'Asunto' en la Biblia
Y en todo asunto de sabiduría y conocimiento que el rey les consultó, los encontró diez veces superiores a todos los magos {y} encantadores que {había} en todo su reino.
Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto se me fue; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis descuartizados, y vuestras casas serán puestas por muladares.
El rey respondió, y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido.
Los caldeos respondieron al rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto al rey, puesto que ningún gran rey o gobernante {jamás} ha pedido cosa semejante a ningún mago, encantador o caldeo.
Finalmente, el asunto que el rey demanda, es singular, ni hay quien lo pueda declarar delante del rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.
habló y dijo a Arioc, capitán del rey: ¿Por qué es {tan} riguroso el decreto del rey? Entonces Arioc informó a Daniel sobre el asunto.
Entonces Daniel fue a su casa e informó el asunto a sus amigos Ananías, Misael y Azarías,
A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has dado sabiduría y poder, y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido, pues el asunto del rey nos has dado a conocer.
Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: No necesitamos darte una respuesta acerca de este asunto.
Y ahora fueron traídos delante de mí, sabios, astrólogos, que leyesen esta escritura, y me mostrasen su interpretación: pero no han podido mostrar la declaración del asunto.
Ésta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin.
Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi corazón.
Y yo Daniel fui quebrantado, y estuve enfermo algunos días; y cuando convalecí, atendí el asunto del rey; mas estaba espantado acerca de la visión, y no había quien la entendiese.
Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión.