'Cayó' en la Biblia
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la peña.
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, e hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.
Y sembrando, parte de la simiente cayó junto al camino; y vinieron las aves, y la comieron.
Y parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y nació luego, porque no tenía profundidad de tierra;
Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
Y parte cayó en buena tierra, y dio fruto: uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta.
Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: ``Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."
Y cuando cayó la tarde, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú {quieras}.
Y aconteció sembrando, que una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo, y la tragaron.
Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y luego salió, porque no tenía la tierra profundidad;
Otra parte cayó en espinas; y subieron las espinas, y la ahogaron, y no dio fruto.
Otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, que subió y creció; y llevó uno a treinta, y otro a sesenta, y otro a ciento.
Y aquel día, cuando cayó la tarde, les dijo: Pasemos al otro lado.
Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en el mar; los cuales eran como dos mil; y en el mar se ahogaron.
Y se turbó Zacarías viéndolo, y cayó temor sobre él.
Al ver {esto,} Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!
Y aconteció que estando Jesús en una de las ciudades, he aquí, {había allí} un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; en la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó; y fue grande la ruina de aquella casa.
Uno que sembraba, salió a sembrar su simiente; y sembrando, una parte cayó junto al camino, y fue hollada; y las aves del cielo la comieron.
Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
Otra parte cayó entre las espinas; y naciendo las espinas juntamente, la ahogaron.
Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fue nacida, llevó fruto a ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oír, oiga.
Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de los cuidados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y no llevan fruto a perfección.
Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de El, y dijo en alta voz: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Y respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó entre ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo de aquel que cayó entre ladrones?
O aquellos dieciocho, sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que ellos fueron más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén?
Y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias; y éste era samaritano.
Para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse á su lugar.
Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
Y luego cayó a los pies de él, y expiró; y entrados los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
y aconteció que le vino una gran hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, cayó sobre él un rapto de entendimiento;
Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían la palabra.
Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos, también como sobre nosotros al principio.
Y esto fue notorio a todos, así judíos como griegos, los que habitaban en Efeso; y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús.
Y un joven llamado Eutico que estaba sentado en una ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo predicaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue alzado muerto.
Y Adán no {fue el} engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión.
no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación {en que cayó} el diablo.
Porque salido el sol con ardor, la hierba se secó, y su flor se cayó, y pereció su hermosa apariencia: así también se marchitará el rico en todos sus caminos.
Porque Toda carne es como la hierba, Y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: Secóse la hierba, y la flor se cayó;
Y el tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha encendida, y cayó en la tercera parte de los ríos, y en las fuentes de las aguas.
Y el quinto ángel tocó la trompeta; y vi una estrella que cayó del cielo en la tierra; y le fue dada la llave del pozo sin fondo del abismo.
Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.
Y en aquella hora fue hecho gran temblor de tierra, y la décima parte de la ciudad cayó, y fueron muertos en el temblor de tierra los nombres de siete mil hombres; y los demás fueron espantados, y dieron gloria al Dios del cielo.
Y {le} siguió otro ángel, el segundo, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia!; la que ha hecho beber a todas las naciones del vino de la pasión de su inmoralidad.
Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento: y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fué muy grande.
Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible.