'Ciudad' en la Biblia
Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo.
Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide {llegue} hasta los cielos, y hagámonos un nombre {famoso}, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra.
Y el SEÑOR descendió para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres.
Así los dispersó el SEÑOR desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿en verdad {la} destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella?
Entonces el SEÑOR dijo: Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos.
Tal vez falten cinco para los cincuenta justos, ¿destruirás por los cinco a toda la ciudad? Y El respondió: No {la} destruiré si hallo allí cuarenta y cinco.
Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción.
Entonces los {dos} hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? A {tus} yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sáca{los} de este lugar;
Y salió Lot y habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo: Levantaos, salid de este lugar porque el SEÑOR destruirá la ciudad. Pero a sus yernos les pareció que bromeaba.
Y al amanecer, los ángeles apremiaban a Lot, diciendo: Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seáis destruidos en el castigo de la ciudad.
Mas él titubeaba. Entonces los {dos} hombres tomaron su mano y la mano de su mujer y la mano de sus dos hijas, porque la compasión del SEÑOR {estaba} sobre él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.
Ahora he aquí, esta ciudad está {bastante} cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá ( ¿no es pequeña?) para salvar mi vida.
Y él le respondió: He aquí, te concedo también esta petición de no destruir la ciudad de que has hablado.
Date prisa, escapa allá, porque nada puedo hacer hasta que llegues allí. Por eso el nombre que se le puso a la ciudad fue Zoar.
Efrón estaba sentado entre los hijos de Het; y Efrón hitita respondió a Abraham a oídos de los hijos de Het {y} de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:
a Abraham en propiedad a la vista de los hijos de Het, delante de todos los que entraban por la puerta de su ciudad.
Entonces el siervo tomó diez camellos de entre los camellos de su señor, y partió con toda clase de bienes de su señor en su mano; y se levantó y fue a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
E hizo arrodillar a los camellos fuera de la ciudad junto al pozo de agua, al atardecer, a la hora en que las mujeres salen por agua,
He aquí, estoy de pie junto a la fuente de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad salen para sacar agua.
Y lo llamó Seba; por eso el nombre de la ciudad es Beerseba hasta hoy.
Y a aquel lugar le puso el nombre de Betel, aunque anteriormente el nombre de la ciudad había sido Luz.
Y Jacob llegó sin novedad a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando vino de Padán-aram, y acampó frente a la ciudad.
Entonces Hamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo:
Y escucharon a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y fue circuncidado todo varón: todos los que salían por la puerta de la ciudad.
Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban {con más} dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.
{Después} los hijos de Jacob vinieron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque ellos habían deshonrado a su hermana.
Y se llevaron sus ovejas, sus vacas y sus asnos, y lo que {había} en la ciudad y lo que {había} en el campo;
Bela, hijo de Beor, reinó en Edom; y el nombre de su ciudad {era} Dinaba.
Murió Husam, y reinó en su lugar Hadad, hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad {era} Avit.
Y murió Baal-hanán, hijo de Acbor, y reinó en su lugar Hadar; y el nombre de su ciudad {era} Pau; y el nombre de su mujer era Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.
Y él recogió todo el fruto de {estos} siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó el alimento en las ciudades; y guardó en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos.
Cuando habían salido ellos de la ciudad, {y} no estaban muy lejos, José dijo al mayordomo de su casa: Levántate, sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: `` ¿Por qué habéis pagado mal por bien?
Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y después de cargar cada uno su asno, regresaron a la ciudad.
Y Moisés le dijo: Tan pronto como yo salga de la ciudad, extenderé mis manos al SEÑOR; los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del SEÑOR.
Y salió Moisés de la ciudad, {de la presencia} de Faraón, y extendió sus manos al SEÑOR, y los truenos y el granizo cesaron, y no cayó más lluvia sobre la tierra.
el sacerdote les ordenará quitar las piedras que tienen la marca y arrojarlas a un lugar inmundo fuera de la ciudad.
Y hará raspar toda la casa por dentro, y arrojarán fuera de la ciudad, a un lugar inmundo, el polvo que raspen.
Derribará, pues, la casa, sus piedras, sus maderas y todo el emplaste de la casa, y {los} llevará fuera de la ciudad a un lugar inmundo.
Sin embargo, a la avecilla viva la dejará ir en libertad, fuera de la ciudad, hacia el campo abierto. Así hará expiación por la casa, y quedará purificada.
``Si un hombre vende una casa de vivienda en una ciudad amurallada, su derecho a redimirla es válido hasta que se cumpla un año de su venta; su derecho de redención dura todo un año.
``Pero si no se la redimen en el espacio de un año, la casa que está en la ciudad amurallada pasará para siempre a su comprador por todas sus generaciones; no saldrá {de su poder} en el jubileo.
``Así que lo que pertenece a los levitas se puede redimir, y una casa de su propiedad vendida en la ciudad es recuperada en el jubileo, porque las casas de las ciudades de los levitas son propiedad suya entre los hijos de Israel.
Porque Hesbón era la ciudad de Sehón, rey de los amorreos, quien había peleado contra el rey anterior de Moab y le había quitado de su mano toda su tierra, hasta el Arnón.
Por eso dicen los que usan proverbios: Venid a Hesbón. Sea edificada. Sea establecida la ciudad de Sehón.
Al oír Balac que Balaam se acercaba, salió a recibirlo en una ciudad de Moab, que está sobre la frontera del Arnón, al extremo de la frontera.
De Jacob {saldrá} el que tendrá dominio, y destruirá al remanente de la ciudad.
Las tierras de pasto de las ciudades que daréis a los levitas {se extenderán} desde la muralla de la ciudad hacia afuera mil codos alrededor.
Mediréis también afuera de la ciudad, al lado oriental dos mil codos, al lado sur dos mil codos, al lado occidental dos mil codos, y al lado norte dos mil codos, con la ciudad en el centro. Esto será de ellos como tierras de pasto para las ciudades.
``Y la congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la congregación lo restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con óleo santo.
``Pero si el homicida sale en cualquier tiempo de los límites de la ciudad de refugio a la cual pudo huir,
y el vengador de sangre lo halla fuera de los límites de la ciudad de refugio, y el vengador de sangre mata al homicida, no será culpable de sangre,
porque {el homicida} debió haber permanecido en la ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Pero después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida volverá a su tierra.
y no tomaréis rescate por el que ha huido a la ciudad de refugio para que vuelva y habite en la tierra antes de la muerte del sacerdote.
En aquel tiempo tomamos todas sus ciudades, y exterminamos a hombres, mujeres y niños de cada ciudad. No dejamos ningún sobreviviente.
Desde Aroer, que está a la orilla del valle del Arnón, y {desde} la ciudad que está en el valle, aun hasta Galaad, no hubo ciudad inaccesible para nosotros; el SEÑOR nuestro Dios nos {las} entregó todas.
Y tomamos en aquel entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la región de Argob, el reino de Og en Basán.
Las destruimos totalmente, como hicimos con Sehón, rey de Hesbón, exterminando a todos los hombres, mujeres y niños de cada ciudad;
han salido hombres indignos de en medio de ti y han seducido a los habitantes de su ciudad, diciendo: ``Vamos y sirvamos a otros dioses" (a quienes no has conocido),
irremisiblemente herirás a filo de espada a los habitantes de esa ciudad, destruyéndola por completo con todo lo que hay en ella, y {también} su ganado a filo de espada.
Entonces amontonarás todo su botín en medio de su plaza, y prenderás fuego a la ciudad con todo su botín, todo ello como ofrenda encendida al SEÑOR tu Dios; y será montón de ruinas para siempre. Nunca será reconstruida.
entonces los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera.
Cuando te acerques a una ciudad para pelear contra ella, le ofrecerás primero la paz.
Sólo las mujeres y los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti como botín. Comerás {del} botín de tus enemigos, que el SEÑOR tu Dios te ha dado.
Cuando sities una ciudad por muchos días, peleando contra ella para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo el hacha contra ellos; no los talarás, pues de ellos puedes comer. Porque, ¿es acaso el árbol del campo un hombre para que le pongas sitio?
Sólo los árboles que sabes que no dan fruto podrás destruir y talar, para construir máquinas de sitio contra la ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga.
Y sucederá que los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde fue hallado el muerto, tomarán de la manada una novilla que no haya trabajado y que no haya llevado yugo;
y los ancianos de esa ciudad traerán la novilla a un valle de aguas perennes, el cual no haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la novilla allí en el valle.
y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fue hallado el muerto, lavarán sus manos sobre la novilla cuya cerviz fue quebrada en el valle;
el padre y la madre lo tomarán y lo llevarán fuera a los ancianos de su ciudad, a la puerta de su ciudad natal,
y dirán a los ancianos de la ciudad: ``Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y borracho."
Entonces todos los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta que muera; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá {esto} y temerá.
entonces el padre y la madre de la joven tomarán las {pruebas} de la virginidad de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta.
y he aquí, él le atribuye actos vergonzosos, diciendo: `No encontré virgen a tu hija.' Pero esta es {la prueba de} la virginidad de mi hija." Y extenderán la ropa delante de los ancianos de la ciudad.
Y los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán,
entonces llevarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ella ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en la casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y {otro} hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
Entonces los ancianos de su ciudad lo llamarán y le hablarán. Y {si} él persiste y dice: ``No deseo tomarla",
Bendito {serás} en la ciudad, y bendito {serás} en el campo.
Maldito {serás} en la ciudad, y maldito {serás} en el campo.
Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que está en tu ciudad, para que escuchen, aprendan a temer al SEÑOR tu Dios, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley.
el Neguev y la llanura del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar.
Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla.
las aguas que venían de arriba se detuvieron {y} se elevaron en un montón, a una gran distancia en Adam, la ciudad que está al lado de Saretán; y las que descendían hacia el mar de Arabá, el mar Salado, fueron cortadas completamente. Y el pueblo pasó frente a Jericó.
Marcharéis alrededor de la ciudad todos los hombres de guerra rodeando la ciudad una vez. Así lo harás por seis días.
Y siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca; y al séptimo día marcharéis alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas.
Y sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno de carnero, y cuando oigáis el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo; entonces el pueblo subirá, cada hombre derecho hacia adelante.
Entonces dijo al pueblo: Pasad, y marchad alrededor de la ciudad, y que los hombres armados vayan delante del arca del SEÑOR.
Así hizo que el arca del SEÑOR fuera alrededor de la ciudad, rodeándo{la} una vez; entonces volvieron al campamento, y pasaron la noche en el campamento.
Así marcharon una vez alrededor de la ciudad el segundo día y volvieron al campamento; así lo hicieron por seis días.
Al séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el día, y marcharon alrededor de la ciudad de la misma manera siete veces. Sólo aquel día marcharon siete veces alrededor de la ciudad.
Y sucedió que, a la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: ¡Gritad! Pues el SEÑOR os ha dado la ciudad.
Y la ciudad será dedicada al anatema, ella y todo lo que hay en ella pertenece al SEÑOR; sólo Rahab la ramera y todos los que están en su casa vivirán, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos.
Entonces el pueblo gritó y {los sacerdotes} tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo, y el pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante, y tomaron la ciudad.
Y destruyeron por completo, a filo de espada, todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos.
Y prendieron fuego a la ciudad y a todo lo que en ella había. Sólo pusieron en el tesoro de la casa del SEÑOR, la plata, el oro y los utensilios de bronce y de hierro.
Entonces Josué les hizo un juramento en aquel tiempo, diciendo: Maldito sea delante del SEÑOR el hombre que se levante y reedifique esta ciudad de Jericó; con {la pérdida de} su primogénito echará su cimiento, y con {la pérdida de} su hijo menor colocará sus puertas.
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: No temas ni te acobardes. Toma contigo a todo el pueblo de guerra y levántate, sube a Hai; mira, he entregado en tu mano al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra.
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