'Trae' en la Biblia
Y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para hacer la obra para el ministerio que el SEÑOR ha mandado que se haga.
entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y traerá su ofrenda con ella, la décima de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es presente de celos, presente de recordación, que trae en memoria iniquidad.
¿Y por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada y que nuestras mujeres y nuestros chiquitos sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
y en el desierto has visto que el SEÑOR tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis venido a este lugar.
Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te di, la cual te dije que guardaras aparte.
Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel.
Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo a Abiatar sacerdote: Trae el efod.
Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había aderezado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.
envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que te enlutes, y te vistas de ropas de luto, y no te unjas con óleo, antes sé como mujer que hace mucho tiempo que trae luto por algún muerto;
El atalaya dio luego voces, y lo hizo saber al rey. Y el rey dijo: Si es solo, buenas nuevas trae. En tanto que él venía acercándose,
vio el atalaya otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí un hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también trae noticias.
Entonces el rey de Israel llamó a un eunuco, y le dijo: trae presto a Micaías hijo de Imla.
Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
Largura de días trae en su mano derecha; en su izquierda riquezas y honra.
He Fue como navío de mercader; trae su pan de lejos.
Diré al aquilón: Da acá, y al mediodía: No detengas. Trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los términos de la tierra,
¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice a Sion: Reina tu Dios!
Porque la voz se oye del que trae las nuevas desde Dan, y del que hace oír la calamidad desde el monte de Efraín.
Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; asombrense ellos, y no me asombre yo; trae sobre ellos día malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.
Y clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.
Y les será como adivinación mentirosa en sus ojos, por estar juramentados con juramento a ellos; mas él trae a la memoria la iniquidad, para prenderlos.
He aquí sobre los montes están ya los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos: porque Belial nunca más pasará por ti; él fue talado del todo.
Y respondiendo Jesús, dice: ¡Oh generación infiel y perversa! ¿Hasta cuándo tengo que estar con vosotros, y os sufriré? Trae tu hijo acá.
porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme; porque no sin causa trae la espada; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo.
Trae, cuando vinieres, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo; y los libros, mayormente los pergaminos.
Porque la gracia de Dios que trae salvación, se manifestó a todos los hombres.
Porque si en vuestra sinagoga entra algún varón que trae anillo de oro, vestido de preciosa ropa, y también entra un pobre vestido de vestidura vil,
y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí bien; y dijereis al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí debajo de mi estrado;
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en vuestra casa, ni le digáis: ¡bienvenido!
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.