200 casos

'Josué' en la Biblia

Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal, pelea con Amalec: mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.

E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando con Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.

Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.

Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que del todo tengo de raer la memoria de Amalec de debajo del cielo.

Y se levantó Moisés, y Josué su ministro; y Moisés subió al monte de Dios.

Y oyendo Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento.

Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; mas el joven Josué, su criado, hijo de Nun, no se apartaba de en medio del tabernáculo.

Entonces respondió Josué hijo de Nun, ministro de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos.

Éstos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra. Y a Oseas hijo de Nun, Moisés le puso el nombre de Josué.

Y Josué hijo de Nun, y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestiduras;

vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual juré que os haría habitar en ella; excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.

Mas Josué hijo de Nun, y Caleb hijo de Jefone, quedaron con vida de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

Porque Jehová les dijo: Han de morir en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone, y Josué hijo de Nun.

Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual está el Espíritu, y pondrás tu mano sobre él;

Y Moisés hizo como Jehová le había mandado; que tomó a Josué, y le puso delante de Eleazar el sacerdote, y de toda la congregación:

excepto Caleb, hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.

Entonces los encomendó Moisés a Eleazar el sacerdote, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres de las tribus de los hijos de Israel.

Éstos son los nombres de los varones que les repartirán la tierra: Eleazar el sacerdote, y Josué hijo de Nun.

Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá: anímale; porque él la hará heredar a Israel.

Mandé también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú.

Jehová tu Dios, Él pasa delante de ti; Él destruirá estas naciones de delante de ti, y las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.

Y llamó Moisés a Josué, y le dijo a vista de todo Israel: Esfuérzate y sé valiente; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.

Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día en que has de morir; llama a Josué, y presentaos en el tabernáculo de la congregación para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y se presentaron en el tabernáculo de la congregación.

Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y sé valiente, pues tú meterás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.

Y vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, y Josué hijo de Nun.

Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.

Y aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, ministro de Moisés, diciendo:

Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo:

También habló Josué a los rubenitas y gaditas, y a la media tribu de Manasés, diciendo:

Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes.

Y Josué, hijo de Nun, envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una mujer ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.

Y volviéndose los dos varones, descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían acontecido.

Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros.

Y Josué se levantó de mañana, y partieron de Sitim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes de pasarlo.

Y habló Josué a los sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo. Y ellos tomaron el arca del pacto, y fueron delante del pueblo.

Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo.

Y Josué dijo a los hijos de Israel: Llegaos acá, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.

Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que Él echará de delante de vosotros al cananeo, y al heteo, y al heveo, y al ferezeo, y al gergeseo, y al amorreo, y al jebuseo.

Y cuando toda la gente hubo acabado de pasar el Jordán, Jehová habló a Josué, diciendo:

Entonces Josué llamó a los doce hombres, los cuales él había preparado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu.

Y les dijo Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro Dios al medio del Jordán; y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel;

Y los hijos de Israel lo hicieron así como Josué les mandó. Tomaron doce piedras del medio del Jordán, como Jehová lo había dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y las pasaron consigo al alojamiento, y las asentaron allí.

Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy.

Y los sacerdotes que llevaban el arca se pararon en medio del Jordán, hasta tanto que se hizo todo lo que Jehová había mandado a Josué que hablase al pueblo, conforme a todas las cosas que Moisés había mandado a Josué; y el pueblo se dio prisa y pasó.

En aquel día Jehová engrandeció a Josué en ojos de todo Israel; y le temieron, como habían temido a Moisés, todos los días de su vida.

Y Jehová habló a Josué, diciendo:

Y Josué mandó a los sacerdotes, diciendo: Subid del Jordán.

Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán.

En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar, por segunda vez, a los hijos de Israel.

Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el monte de los prepucios.

Ésta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto por el camino, después que salieron de Egipto.

Y a los hijos de ellos, que Él había levantado en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.

Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy.

Y sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, alzó sus ojos y miró, y he aquí, un varón estaba delante de él con su espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hacia Él y le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

Y Él respondió: No; sino que he venido ahora como Príncipe del ejército de Jehová. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?

Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita las sandalias de tus pies; porque el lugar donde estás es santo. Y Josué lo hizo así.

Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.

Y llamando Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del pacto, y que siete sacerdotes lleven trompetas de cuernos de carneros delante del arca de Jehová.

Y sucedió que cuando Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuernos de carneros, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las trompetas; y el arca del pacto de Jehová los seguía.

Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis.

Y aconteció que, a la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: ¡Gritad! Porque Jehová os ha entregado la ciudad.

Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allá a la mujer, y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis.

Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía: y habitó ella entre los israelitas hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Josué envió a reconocer a Jericó.

Y en aquel tiempo Josué les juramentó diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. En su primogénito eche sus cimientos, y en su hijo menor asiente sus puertas.

Fue, pues, Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.

Y Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Betaven hacia el oriente de Betel; y les habló diciendo: Subid, y reconoced la tierra. Y ellos subieron, y reconocieron a Hai.

Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, mas suban como dos mil o como tres mil hombres, y tomarán a Hai: no fatigues a todo el pueblo allí, porque son pocos.

Entonces Josué rompió sus vestiduras, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.

Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos y que nos destruyan? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!

Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?

Josué, pues, levantándose de mañana, hizo venir a Israel por sus tribus; y fue tomada la tribu de Judá.

Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, te ruego, da gloria a Jehová, Dios de Israel, y confiesa ante Él; y declárame ahora lo que has hecho, no me lo encubras.

Y Acán respondió a Josué, diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y he hecho así y así:

Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello.

Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová.

Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó a Acán hijo de Zera, y el dinero, y el manto, y el lingote de oro, y sus hijos, y sus hijas, y sus bueyes, y sus asnos, y sus ovejas, y su tienda, y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.

Y dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Jehová te turbe en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron a fuego, después de apedrearlos con piedras.

Y Jehová dijo a Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, y a su pueblo, a su ciudad, y a su tierra.

Y se levantó Josué, y toda la gente de guerra, para subir contra Hai: y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche.

Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y se pusieron entre Betel y Hai, al occidente de Hai: y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.

Y levantándose Josué muy de mañana, revistó al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.

Y habiendo ordenado al pueblo, todo el campamento que estaba en el norte de la ciudad, y su emboscada al occidente de la ciudad, Josué vino aquella noche hasta el medio del valle.

Entonces Josué y todo Israel, fingiéndose vencidos ante ellos, huyeron por el camino del desierto.

Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirlos; y siguieron a Josué, siendo así arrancados de la ciudad.

Entonces Jehová dijo a Josué: Levanta la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué levantó hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía.

Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, volvieron, e hirieron a los de Hai.

Y tomaron vivo al rey de Hai, y le trajeron a Josué.

Y Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido a todos los moradores de Hai.

E Israel tomó para sí, sólo las bestias y el despojo de la ciudad, conforme a la palabra de Jehová que Él había mandado a Josué.

Y Josué quemó a Hai y la redujo a un montón perpetuo, asolado hasta hoy.

Mas al rey de Hai colgó de un madero hasta la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy.

Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte de Ebal,

No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, mujeres y niños, y extranjeros que andaban entre ellos.

se juntaron a una, de un acuerdo, para pelear contra Josué e Israel.

Y cuando los habitantes de Gabaón oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,

Así vinieron a Josué al campo en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana: haced, pues, ahora alianza con nosotros.

Y ellos respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros y de dónde venís?

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Reina Valera Gómez (© 2010)