'Aún' en la Biblia
Bendeciré al SEÑOR, que me aconseja; aun en las noches me enseña mis riñones.
Clamaron, y no hubo quién se salvase; aun al SEÑOR, mas no los oyó.
Al oír de mí, me obedeció; los hijos de extraños se sometieron a mí aun contra su voluntad ;
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
Enmudecí en silencio, me callé aun de lo bueno; y se alborotó mi dolor.
Aun el varón de mi paz, en quien yo confiaba, el que comía mi pan, engrandeció contra mí el calcañar.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún le tengo de alabar por las saludes de su presencia.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
Y las hijas de Tiro con presente; aun los ricos del pueblo suplicarán tu favor.
Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían dañado; no hay quien haga bien, no hay ni aun uno.
Se visten los llanos de ovejas, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan.
Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir.
Pero aun tornaron a pecar contra él, enojando al Altísimo en la soledad.
No habían quitado de sí su deseo, aun estaba su vianda en su boca,
Con todo esto pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas.
Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes;
Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion.
Pues aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh SEÑOR, tú la supiste toda.
aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá por causa de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; las tinieblas son como la luz.
Tus ojos vieron mi cuerpo aun imperfecto, y en tu libro todos mis miembros estaban escritos; que fueron luego formados, sin faltar uno de ellos.
Si los cuento, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo.
Que me hiera el justo con misericordia, y que me reprenda; y halago de príncipe inicuo no unte mi cabeza; porque aun mi oración será contra sus males.