'Mueren' en la Biblia

Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si fueren ellos visitados a la manera de todos los hombres, el SEÑOR no me envió.

¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y no lo saben.

De dentro de sus paredes exprimen el aceite, pisan los lagares, y mueren de sed.

En un momento mueren, y a media noche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso.

Mueren en su juventud, y su vida {perece} entre los sodomitas de cultos paganos.

Pues se ve que mueren todos los sabios; el loco y el ignorante perecen, y dejan a otros sus riquezas.

Los labios del justo apacientan a muchos; mas los locos con falta de entendimiento mueren.

Porque no hay memoria duradera {ni} del sabio {ni} del necio, ya que todos serán olvidados {en} los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!

Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

¿Por qué cuando vine no había nadie, {y} cuando llamé no había quien respondiera? ¿Acaso es tan corta mi mano que no puede rescatar, o no tengo poder para librar? He aquí, con mi reprensión seco el mar, convierto los ríos en desierto; sus peces hieden por falta de agua, mueren de sed.

Más dichosos son los que mueren a espada que los que mueren de hambre, que se consumen, extenuados, por falta de los frutos de los campos.

¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando las almas que no mueren, y dando vida á las almas que no vivirán, mintiendo á mi pueblo que escucha la mentira?

A la huesa te harán descender, y morirás de la muerte de los que mueren en medio de los mares.

Porque de la manera que en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.

Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados son los muertos, que de aquí en adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansan de sus labores; y sus obras los siguen.