'Buenos' en la Biblia
Ve ahora al rebaño, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos un guisado para tu padre, como a él le gusta;
Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
Mas aquellos hombres han sido muy buenos con nosotros, y nunca nos han hecho daño, ni nos ha faltado nada en todo el tiempo que hemos convivido con ellos, cuando hemos estado en los campos.
Y asolaron las ciudades, y en todas las heredades fértiles echó cada uno su piedra, y las llenaron; cegaron también todas las fuentes de las aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareset solamente dejaron sus piedras; porque los honderos la rodearon, y la hirieron.
Y hallaron gruesos y buenos pastos, y tierra ancha y espaciosa, quieta y reposada, porque los de Cam la habitaban de antes.
Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos:
Quita de mí el oprobio que he temido; porque buenos son tus juicios.
Haz bien, oh Jehová, a los buenos, y a los que son rectos en sus corazones.
Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las sendas de los justos.
Los malos se inclinarán delante de los buenos, y los impíos a las puertas del justo.
Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.
Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que no se podían comer de malos.
Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos, higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer.
Así dice Jehová Dios de Israel: Como a estos buenos higos, así consideraré a los transportados de Judá a los cuales eché de este lugar a tierra de caldeos, para su bien.
Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir.
En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en delicados pastos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que después de beber las aguas profundas, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan?