'Carta' en la Biblia
``También se dijo: `CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU MUJER, QUE LE DE CARTA DE DIVORCIO.'
Ellos Le dijeron: ``Entonces, ¿por qué mandó Moisés DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA?"
Ellos respondieron: ``Moisés permitió {al hombre} escribir CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA."
y enviaron esta carta con ellos: ``Los apóstoles, y los hermanos que son ancianos (presbíteros), a los hermanos en Antioquía, Siria y Cilicia que son de los Gentiles, saludos.
Así que ellos, después de ser despedidos, descendieron a Antioquía; y reuniendo a la congregación, entregaron la carta.
También {el comandante} escribió una carta en estos términos:
los cuales, después de llegar a Cesarea y de entregar la carta al gobernador, le presentaron también a Pablo.
Cuando el gobernador leyó la carta, preguntó de qué provincia era Pablo. Y al enterarse de que era de Cilicia,
Yo, Tercio, que escribo esta carta, los saludo en el Señor.
En mi carta les escribí que no anduvieran en compañía de personas inmorales.
Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres,
siendo manifiesto que son carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.
Porque si bien les causé tristeza con mi carta, no me pesa. Aun cuando me pesó, pues veo que esa carta les causó tristeza, aunque sólo por poco tiempo;
Esto tenga en cuenta tal persona: que lo que somos en palabra por carta, estando ausentes, lo {somos} también en hechos, estando presentes.
Cuando esta carta se haya leído entre ustedes, háganla leer también en la iglesia de los Laodicenses. Ustedes, por su parte, lean la carta {que viene} de Laodicea.
Les encargo solemnemente por el Señor que se lea esta carta a todos los hermanos.
que no sean sacudidos fácilmente en su modo de pensar, ni se alarmen, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como {si fuera} de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado.
Así que, hermanos, estén firmes y conserven (retengan) las doctrinas que les fueron enseñadas, ya de palabra, ya por carta nuestra.
Y si alguien no obedece nuestra enseñanza (la palabra) en esta carta, señalen al tal y no se asocien con él, para que se avergüence.
Amados, ésta es ya la segunda carta que les escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en ustedes su sincero entendimiento,