'Uno' en la Biblia
Estos son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia.
Al abrir{la,} vio al niño, y he aquí, {el} niño lloraba. Y le tuvo compasión, y dijo: Este es uno de los niños de los hebreos.
Y en aquellos días acaeció que, crecido ya Moisés, salió á sus hermanos, y vió sus cargas: y observó á un Egipcio que hería á uno de los Hebreos, sus hermanos.
pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron dragones; mas la vara de Aarón tragó las varas de ellos.
Y el SEÑOR hizo como Moisés le pidió, y quitó los enjambres de insectos de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; no quedó ni uno solo.
Y al día siguiente el SEÑOR hizo aquello, y murió de todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió ni uno.
Entonces el Faraón envió a ver, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto ni uno. Mas el corazón del Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.
Habla ahora al pueblo, y que cada uno demande a su vecino, y cada una a su vecina, vasos de plata y de oro.
Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el día diez de este mes tómese cada uno un cordero por las familias de los padres, un cordero por familia;
mas si la familia fuere pequeña que no alcance a comer el cordero, entonces tomará a su vecino cercano de su casa, y según el número de las personas, cada uno conforme a su comer, echaréis la cuenta sobre el cordero.
``Y en el primer día tendréis una santa convocación, y {otra} santa convocación en el séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos, excepto lo que cada uno deba comer. Sólo esto podréis hacer.
Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército del Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.
Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: Recogeréis de él cada hombre según pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.
Y lo medían por gomer, y no sobraba al que había recogido mucho, ni faltaba al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.
Y lo recogían muy de mañana, cada uno según lo que había de comer; y cuando el sol calentaba, se derretía.
En el sexto día recogieron doblada comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron a Moisés, y se lo hicieron saber.
Mirad que el SEÑOR os dio el sábado, y por eso os da en el sexto día pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de su lugar en el séptimo día.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Peregrino he sido en tierra ajena;
Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro por la paz, y vinieron a la tienda.
Cuando tienen negocios, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.
Si {dos} hombres riñen y uno hiere al otro con una piedra o con el puño, y no muere, pero guarda cama,
Sin embargo, si sobrevive uno o dos días, no se tomará venganza, porque es propiedad suya.
Sobre todo negocio de fraude, sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando uno dijere: Esto es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces; y el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo.
Si ves caído debajo de su carga el asno de uno que te aborrece, no se lo dejarás a él {solo,} ciertamente lo ayudarás a levantar{lo}.
Y los querubines tendrán extendidas las alas hacia arriba, cubriendo el propiciatorio con sus alas, uno frente al otro; los rostros de los querubines estarán {vueltos} hacia el propiciatorio.
Y saldrán de sus lados seis brazos; tres brazos del candelabro de uno de sus lados y tres brazos del candelabro del otro lado.
Las piedras serán doce, según los nombres de los hijos de Israel, conforme a sus nombres; serán {como} las grabaduras de un sello, cada uno según su nombre para las doce tribus.
También tomarás uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero.
Ofrecerás uno de los corderos por la mañana y el otro cordero {lo} ofrecerás al atardecer;
Cuando tomares el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará al SEÑOR el rescate de su alma, cuando los contares, y no habrá en ellos mortandad por haberlos contado.
Entonces se volvió Moisés y descendió del monte con las dos tablas del testimonio en su mano, tablas escritas por ambos lados; por uno y por el otro estaban escritas.
Y él les dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.
Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado al SEÑOR, porque cada uno se ha consagrado en su hijo, y en su hermano, para que dé él hoy bendición sobre vosotros.
Y sucedía que cuando Moisés salía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda, y seguía con la vista a Moisés hasta que él entraba en la tienda.
Y viendo todo el pueblo la columna de nube, que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba todo el pueblo, cada uno a la puerta de su tienda y adoraba.
Tanto que vinieron, todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía.
Cada tabla tenía dos quicios enclavijados el uno delante del otro; así hizo todas las tablas del tabernáculo.
Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el asiento de la reconciliación; y sus rostros el uno enfrente del otro, hacia la cubierta los rostros de los querubines.
Y salían seis brazos de sus lados, tres brazos del candelabro de uno de sus lados y tres brazos del candelabro del otro lado.
al otro lado, de uno y otro lado de la puerta del atrio, cortinas de quince codos, sus tres columnas, y sus tres bases.
un becá por cabeza, o sea medio siclo, según el siclo del santuario, por cada uno de los que fueron contados de veinte años arriba, por {cada uno de los} seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
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