'Allí' en la Biblia
Y fue Salomón, y con él toda la congregación, al lugar alto que había en Gabaón; porque allí estaba el tabernáculo del testimonio de Dios, que Moisés siervo del SEÑOR había hecho en el desierto.
Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo del SEÑOR, al cual Salomón y la congregación fueron a buscar.
E hicieron salir fuera las barras, de modo que se vieran las cabezas de las barras del arca delante del oráculo, mas no se veían desde fuera; y allí estuvieron hasta hoy.
que tus ojos estén abiertos sobre esta Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi Nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar.
También santificó Salomón el medio del atrio que estaba delante de la Casa del SEÑOR, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos, y los sebos de los pacíficos; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho, no podían caber los holocaustos, y el presente, y los sebos.
Había también allí doce leones sobre las seis gradas de un lado y al otro. Jamás fue hecho otro semejante en reino alguno.
Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu del SEÑOR en medio de la congregación;
Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca (de la bendición); porque allí bendijeron al SEÑOR, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.
Y se volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramá, peleando con Hazael rey de Siria. Y descendió Azarías hijo de Joram, rey de Judá, a visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque allí estaba enfermo.
Y ellos pusieron las manos en ella, y ella entró en la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, y allí la mataron.
Y los hijos de Judá tomaron vivos otros diez mil, los cuales llevaron a la cumbre de un peñasco, y de allí los despeñaron, y todos se hicieron pedazos.
Había entonces allí un profeta del SEÑOR, que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y les dijo: He aquí el SEÑOR Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con ira. Hasta el cielo ha llegado esto.
Hechas todas estas cosas, salió todo Israel, los que se habían hallado allí, por las ciudades de Judá, y quebraron las imágenes y destruyeron los bosques, y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y también en Efraín y Manasés, hasta acabarlo todo. Después se volvieron todos los hijos de Israel, cada uno a su posesión y a sus ciudades.
Y el SEÑOR envió un ángel, el cual hirió a todo valiente de gran valor, y a los capitanes y a los príncipes en el campamento del rey de Asiria. Se volvió, por tanto, con vergüenza de rostro a su tierra; y entrando en la casa de su dios, allí le mataron a espada los que habían salido de sus entrañas.