104 casos

'Séptimo' en la Biblia

Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.

Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas: porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, aquella alma será cortada de Israel.

El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación: ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que aderecéis lo que cada cual hubiere de comer.

Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será fiesta a Jehová.

En los seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es sábado, en el cual no se hallará.

Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron.

Mirad que Jehová os dio el sábado, y por eso os da en el sexto día pan para dos días. Quédese cada uno en su lugar; y que nadie salga de su lugar en el séptimo día.

Mas el séptimo la dejarás en reposo, y libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo. Lo mismo harás con tu viña y con tu olivar.

Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días: y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.

Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó, y reposó.

Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga a su parecer se hubiere estancado, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote lo volverá a encerrar por otros siete días.

Y al séptimo día el sacerdote lo examinará de nuevo; y he aquí, si la llaga parece haberse oscurecido, y no se ha extendido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio; era postilla; y lavará sus vestiduras y será limpio.

y al séptimo día el sacerdote la reconocerá: si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo: es llaga de lepra.

Y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga: y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo amarillento, ni la tiña pareciere estar más profunda que la piel,

Y al séptimo día el sacerdote mirará la tiña; y si la tiña no se hubiere extendido en la piel, ni pareciere estar más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus vestiduras y será limpio.

Y al séptimo día mirará la plaga: y si se hubiere extendido la plaga en el vestido, o estambre, o en la trama, o en piel, o en cualquiera obra que se hace de pieles, la plaga es lepra maligna; inmunda será.

Y será, que al séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, de su barba, y de sus cejas y raerá todo su pelo, y lavará sus vestiduras, y lavará su carne en aguas, y será limpio.

Y al séptimo día volverá el sacerdote, y mirará; y si la plaga hubiere crecido en las paredes de la casa,

Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, el día diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros;

Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida: el séptimo día será santa convocación; ninguna obra de siervo haréis.

Hasta el siguiente día del sábado séptimo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis grano nuevo a Jehová.

Habla a los hijos de Israel, y diles: En el mes séptimo, al primer día del mes tendréis sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.

También el décimo día de este mes séptimo será el día de la expiación: tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.

Habla a los hijos de Israel, y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días.

También a los quince días del mes séptimo, cuando hubiereis almacenado el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días: el primer día será sábado; sábado será también el octavo día.

Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada un año; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis.

Y el séptimo año la tierra tendrá sábado de reposo, sábado a Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.

Entonces harás resonar la trompeta del jubileo en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis resonar la trompeta por toda vuestra tierra.

Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? he aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos:

Y si alguno muriere muy de repente junto a él, contaminará la cabeza de su nazareato; por tanto el día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá.

El séptimo día, el príncipe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud.

Éste se purificará al tercer día con esta agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día.

Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día: y cuando lo habrá purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestiduras, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la tarde.

Y vosotros quedaos fuera del campamento siete días: y todos los que hubieren matado persona, y cualquiera que hubiere tocado muerto, os purificaréis al tercero y al séptimo día, vosotros y vuestros cautivos.

Además lavaréis vuestras vestiduras el séptimo día, y así seréis limpios; y después entraréis en el campamento.

Mas el séptimo día es el sábado de Jehová tu Dios: no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas; para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.

Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te imputará a pecado.

Cuando se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo año le despedirás libre de ti.

Seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día será fiesta solemne a Jehová tu Dios; no harás obra en él.

Y siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuernos de carneros delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las trompetas.

Y sucedió que en el séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta a la ciudad siete veces.

Y aconteció que en el séptimo día, dijeron a la esposa de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos? ¿No es así?

Y ella lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete; y sucedió que el séptimo día él se lo declaró, porque ella lo presionaba; y ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo.

Y al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, nunca hubierais descubierto mi enigma.

Y aconteció que al séptimo día murió el niño. Y los siervos de David temían hacerle saber que el niño había muerto, y decían entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

Y se congregaron ante el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne.

Siete días estuvieron acampados los unos delante de los otros, y al séptimo día se dio la batalla; y los hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día a cien mil hombres de a pie.

Mas al séptimo año envió Joiada, y tomó centuriones, capitanes, y gente de la guardia, y los metió consigo en la casa de Jehová: e hizo con ellos pacto, y les hizo tomar juramento en la casa de Jehová; y les mostró al hijo del rey.

En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás, y reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba.

Y aconteció que en el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela rey de Israel, subió Salmanasar rey de Asiria contra Samaria, y la sitió.

En el mes quinto, en el séptimo día del mes, siendo el año diecinueve de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia.

Pero sucedió que en el mes séptimo vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la estirpe real, y con él diez varones, e hirieron a Gedalías, y murió; y también a los judíos y caldeos que estaban con él en Mizpa.

el sexto Osem, el séptimo David;

Atai el sexto, Eliel el séptimo,

Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo.

el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo Peultai; porque Dios había bendecido a Obed-edom.

El séptimo para el séptimo mes era Heles pelonita, de los hijos de Efraín; y en su división veinticuatro mil.

Y se juntaron al rey todos los varones de Israel, a la fiesta del mes séptimo.

Y a los veintitrés del mes séptimo envió al pueblo a sus tiendas, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo Israel.

Mas el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo en alianza a los centuriones, Azarías hijo de Jeroham, y a Ismael hijo de Johanán, y a Azarías hijo de Obed, y a Maasías hijo de Adaías, y a Elisafat hijo de Zicri;

En el mes tercero comenzaron a formar aquellos montones, y en el mes séptimo acabaron.

Y cuando llegó el mes séptimo, y los hijos de Israel estaban ya en las ciudades, se reunió el pueblo como un solo hombre en Jerusalén.

Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.

Y subieron con él a Jerusalén de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, y levitas, y cantores, y porteros, y servidores del templo, en el séptimo año del rey Artajerjes.

Y llegó a Jerusalén en el mes quinto, el año séptimo del rey.

Y habitaron los sacerdotes y los levitas, y los porteros, y los cantores, y los del pueblo, y los sirvientes del templo, y todo Israel en sus ciudades. Y venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades.

Y Esdras el sacerdote, trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres, y de todo entendido para escuchar, el primer día del mes séptimo.

Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en cabañas en la fiesta solemne del mes séptimo;

Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de sábado, nada tomaríamos de ellos en sábado, ni en día santo; y que el año séptimo dejaríamos reposar la tierra, y perdonaríamos toda deuda.

El séptimo día, estando el corazón del rey alegre del vino, mandó a Mehumán, y a Bizta, y a Harbona, y a Bigta, y a Abagta, y a Zetar, y a Carcas, siete eunucos que servían delante del rey Asuero,

Fue, pues, Esther llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado.

Y en el mismo año murió el profeta Hananías en el mes séptimo.

Y aconteció en el mes séptimo, que vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la simiente real, y algunos príncipes del rey, y diez hombres con él, a Gedalías hijo de Ahicam en Mizpa; y juntos comieron pan allí en Mizpa.

Éste es el pueblo que Nabucodonosor hizo trasportar: En el año séptimo, tres mil veintitrés judíos.

Y aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.

Así harás el séptimo día del mes por el que peca por error o por engaño; y harás expiación por la casa.

En el mes séptimo, a los quince del mes, en la fiesta, hará como en estos siete días, en cuanto a la expiación, en cuanto al holocausto, en cuanto a la ofrenda y en cuanto al aceite.

En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?

Así dice Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán en gozo y alegría para la casa de Judá, y en fiestas de regocijo. Amad, pues, la verdad y la paz.

así también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.

Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.

De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor viene con decenas de millares de sus santos,

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