72 casos

'Sus' en la Biblia

Y me dijeron: El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad allí en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego.

Y dije: Te ruego, oh SEÑOR, Dios del cielo, el grande y temible Dios, que guarda el pacto y la misericordia para con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos,

y dije al rey: Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?

Salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y hacia la puerta del Muladar, inspeccionando las murallas de Jerusalén que estaban derribadas y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.

Entonces les dije: Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego. Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio.

Y les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho. Entonces dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y esforzaron sus manos en la buena {obra.}

Y yo les respondí, y les dije: El Dios del cielo nos dará éxito; por tanto, nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, pero vosotros no tenéis parte ni derecho ni memorial en Jerusalén.

Entonces el sumo sacerdote Eliasib se levantó con sus hermanos los sacerdotes y edificaron la puerta de las Ovejas; la consagraron y asentaron sus hojas. Consagraron la muralla hasta la torre de los Cien {y} hasta la torre de Hananeel.

La puerta del Pescado la edificaron los hijos de Senaa; colocaron sus vigas y asentaron sus hojas, sus cerrojos y sus barras.

A su lado hicieron también reparaciones los tecoítas, pero sus nobles no apoyaron la obra de sus señores.

La puerta Vieja la repararon Joiada, hijo de Paseah, y Mesulam, hijo de Besodías; colocaron sus vigas y asentaron sus hojas con sus cerrojos y sus barras.

Y junto a él hizo reparaciones Salum, hijo de Halohes, oficial de la mitad del distrito de Jerusalén, él con sus hijas.

Hanún y los habitantes de Zanoa repararon la puerta del Valle. La edificaron y asentaron sus hojas con sus cerrojos y sus barras, y mil codos de la muralla hasta la puerta del Muladar.

Y Malquías, hijo de Recab, oficial del distrito de Bet-haquerem reparó la puerta del Muladar. La edificó y asentó sus hojas, sus cerrojos y sus barras.

Salum, hijo de Col-hoze, oficial del distrito de Mizpa, reparó la puerta de la Fuente. La edificó, la revistió y asentó sus hojas, sus cerrojos y sus barras, y la muralla del estanque de Siloé en el jardín del rey hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.

Después de él hicieron reparaciones sus hermanos {bajo} Bavai, hijo de Henadad, oficial de {la otra} mitad del distrito de Keila.

habló en presencia de sus hermanos y de los ricos de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿{La} restaurarán para sí mismos? ¿Podrán ofrecer sacrificios? ¿Terminarán en un día? ¿Harán revivir las piedras de los escombros polvorientos, aun las quemadas?

Oye, oh Dios nuestro, cómo somos despreciados. Devuelve su oprobio sobre sus cabezas y entrégalos por despojo en una tierra de cautividad.

entonces aposté {hombres} en las partes más bajas del lugar, detrás de la muralla y en los sitios descubiertos; aposté al pueblo por familias con sus espadas, sus lanzas y sus arcos.

Sucedió que nuestros enemigos se enteraron que lo sabíamos y que Dios había desbaratado sus planes; entonces todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.

Y hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos.

Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, {y} nuestros hijos como sus hijos. Sin embargo, he aquí, estamos obligando a nuestros hijos y a nuestras hijas a que sean esclavos, y {algunas} de nuestras hijas {ya} están sometidas a servidumbre, y no podemos hacer nada porque nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros.

Os ruego que hoy mismo les devolváis sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas; también la centésima {parte} del dinero y del grano, del mosto y del aceite que estáis exigiendo de ellos.

También sacudí los pliegues de mi manto y dije: Así sacuda Dios de su casa y de sus bienes a todo hombre que no cumpla esta promesa; así sea sacudido y despojado. Y toda la asamblea dijo: ¡Amén! Y alabaron al SEÑOR. Entonces el pueblo hizo conforme a esta promesa.

Pero los gobernadores anteriores que me precedieron gravaban al pueblo y tomaban de ellos cuarenta siclos de plata además del pan y del vino; también sus sirvientes oprimían al pueblo. Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.

Además, hablaban de sus buenas obras en mi presencia y a él le informaban de mis palabras. {Y} Tobías me enviaba cartas para atemorizarme.

y les dije: No se abrirán las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y estando todavía los porteros en sus puestos, se cerrarán y atrancarán las puertas. Designad también guardias de los habitantes de Jerusalén, unos en su {puesto de} guardia, y otros delante de su casa.

Y estos {fueron} los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, aunque no pudieron demostrar si sus casas paternas o su descendencia eran de Israel:

sin contar sus siervos y siervas, que {eran} siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.

Sus caballos {eran} setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;

{sus} camellos, cuatrocientos treinta y cinco; {sus} asnos, seis mil setecientos veinte.

Y habitaron en sus ciudades, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, {algunos} del pueblo, los sirvientes del templo y el resto de Israel. Cuando llegó el mes séptimo, los hijos de Israel {ya estaban} en sus ciudades.

Y ellos proclamaron y circularon pregón en todas sus ciudades y en Jerusalén, diciendo: Salid al monte y traed ramas de olivo, ramas de olivo silvestre, ramas de mirto, ramas de palmera y ramas de {otros} árboles frondosos, para hacer tabernáculos, como está escrito.

El pueblo salió y {las} trajeron e hicieron tabernáculos para sí, cada uno en su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas y en la plaza de la puerta de Efraín.

Y los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres.

Entonces hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra; pues supiste que ellos los trataban con soberbia, y te hiciste un nombre como el de hoy.

Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio del mar sobre tierra firme; y echaste en los abismos a sus perseguidores, como a una piedra en aguas turbulentas.

Por cuarenta años proveíste para ellos en el desierto {y} nada les faltó, sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies.

También les diste reinos y pueblos, y se {los} repartiste con {sus} límites. Y tomaron posesión de la tierra de Sehón, rey de Hesbón, y la tierra de Og, rey de Basán.

Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra que habías dicho a sus padres que entraran a poseer{la.}

Y entraron los hijos y poseyeron la tierra. Y tú sometiste delante de ellos a los habitantes de la tierra, a los cananeos, y los entregaste en su mano, con sus reyes y los pueblos de la tierra, para hacer con ellos como quisieran.

Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, que los oprimieron, pero en el tiempo de su angustia clamaron a ti, y tú escuchaste desde el cielo, y conforme a tu gran compasión les diste libertadores que los libraron de mano de sus opresores.

Pero cuando tenían descanso, volvían a hacer lo malo delante de ti; por eso tú los abandonabas en mano de sus enemigos para que los dominaran; y cuando clamaban de nuevo a ti, tú oías desde el cielo y muchas veces los rescataste conforme a tu compasión.

Pero ellos en su propio reino, con los muchos bienes que tú les diste, con la espaciosa y rica tierra que pusiste delante de ellos, no te sirvieron ni se convirtieron de sus malas obras.

He aquí, hoy somos esclavos, y en cuanto a la tierra que diste a nuestros padres para comer de sus frutos y de sus bienes, he aquí, somos esclavos en ella.

también sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán,

Y el resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se han apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, todos los que tienen conocimiento y entendimiento,

se adhieren a sus parientes, sus nobles, y toman sobre sí un voto y un juramento de andar en la ley de Dios que fue dada por medio de Moisés, siervo de Dios, y de guardar y cumplir todos los mandamientos de DIOS nuestro Señor, y sus ordenanzas y sus estatutos;

Estos son los jefes de la provincia que habitaron en Jerusalén (en las ciudades de Judá cada cual habitó en su propiedad, en sus ciudades; los israelitas, los sacerdotes, los levitas, los sirvientes del templo, los descendientes de los siervos de Salomón,

y sus parientes que hacían la obra del templo, ochocientos veintidós; y Adaías, hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías,

y sus parientes, jefes de {casas} paternas, doscientos cuarenta y dos; y Amasai, hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer,

y sus parientes, guerreros valientes, ciento veintiocho. Y su superintendente {era} Zabdiel, hijo de Gedolim.

y Matanías, hijo de Micaía, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, que era jefe para comenzar la acción de gracias en la oración, y Bacbuquías, el segundo entre sus hermanos; y Abda, hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún.

Y los porteros, Acub, Talmón y sus parientes, que guardaban las puertas, {eran} ciento setenta y dos.

En cuanto a las aldeas con sus campos, algunos de los hijos de Judá habitaron en Quiriat-arba y sus ciudades, en Dibón y sus ciudades, en Jecabseel y sus aldeas,

en Hazar-sual, en Beerseba y sus ciudades,

en Siclag, en Mecona y sus ciudades,

Zanoa, Adulam y sus aldeas, Laquis y sus campos, Azeca y sus ciudades. Y ellos acamparon desde Beerseba hasta el valle de Hinom.

Los hijos de Benjamín {habitaron} también desde Geba, en Micmas y Aía, en Betel y sus ciudades,

Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos {eran} los jefes de los sacerdotes y sus parientes en los días de Jesúa.

Y los levitas {eran} Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá {y} Matanías, encargado, él y sus hermanos, de los cánticos de acción de gracias.

También Bacbuquías y Uni, sus hermanos, {estaban} frente a ellos en {sus} ministerios {respectivos}.

Y los principales de los levitas {eran} Hasabías, Serebías y Jesúa, hijo de Cadmiel, con sus hermanos frente a ellos, para alabar {y} dar gracias, según lo prescrito por David, hombre de Dios, sección frente a sección.

En la dedicación de la muralla de Jerusalén buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, a fin de celebrar la dedicación con alegría, con himnos de acción de gracias y con cánticos, {acompañados} de címbalos, arpas y liras.

y sus parientes, Semaías, Azareel, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá {y} Hananí, con los instrumentos musicales de David, hombre de Dios. Y el escriba Esdras {iba} delante de ellos.

Por tanto, reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos.

Y puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc, y a Pedaías, uno de los levitas; además de éstos estaba Hanán, hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque se les consideraba dignos de confianza, y su responsabilidad {era} repartir {las raciones} a sus parientes.

Acuérdate de mí por esto, Dios mío, y no borres las obras de misericordia que he hecho por la casa de mi Dios y por sus servicios.

De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá, sino la lengua de su propio pueblo.

Y contendí con ellos y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, {diciendo:} No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos.

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso