'Súplicas' en la Biblia
Y escucha las súplicas de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren hacia este lugar; escucha tú desde el lugar de tu morada, desde los cielos; escucha y perdona.
escucha tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y sus súplicas, hazles justicia y perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.
¿Acaso te hará muchas súplicas, o te hablará palabras sumisas?
Escucha la voz de mis súplicas cuando a ti pido auxilio; cuando levanto mis manos hacia el lugar santísimo de tu santuario.
Bendito sea el SEÑOR, porque ha oído la voz de mis súplicas.
Y yo alarmado, decía: ¿Cortado soy de delante de tus ojos! Empero tú oíste la voz de mis súplicas cuando a ti clamaba.
Escucha, oh SEÑOR, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas.
Amo al SEÑOR, porque oye mi voz {y} mis súplicas.
¿Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas.
Dije al SEÑOR: Tú eres mi Dios; escucha, oh SEÑOR, la voz de mis súplicas.
Salmo de David.Oh SEÑOR, escucha mi oración, presta oído a mis súplicas, respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia;
Se oye una voz sobre las alturas desoladas, el llanto de las súplicas de los hijos de Israel; porque han pervertido su camino, han olvidado al SEÑOR su Dios.
Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy un padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.
Volví mi rostro a Dios el Señor para buscar{le en} oración y súplicas, en ayuno, cilicio y ceniza.
Y ahora, Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas, y haz resplandecer tu rostro sobre tu santuario desolado, por amor de ti mismo, oh Señor.
Inclina tu oído, Dios mío, y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre; pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de ti, sino por tu gran compasión.
Al principio de tus súplicas se dio la orden, y he venido para explicár{tela}, porque eres muy estimado; pon atención a la orden y entiende la visión.
Pero la que en verdad es viuda y se ha quedado sola, tiene puesta su esperanza en Dios y continúa en súplicas y oraciones noche y día.
Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente;