforme al mandamiento del SEÑOR a Josué; esto es, a Quiriat-arba, del padre de Anac, que es Hebrón.
Y Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac, a Sesai, Ahimán, y Talmai, hijos de Anac.
Esta pues es la herencia de la tribu de los hijos de Judá por sus familias.
Y fueron las ciudades del término de la tribu de los hijos de Judá hacia el término de Edom al mediodía: Cabseel, Edar, Jagur,
Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no los pudieron desarraigar; antes quedó el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá, hasta hoy.
Y la suerte de los hijos de José salió desde el Jordán de Jericó hasta las aguas de Jericó hacia el oriente, al desierto que sube de Jericó al monte de Bet-el;
Recibieron pues heredad los hijos de José, Manasés y Efraín.
Y fue el término de los hijos de Efraín por sus familias, fue el término de su herencia a la parte oriental, desde Atarot-adar hasta Bet-horón la de arriba;
Y de Tapúa torna este término hacia el mar occidental al arroyo de Caná, y sale al mar. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Efraín por sus familias.
Hubo también ciudades que se apartaron para los hijos de Efraín en medio de la herencia de los hijos de Manasés, todas las ciudades con sus aldeas.
Tuvieron también suerte los otros hijos de Manasés conforme a sus familias: los hijos de Abiezer, los hijos de Helec, los hijos de Asriel, los hijos de Siquem, los hijos de Hefer, y los hijos de Semida; éstos fueron los hijos varones de Manasés hijo de José, por sus familias.
Pero Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos, sino hijas, los nombres de las cuales son éstos: Maala, Noa, Hogla, Milca, y Tirsa.
porque las hijas de Manasés poseyeron herencia entre sus hijos; y la tierra de Galaad fue de los otros hijos de Manasés.
Y la tierra de Tapúa fue de Manasés; pero la Tapúa que está junto al término de Manasés, es de los hijos de Efraín.
Mas los hijos de Manasés no pudieron echar a los de aquellas ciudades; antes el cananeo quiso habitar en la tierra.
Pero cuando los hijos de Israel tomaron fuerzas, hicieron tributario al cananeo, mas no lo echaron.
Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué me has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo yo un pueblo tan grande y que el SEÑOR me ha así bendecido hasta ahora?
Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la campiña, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.
Y toda la congregación de los hijos de Israel se juntó en Silo, y asentaron allí el Tabernáculo del Testimonio, después que la tierra les fue sujetada.
Mas habían quedado entre los hijos de Israel siete tribus, a las cuales aún no se les habían repartido su posesión.
Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado el SEÑOR el Dios de vuestros padres?
Y Josué les echó las suertes delante del SEÑOR en Silo; y allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel por sus porciones.
Y subió la suerte de la tribu de los hijos de Benjamín por sus familias; y salió el término de su suerte entre los hijos de Judá y los hijos de José.
Y torna este término, y da vuelta al lado del mar, al mediodía hasta el monte que está delante de Bet-horón al mediodía; y viene a salir a Quiriat-baal, que es Quiriat-jearim, ciudad de los hijos de Judá. Este es el lado del occidente.
Y el Jordán acaba este término al lado del oriente. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín por sus términos alrededor, conforme a sus familias.
Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por sus familias, fueron Jericó, Bet-hogla, el valle de Casis,
Zela, Elef, Jebús, que es Jerusalén, Gabaa, y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín, conforme a sus familias.
La segunda suerte salió por Simeón, por la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias; y su heredad fue entre la heredad de los hijos de Judá.
con todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat del mediodía. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, según sus familias.
De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón; por cuanto la parte de los hijos de Judá era mayor que ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de ellos.
La tercera suerte salió por los hijos de Zabulón conforme a sus familias; y el término de su heredad fue hasta Sarid.
Esta es la heredad de los hijos de Zabulón por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La cuarta suerte salió por Isacar, por los hijos de Isacar conforme a sus familias.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Y salió la quinta suerte por la tribu de los hijos de Aser por sus familias.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La sexta suerte salió por los hijos de Neftalí, por los hijos de Neftalí conforme a sus familias.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La séptima suerte salió por la tribu de los hijos de Dan por sus familias.
Y les faltó término a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a Lesem, y tomándola metiéronla a filo de espada, y la poseyeron, y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
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