'Ciudad' en la Biblia
Después de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin {vendrá} con inundación; aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas.
Vendrá el rey del norte, levantará un terraplén y tomará una ciudad bien fortificada; y las fuerzas del sur no podrán mantenerse, ni aun sus tropas más selectas, porque no habrá fuerzas para resistir.
Galaad es ciudad de malhechores, con huellas de sangre.
Se lanzan sobre la ciudad, corren por la muralla, suben a las casas, entran por las ventanas como ladrones.
Si se toca la trompeta en la ciudad, ¿no temblará el pueblo? Si sucede una calamidad en la ciudad, ¿no la ha causado el SEÑOR?
Y además os retuve la lluvia cuando aún {faltaban} tres meses para la siega; hice llover sobre una ciudad y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovía, y la parte donde no llovía, se secó.
Así que de dos {o} tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua, y no se saciaban; pero no os habéis vuelto a mí --declara el SEÑOR.
Porque así dice el Señor DIOS: La ciudad que sale con mil, se quedará con cien; y la que sale con cien, se quedará con diez, en la casa de Israel.
El Señor DIOS ha jurado por sí mismo, ha declarado el Señor, Dios de los ejércitos: Aborrezco la arrogancia de Jacob, y detesto sus palacios; por tanto entregaré la ciudad y cuanto hay en ella.
Por tanto, así dice el SEÑOR: ``Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada, tu tierra será repartida a cordel, y tú morirás en una tierra inmunda. Y ciertamente Israel saldrá de su tierra en cautiverio."
Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí.
Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.
Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del SEÑOR. Y Nínive era una ciudad sumamente grande, de un recorrido de tres días.
Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba, diciendo: Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada.
Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo él a la sombra, hasta ver qué sucedería en la ciudad.
¿y no he de apiadarme yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte mil personas que no saben {distinguir} entre su derecha y su izquierda, y {también} muchos animales?
Retuércete y gime, hija de Sion, como mujer de parto, porque ahora saldrás de la ciudad y habitarás en el campo, e irás hasta Babilonia. Allí serás rescatada, allí te redimirá el SEÑOR de la mano de tus enemigos.
La voz del SEÑOR clamará a la ciudad (prudente es temer tu nombre): Oíd, oh tribu, ¿quién ha señalado su tiempo?
Porque los ricos {de la ciudad} están llenos de violencia, sus habitantes hablan mentiras y su lengua es engañosa en su boca.
¿Ay de la ciudad sanguinaria, toda llena de mentira {y} de pillaje, {que} nunca cesa {en su} rapiña!
¿Ay del que edifica una ciudad con sangre y funda un pueblo con violencia!
Porque la violencia contra el Líbano te cubrirá, y el exterminio de las fieras te aterrará, a causa del derramamiento de sangre humana y la violencia {hecha} a la tierra, a la ciudad y a todos los que habitan en ella.
Esta es la ciudad divertida que vivía confiada, que decía en su corazón: Yo soy, y no hay otra más que yo. ¿Cómo ha sido hecha una desolación, una guarida de fieras! Todo el que pase por ella silbará {y} agitará su mano.
¿Ay de la rebelde y contaminada, la ciudad opresora!
Así dice el SEÑOR: ``Volveré a Sion y en medio de Jerusalén moraré. Y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del SEÑOR de los ejércitos, Monte Santo."
``Y las calles de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en sus calles."
Y yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres; la mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.
y llegó y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: Será llamado Nazareno.
Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo,
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar;
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY.
Los que cuidaban {la piara} huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados.
Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, {le} rogaron que se fuera de su comarca.
Y subiendo {Jesús} en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad.
A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por {el} camino de {los} gentiles, y no entréis en {ninguna} ciudad de los samaritanos.
Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién es digno en ella, y quedaos allí hasta que os marchéis.
Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.
En verdad os digo que en el día del juicio será más tolerable {el castigo} para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.
Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque en verdad os digo: no terminaréis {de recorrer} las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
Y conociendo {Jesús} sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie.
Cuando El entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, y decían: ¿Quién es éste?
Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí.
Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tuvo hambre.
Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad.
Por tanto, mirad, yo os envío profetas, sabios y escribas: de ellos, a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,
Y El respondió: Id a la ciudad, a cierto {hombre}, y decidle: ``El Maestro dice: `Mi tiempo está cerca; {quiero} celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.'"
y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos.
Y mientras ellas iban, he aquí, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de todo lo que había sucedido.
Y toda la ciudad se había amontonado a la puerta.
Pero él, en cuanto salió, comenzó a proclamarlo abiertamente y a divulgar el hecho, a tal punto que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a El de todas partes.
Y los que cuidaban los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y {la gente} vino a ver qué era lo que había sucedido.
Y cuando atardecía, solían salir fuera de la ciudad.
Y envió* a dos de sus discípulos, y les dijo*: Id a la ciudad, y {allí} os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle;
Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron {todo} tal como El les había dicho; y prepararon la Pascua.
Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad.
Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David,
porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Habiendo ellos cumplido con todo conforme a la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle.
Y descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea. Y les enseñaba en los días de reposo;
Aconteció poco después que {Jesús} fue a una ciudad llamada Naín; y sus discípulos iban con El acompañados por una gran multitud.
Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella.
Y he aquí, había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró de que {Jesús} estaba sentado {a la mesa} en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
y cuando El bajó a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa, sino en los sepulcros.
Y cuando los que los cuidaban vieron lo que había sucedido, huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos.
Vuelve a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas Dios ha hecho por ti. Y él se fue, proclamando por toda la ciudad cuán grandes cosas Jesús había hecho por él.
Y en cuanto a los que no os reciban, al salir de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
Y cuando los apóstoles regresaron, dieron cuenta a Jesús de todo lo que habían hecho. Y El, tomándolos consigo, se retiró aparte a una ciudad llamada Betsaida.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir.
En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os sirvan;
Pero en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, salid a sus calles, y decid:
``Hasta el polvo de vuestra ciudad que se pega a nuestros pies, nos lo sacudimos {en protesta} contra vosotros; empero sabed esto: que el reino de Dios se ha acercado."
Os digo que en aquel día será más tolerable {el castigo} para Sodoma que para aquella ciudad.
Cuando el siervo regresó, informó {de todo} esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: ``Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos."
diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno.
Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él {constantemente,} diciendo: ``Hazme justicia de mi adversario."
Habiendo entrado {Jesús} en Jericó, pasaba por la ciudad.
Cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella;
Y El les respondió: He aquí, al entrar en la ciudad, os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle a la casa donde entre.
(Este había sido echado en la cárcel por un levantamiento ocurrido en la ciudad, y por homicidio.)
(el cual no había asentido al plan y al proceder de los demás) {que era} de Arimatea, ciudad de los judíos, {y} que esperaba el reino de Dios.
Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto.
Entonces los condujo fuera {de la ciudad,} hasta cerca de Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro.
Llegó*, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José;
Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo* a los hombres:
Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, {diciendo:} El me dijo todo lo que yo he hecho.
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos.
Entonces muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, en latín {y} en griego.
Cuando hubieron entrado {en la ciudad,} subieron al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo {hijo} de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, {hijo} de Jacobo.
Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste,
Y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo.
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.
Y cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran {personaje};
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