'Ved' en la Biblia
Y José dijo al pueblo: He aquí os he hoy comprado y á vuestra tierra para Faraón: ved aquí simiente, y sembraréis la tierra.
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estaos quedos, y ved la salud de Jehová, que él hará hoy con vosotros; porque los Egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo: Yo hago morir, y yo hago vivir: Yo hiero, y yo curo: Y no hay quien pueda librar de mi mano.
Ahora pues, ved aquí vuestro rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya veis que Jehová ha puesto sobre vosotros rey.
Y respondió Jonathán: Mi padre ha turbado el país. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel:
Id pues ahora, apercibid aún, considerad y ved su lugar donde tiene el pie, y quién lo haya visto allí; porque se me ha dicho que él es en gran manera astuto.
Considerad pues, y ved todos los escondrijos donde se oculta, y volved á mí con la certidumbre, y yo iré con vosotros: que si él estuviere en la tierra, yo le buscaré entre todos los millares de Judá.
Entonces el rey de Israel llamó á todos los ancianos de la tierra, y díjoles: Entended, y ved ahora cómo éste no busca sino mal: pues que ha enviado á mí por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata y por mi oro; y yo no se lo he negado.
Y luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe á mí á que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.
Tomaron pues dos caballos de un carro, y envió el rey tras el campo de los Siros, diciendo: Id, y ved.
Y entró Jehú con Jonadab hijo de Rechâb en el templo de Baal, y dijo á los siervos de Baal: Mirad y ved que por dicha no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino solos los siervos de Baal.
No habrá para qué vosotros peleéis en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salud de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalem, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová será con vosotros.
Ahora pues, si queréis, mirad en mí, Y ved si miento delante de vosotros.
Gustad, y ved que es bueno Jehová: Dichoso el hombre que confiará en él.
Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra.
Venid, y ved las obras de Dios, Terrible en hechos sobre los hijos de los hombres.
Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón Con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, Y el día del gozo de su corazón.
Y dijo: Anda, y di á este pueblo: Oid bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.
Porque pasad á las islas de Chîttim y mirad; y enviad á Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante á ésta:
Oh generación! ved vosotros la palabra de Jehová. ¿He sido yo á Israel soledad, ó tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos á tí?
Andad empero ahora á mi lugar que fué en Silo, donde hice que morase mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.
Alzad vuestros ojos, y ved los que vienen del aquilón: ¿dónde está el rebaño que te fué dado, la grey de tu gloria?
¿No os conmueve á cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de la ira de su furor.
Jehová es justo; que yo contra su boca me rebelé. Oid ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: Mis vírgenes y mis mancebos fueron en cautiverio.
Haced pregonar sobre los palacios de Azoto, y sobre los palacios de tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved muchas opresiones en medio de ella, y violencias en medio de ella.
Pasad á Calne, y mirad; y de allí id á la gran Hamath; descended luego á Gath de los Palestinos: ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su término es mayor que vuestro término.
Mirad en las gentes, y ved, y maravillaos pasmosamente; porque obra será hecha en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.
No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fué puesto el Señor.
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Díceles: Venid y ved. Vinieron, y vieron donde moraba, y quedáronse con él aquel día: porque era como la hora de las diez.
Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?
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