'Mata' en la Biblia
Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al mayordomo de su casa: Haz entrar a estos hombres a casa, y mata un animal y prepára{lo,} porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.
Sin embargo, si el buey tenía desde antes el hábito de acornear, y su dueño había sido advertido, pero no lo había encerrado, y mata a un hombre o a una mujer, el buey será apedreado, y su dueño también morirá.
Si alguno roba un buey o una oveja, y lo mata o vende, pagará cinco bueyes por el buey y cuatro ovejas por la oveja.
y el vengador de sangre lo halla fuera de los límites de la ciudad de refugio, y el vengador de sangre mata al homicida, no será culpable de sangre,
``Si alguno mata a una persona, al asesino se le dará muerte ante la evidencia de testigos, pero a ninguna persona se le dará muerte por el testimonio de un solo testigo.
no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso;
Porque el enojo mata al insensato, y la ira da muerte al necio.
Si el azote mata de repente, El se burla de la desesperación del inocente.
Chupa veneno de cobras, lengua de víbora lo mata.
Al amanecer se levanta el asesino; mata al pobre y al necesitado, y de noche es como un ladrón.
Se sienta al acecho en las aldeas, en los escondrijos mata al inocente; sus ojos espían al desvalido.
El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos rehúsan trabajar;
El que mata un buey {es como} el que mata a un hombre, el que sacrifica un cordero {como} el que desnuca un perro, el que presenta ofrenda de cereal {como el que ofrece} sangre de cerdo, el que quema incienso {como} el que bendice a un ídolo. Como ellos han escogido sus {propios} caminos, y su alma se deleita en sus abominaciones,
¿Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
¿Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
Y oyó una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
También oí una voz que me decía: ``Levántate Pedro, mata y come."
el cual también nos hizo suficientes {como} ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.